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The Enfield Haunting

Terror antes de Wang

The Enfield Haunting

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Si bien es cierto que me decepcionó lo endeble de las pruebas de uno los considerados buques insignia de los sucesos paranormales documentados; lo cierto es que esta recreación de los acontecimientos acaecidos en 1977 en el seno de una humilde familia, me ha parecido un sobresaliente ejercicio de cine de terror de sabor clásico. Una miniserie de tres episodios que, juntos, alcanzan la duración de una película de algo más de dos horas, con todos los ingredientes para gustar a los amantes del género. Recreación, que como es habitual en las series televisivas británicas, viene acompañada de unas actuaciones fantásticas y una factura impecable. Desde ya id anotándola en vuestra lista de cintas para disfrutar a solas y con poquita luz.

Coincidiendo con su primera menstruación, la joven Janet (Eleanor Worthington-Cox) y el resto de su familia, hacen frente a una serie de inexplicables acontencimientos que parecen girar en torno a ella y que hacen casi imposible habitar tranquilamente su humilde vivienda. Desesperadas, pues todas las habitantes son mujeres, acuden a una asociación de parapsicólogos para que documenten e investiguen el caso. Entran entonces en contacto con Maurice Grosse (Timothy Spall) que trata de obtener pruebas del más allá para contactar con su hija, recientemente fallecida, que también responde al nombre de Janet. Cuando los lazos entre familia e investigadores comienzan a estrecharse, las dudas sobre la veracidad de los hechos se tornarán mayores; también se acrecentará la violencia de los acontecimientos cuya solución se vuelve cada vez más compleja.

Usar la coletilla de “Inspirado en un hecho real” es uno de los recursos más tramposos que tiene el celuloide. La capacidad distorsionadora de la lente de cine, manejada por un director deseoso de dar miedo a sus espectadores, transforma una muñeca de trapo en una terrorífica muñeca de porcelana estilo victoriano, un crujido misterioso en un ente dando palmadas en un sótano, y una limpieza espiritual en un exorcismo cargado de elementos que vuelan, ojos en blanco y sustos de manual… Me refiero a cintas como The conjuring o El ente… Algo de esto, no nos engañemos, hay también en la que nos ocupa; pero el rigor en los acontecimientos y una narración más aséptica, también más escéptica, respecto a los hechos narrados meten al espectador en un juego de “si pero no” constante, donde por un lado se le anima a creer en los sucesos, pero no se evita ni se truca la posibilidad de que estos sean fruto de la sugestión o incluso del fraude. Y lo hacen, ahí está el acierto, sin dejar de dar miedo.

Sustituyendo el efectismo mainstream empleado por James Wang en la mencionada The Conjuring por sobriedad y costumbrismo obrero made in britain, el director noruego Kristoffer Nyholm nos lleva de la mano por la casa y los personajes protagonistas de The Enfield Haunting para después dejarnos sueltos en el mar de claves y acontecimientos para que cada cual elabore su propia teoría. De este modo, la explicación al origen de los sucesos tampoco se nos entregará máscada: ¿es la energía de la propia joven?, ¿un espíritu que se le pegó al descansar sobre una lápida?, ¿el antiguo morador de la casa? Lo cierto es que la trama no deja claro el tema (pese a decantarse más por una de las teorías).

Pero tal vez lo mejor de The Enfield Haunting es que, además de terror, el motor de la trama son tres notables y contenidas historias de amor del protagonista de la historia, que es el investigador amateur Maurice: la que tiene con su esposa que es de recuencuentro, con su difunta hija de pérdida, y con la joven Janet de amistad.

Algo que funciona especialmente bien gracias a la sensacional actuación del veterano secundario Timothy Spall, recientemente multipremiado por su interpretacion del artista Turner, que encabeza un reparto de esos en los que nadie desafina del conjunto. Otros dos actores, actrices en este caso, que no podemos dejar pasar son Eleanor Worthington-Cox, haciendo de la joven Janet que es pura energía, y Juliet Stevenson que encarna a una esposa estirada e incomprendida, pero llena de sentimientos, en un ejercicio de oficio actoral brillante pese a lo secundario de su papel.

Desgraciadamente su intento de permanecer próximo a los acontecimientos reales acarrea un precio a la película y es que, su conclusión, es tan tíbia como lo suelen ser las conclusiones de los sucesos de la vida real. También que, al alejarse de los grandes efectismos del género, pese a algunas secuencias terroríficas (atención a la primera sesión de espiritismo) no llega a cotas de terror altas… es más, Iker Jimenez en Cuarto Milenio ha abordado el tema con más efectismo… De ahí la decepción que mencionaba al comenzar estas líneas. Como los Warren también estuvieron en su momento metidos en el ajo, pronto tendremos una visión más efectista y cargada de pirotécnia de James Wang. Por todo lo demás una cinta muy recomendable.

Lo mejor: Buenos actores y personajes la hacen creíble en casi todo momento.

Lo peor: terror de intensidad media baja... y posesiones un poco de medio pelo.


Vuestros comentarios

1. 29 ene 2016, 15:11 | Vael

Muy buena, a mi precisamente me gusto mucho ese tratamiento del “si pero no” y la manera mas o menos real de como esta contada, sin necesidad de exageraciones.

2. 03 feb 2016, 16:29 | Darkus

James WAN please…

En cuanto a la peli, mientras llega la de éste, me la apunto, que tiene pintaza.

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