Scouts Guide to the Zombie Apocalypse

Ben, Carter y Augie son amigos dese la infancia, su amistad puesta a prueba en infinidad de ocasiones, tendrán que vérselas esta vez con un apocalipsis zombie que interrumpe su habitual acampada como Scouts. Ben y Carter desean abandonar la pueril afición en pro de fiestas y chicas guapas, pero será cuando tengan que vérselas con hordas de muertos vivientes, para salvar al amor platónico de Ben, que descubrirán como su amistad y las experiencias como scouts los han convertido en los héroes que su pueblo necesita.

“Scouts Guide to the Zombie Apocalypse” es una simpática comedia adolescente con el apocalipsis zombie como telón de fondo, aunque siempre presente en forma de litros de sangre, una producción de quince millones de dólares muy bien presentada y rodada, que se erige como entretenimiento ideal para ir al cine con los amigos tras la correspondiente dosis de cerveza y hamburguesas, la síntesis fílmica del consumismo navideño. Obviamente, al estar destinada a un público joven, tenemos fuertes dosis de gamberrismo descerebrado, así como un argumento simple donde los personas jamás se saldrán de sus cuatro líneas principales. ¿Es un problema esta falta de profundidad? En absoluto, una cinta que tiene como protagonistas a tres scouts no necesita de un análisis lleno de dramatismo, las motivaciones de los personajes son fáciles de entender: sexo, amor y amistad; siguiendo la línea de la factoría Apatow. Cine “fast food” que, gracias a los oropeles que lo envuelven, bien merece perder hora y media de tiempo. Su envoltorio sería un gore muy presente, pese a su aire juvenil, la cinta de Christopher Landon, guionista de “La Marca del Lobo”, “Disturbia” y muy presente en la saga “Paranormal Activity”, luce bastante salvaje por momentos, con escenas que convierten a los zombies en cómico motivo de risa gracias o a sus penes o a sus tetas. Todo muy directo.

Unos muertos vivientes, por otro lado, muy bien maquillados aunque algo indefinidos en su tipología: ¿corren? Si hace falta. ¿Son más listos que la media? Si hace falta. ¿Van lentos? Si hace falta. No obstante son detalles maniáticos que no tienen cabida en una producción de este tipo. Tenemos que agradecer su gran número, su omnipresencia y que, por fin, pertenezcan a una cinta con un diseño de producción de altos vuelos. Intrascendente, sí, pero también muy agradable de ver para olvidar los malos ratos de la vida real. Su fotografía, montaje, iluminación y banda sonora están a la altura de esos maquillajes y efectos especiales de los que hablaba, unidos a un ritmo muy joven y dinámico convierten a “Scouts Guide to the Zombie Apocalypse” en estupendo pasatiempo con final feliz; y es que la truculencia esconde un corazón empalagoso que es mejor obviar, aunque le pese a la impresión final que de la película tenga un adulto hecho y derecho.

Acompañamos a tres scouts que son amigos de toda la vida (y es que como en una “Supersalidos” cualquiera, este sería el principal motor de la trama), pero que ya andan algo cansados de una afición tan mal vista en la actualidad. Adoptando tres roles llenos de clichés, tenemos al scout gordito (Joey Morgan) volcado en su afición; al scout salido y graciosete (Logan Miller), que ya no aguanta más el uniforme; y al scout heroico y majete (Tye Sheridan), entre medio de sus dos amigos y el amor por la hermana del gracioso del grupo. Podéis ver que de profundidad emocional poca, caracteres muy marcados para una línea argumental que no se sale de lo previsible en ningún momento. A este grupete añadidle una camarera buenorra y de armas tomar (mordisqueable Sarah Dumont), para tener la credibilidad existencial a niveles bajo mínimos. Actores jóvenes que se enfundan sus papeles como un guante, aportando solidez a sus manidas relaciones, y es que la química entre ellos hace que funcione ese aire, pretendido, a “Goonies” de tercera generación. Y es que esa sería otra de las señas de identidad de “Scouts Guide to the Zombie Apocalypse”: intentar por todos los medios el convertirse en una especie de himno generacional, usando la nostalgia de los ochentas, para variar. Por supuesto, estamos en 2015 y, afortunadamente, estas intenciones no llegan a nada, porque el peso de la estética y convenciones actuales termina por imponerse de forma natural.

Entre risas y risas, con escenas muy básicas y otras más cínicas, jamás sabremos cual es el origen de la infección y es que nada de lo que sucede en pantalla se sustenta más allá del humor por el humor, lo que beneficia al espectador descerebrado o de bajas expectativas: ciervos zombies, gatos zombies, strippers zombies, chistes escatológicos, chistes sobre tetas grandes, cunnilingus necrófagos, momentos videocliperos y cientos de cabezas reventadas. Quizás la mejor comedia de zombies moderna después de “Zombieland” y “Zombies Party”, de las cuales toma prestada su estructura, haciendo gala de grandes medios a su alcance, lo cual termina convirtiéndola en la perfecta “americanada”.

Sin lugar a dudas, un trabajito muy recomendable si buscamos puro esparcimiento, no a la altura de obras recientes como “Deathgasm”, frente a la que se presenta bastante más empalagosa y tópica (así que imaginad), pero con bastante energía propia, gracias a la acertada elección de los scouts como protagonistas. No serán desaprovechados los “boy scouts” para tirar bromas en pantalla a su costa, se nota un duro trabajo en ese aspecto, lo que justifica tener a cuatro guionistas metidos en el asunto. Película de buenas vibraciones que no marcará un antes y un después, pero que saca de la miseria la “zombedy” simplemente añadiéndole, con recursos económicos de fondo, lo que siempre debió de tener: chistes fáciles, personajes entrañables y mucho, mucho gore inofensivo.