Summer Camp

 

 

Esta nueva propuesta de Filmax esperemos que tenga éxito pues sin duda lo merece… Y no, Summer Camp no pasará a la historia del cine como una joya o el buque insignia de ningún subgénero dentro del terror, tampoco lo hará por contar con grandes actuaciones o ser muy novedosa en algún aspecto, aunque tiene varias ideas frescas. Y no lo hará porque su intención es la de entretener y dar al espectador un buen rato de terror superficial, ligero y cargado de efectismo; de ese que hace sobresaltarse en un momento, reír en otro y logra que uno se marche con una sonrisa y con la sensación de haber montado en una atracción de feria de 24 fotogramas por segundo. Un esfuerzo notable que bebe del terror de los 80 y que supone un homenaje nada velado a Posesión Infernal de Sam Raimi.

 

Horas antes de la llegada de un grupo de críos, los monitores de un campamento de verano, con sede en un cochambroso caserón, (inicio SPOILER) tendrán que vérselas con los efectos alucinógenos de un extraño hongo que los transforma(fin SPOILER), de manera intermitente, en salvajes bestias sedientas de violencia. Conocer la naturaleza de sus terribles cambios y sobrevivir a esa noche será una tarea tan difícil que es posible que ninguno la pueda cumplir con éxito.

 

Sustituyendo las posesiones demoníacas por violentos arrebatos psicotrópicos, debuta en la dirección Alberto Marini, que ya había demostrado su gusto por el fantástico en su carrera de guionista con títulos como Romasanta, Mientras duermes o Extintion. Podemos decir que Marini ha logrado transmitir el dinamismo y la tensión que necesita un divertimento como este y que, pese a su carácter comercial, que rebaja el nivel de sangre e incorreción a lo estrictamente necesario para no impactar en exceso a espectadores sensibles, ofrece a los incondicionales del género un surtido juego de referencias y homenajes que, al menos en mi caso, me endulzaron el resto de los matices negativos del producto.

 

Rodada en inglés para facilitar su distribución en el mercado internacional, Summer Camp cuenta con un reparto muy pequeño, muy joven y atractivo visualmente aunque en lo interpretativo se queden algo justos. Diego Boneta carga sobre sus espaldas casi todo el peso de la cinta y está muy correcto; por su parte el guaperas de Andrés Velencoso es quizás el peor parado en lo que a actuación se refiere; y es una pena porque estoy seguro de que, tras ese bombón de tío, se esconde un buen actor a la espera del director que le saque el partido que merece.

 

(Inicio SPOILER) Podemos decir que aunque otras cintas de horror han estudiado el efecto de los alucinógenos (fin SPOILER) en un grupo de campistas (One way trip o Cabeza de muerte, por mencionar dos realmente malas) el acercamiento de la que reseñamos es realmente original y su desarrollo muy divertido. Pese a que Summer Camp se toma su tiempo en atraparte, guarda para el final, como si de un chiste ingenioso se tratase, un epílogo de esos que te dejan con ganas de más y te tienen imaginando lo que pasará a continuación.

 

No puedo por menos que recomendaos un paseo por este campamento de verano: es tan inofensivo y ligero como entretenido. Eso sí, cuidado con lo que os tomáis no sea que alguien salga malparado.