México Bárbaro

“México Bárbaro” intenta ser la réplica latinoamericana a recientes antologías de horror como “V/H/S” y “ABC’s of Death”: sorprende que tras cada historia sepamos el título tal que fuese parte de la gracia. Más en concreto, estamos ante un acercamiento al trabajo del cine de género de carácter independiente, una antología de cortometrajes que, de otra manera, tendrían una difícil difusión en el sobresaturado panorama internacional. La idea de base era buena, “re cabrona”, pero la realización ha dejado bastante que desear, con los mismos fallos e historias faltas de profundidad que las antologías modernas que inspiraron el proyecto. De partida, “México Bárbaro” recoge diferentes mitos y leyendas mexicanos, y a veces universales, para ofrecérnoslos reciclados tras los cortinajes revueltos de un estilo visual actual. Lo que parecía el sólido fundamento para realizar una colección potente e innovadora, pues México tiene una larga tradición macabra que explotaba en el tráiler que nos llegó hace bastante tiempo, se queda en el mero intento, pues esas fábulas sobre criaturas de la noche y dioses sedientos de sangre han sido interpretadas de la forma más leve y superficial, quedando en simple anécdota. Eso sí, una anécdota que ocasionalmente ofrece destellos de genuina denominación propia, precisamente cuanto más se aleja de las líneas del cine gringo. No obstante hay que reconocerle a “México Bárbaro” un gusto por lo extremo que aquí es bienvenido: desnudos integrales, canibalismo, violaciones demoniacas, miembros cercenados por doquier… un muestrario explicito que, los amantes de las emociones fuertes, a veces echamos de menos en el terror de hoy en día.

Que conste que expreso esta opinión, dura en parte, con el mayor de los respetos. Es decir, soy consciente de las limitaciones que los diferentes equipos han sufrido a la hora de afrontar sus cortos. Los presupuestos no eran para tirar cohetes y, a pesar de ello, se ha logrado un buen nivel técnico en general, obviando una edición de audio y unas actuaciones tirando a deficientes.
A su vez, lograr una distribución internacional potente (“Raven Banner”) alude a ciertos valores que una producción amateur jamás hubiese alcanzado. En ese aspecto, mi más sentida enhorabuena. Mi crítica refiere más al hecho de la baja calidad y escasa profundidad de las historias, así como una realización que, en la mayoría de los casos, impide una narrativa satisfactoria. Tal vez el enfoque de los cuentos sea difícil de disfrutar por un maldito europeo como yo, pero la verdad es que me ha parecido que tanto la narración como lo narrado carecía de sentido en muchas ocasiones, dejándose simplemente llevar por esos efectismos anglosajones tan poco efectivos, valga el juego de palabras. Otra oportunidad perdida, en definitiva.

¿Sería entonces recomendable darle una oportunidad a “México Bárbaro”? No me atrevería a ser tajante con un simple “sí” o “no”. Como se suele decir, al tratarse de varias historias, ocho en concreto, el metraje pasa con bastante rapidez. Más habida cuenta que ninguna de los cortometrajes tiene nada que ver entre ellos, siendo enlazados por unas patéticas animaciones en 3D que resultan de muy poco gusto. De esta forma, podéis ver un cortometraje suelto, o verlos seguidos y abandonar la película en cualquier momento, pero aun así, dado que cinco de los ocho son tediosos a pesar de su corta duración, quizás lo mejor sea acudir a los que más os llamen la atención y rezar porque la experiencia no sea demasiado dura.
Para facilitaros la tarea repasaremos a continuación el contenido pormenorizado de “México Bárbaro”, es lo menos que puedo hacer después de habérmela tragado con la esperanza de encontrar algo a la altura de “El Gato Infernal” o “Creepshow”… ¡Valiente iluso!

“Tzompantli” de Laurette Flores

Un periodista nos narra cómo fue la investigación sobre la desaparición de unos jóvenes una noche cualquiera. Sus pesquisas lo llevaron a conocer la coincidencias entre la forma de actuar de los narcos y los antiguos sacerdotes aztecas.

Arrancamos con una historia banal contada de forma morosa y con un clímax que dudo seriamente llamarlo como tal. A pesar de contar con una estupenda fotografía, el lento ritmo y esa manera de arrastrar una leyenda tan interesante como los sacrificios rituales aztecas sintetiza los grandes pecados de “México Bárbaro”.

”Jaral de Berrios” de Edgar Nito

Dos forajidos, uno de ellos gravemente herido, buscan refugio en unas antiguas ruinas tras su último golpe. Será un misterioso ser de aspecto femenino, y no el oro que portan, quien termine por representar a la justicia.

A pesar de un comienzo prometedor, el cuentecillo alcanza la deriva cuando el ser de marras, cuyo origen desconozco, hace su pornográfica presencia. De nuevo una sensacional fotografía al servicio de un relato que debería dar miedo para al final dar un poco de risa, aún excitando a los machos de sangre caliente.

”Drena” de Aarón Soto

Un demonio contacta con una joven para exigirle la sangre menstrual de su hermana.

Una auténtica ida del bolo que en otras circunstancias quizás hubiese sido una manera ideal de echarse unas risas maliciosas, pero su estilo experimental sin experimentar acaba por estomagar al más estoico de los espectadores. Por no hablar de su falta absoluta de sentido, un delirio frustrante.

”La cosa más preciada” de Isaac Ezban

Don enamorados deciden perder la virginidad en un entorno bonito y de la forma más especial posible. Situados en una cabaña alejada de la ciudad, acaban encontrándose con un aluche, un pequeño diablillo que sabrá tomar la cosa más preciada.

Siendo uno de los cortos más precarios técnicamente, la decisión de usar un filtro tipo “grindhouse” no ha sido ni estéticamente adecuada ni realizada con medios, también es cierto que resulta divertido por el mal gusto que destila. Además, cuenta con un humor negro muy, muy cabrón. La historia en sí es una tontería, pero los “aluches” y su gelatinoso amor me han recordado a la serie B más infecta, y tanto que me alegro de ello.

”Lo que importa es lo de adentro”* de Lez Ortega

Una niña con retraso tiene miedo del vagabundo de la calle, sospecha que algo malo se oculta dentro de él, pero será su hermano, el preferido de la casa, quien saque a la luz una sangrienta verdad.

El mito del hombre del saco expuesto de la forma más cruda posible. Un corto que intenta ser tan visceral como provocativo, pero cuyo mayor problema es no contar nada de interés, además de tener unas actuaciones ridículas. Quizás los amantes del gore es lo que necesitan… ¡no apto para menores!

”Muñecas” de Jorge Michel Grau

Un misterioso carnicero acosa a una mujer en el bosque.

Definitivamente, el cortometraje que menos contenido nos ofrece. Rodado en blanco y negro, pose petulante que podría haberse dejado de lado en pro de narrar una historia de verdad, resulta tremendamente aburrido.

“Siete veces Siete” de Ulises Guzmán

Un hombre con la cara quemada realiza un extraño ritual junto a un lago.

A pesar de un argumento base muy sencillo, estamos ante una trama de venganza muy bien expuesta. Dirigida con fuerza y gusto, sería la mejor del paquete, revelando hallazgos narrativos que sólo se ven afeados por la falta de medios. Emocional e hipnótica a partes iguales. ¡Esto sí!

”Día de los Muertos” de Gigi Saul Guerrero

La Candelaria es un club de striptease que se prepara para celebrar el Día de los Muertos, algo que los clientes del local jamás olvidarán, si es que sobreviven.

Otra muestra intachable de fotografía, así como de bellas mujeres (¡viva México!), pero ejecutada con maestría para una historia tontorrona y demasiado influenciada por “Abierto hasta el amanecer”. Y si su directora (gracias editsam559) dice lo contrario es que nos quiere tomar por tontos. ¿La famosa tradición mexicana dónde queda? En una excusa para mostrar culos y hermosos maquillajes faciales, ¿por qué? Ese talento merecía un argumento mejor desarrollado.