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La Posesión del Gato Negro

Mierda de la güena

La Posesión del Gato Negro

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Una película de terror, durante su preproducción, resucita una bruja llamada Levana, la Madre de las Lágrimas de la que tanto habló Argento. Levana intenta asumir el control de nuestro mundo para que el mal se puede propagar por todas partes, pero el único bache en su camino es Ana, que casualmente interpretará a Levana en la película. La batalla entre el bien y el mal comienza, una lucha que dejará Dragon Ball Z a la altura del barro.

Comprar hachís en el barrio de mi infancia siempre fue una cuestión de riesgo. No por juntarte con camellos de baja estofa o cerrar trapicheos a espaldas de la policía. Simplemente se trataba de una apuesta, y de ahí el riesgo, ¿sería buena la piedra de turno o volvería fumar goma de neumático requemada? Con el cine casposo pasa exactamente lo mismo, sabemos que vamos a castigar nuestra salud mental, en lugar de los pulmones, lo que desconocemos es si el viaje merecerá la pena o nos pondrá la cabeza como un bombo. Porque encontrar mandanga buena, amigos, no era fácil en un barrio de obreros durante los ochentas. Igualmente, encontrar fuertes concentraciones de THC en la “italoexploitation”, que reinaba soberana en el video club, requería como pago tragar mucho humo con sabor a mierda, literalmente. Sin embargo, cuando la pieza es de calidad toda la pesadumbre hasta ese fragante momento ha merecido la pena, triste manera de justificar una adicción psicológica a sustancias dañinas.

Pues bien, “Il Gatto Nero” es material de primera, aceitoso polen directo a vídeo y que deja los dedos bien pegajosos. Y es que el costo con pedigrí se detecta a primera vista, desde su robótico doblaje a la lengua de Shakespeare hasta su casting apolillado, donde destaca una jamona Caroline Munro, obvio objeto de deseo de Cozzi, que luce tipazo sin enseñar ni medio pezón, viciosillos.
Empezando por lo más obvio, observamos unos bailes con el título de la película que ya auguran “un pura caspa”: Su nombre original en Italia, el mismo con el que fue comercializada en Estados Unidos, hace referencia al famoso relato homónimo de Edgar Allan Poe. ¿Cómo? ¿De verdad? ¿En serio? La película arranca con fetos psicodélicos y el rodaje de un “giallo”, últimamente estamos tocando mucho el cine dentro del cine, ¿me estaré volviendo un “cultureta”?, momentos iniciales en los que ya se nos queda cara de haba ante la elección del título. ¡Nada que ver con el relato de Poe! Primer tanto para los explotadores del país en forma de bota. Podemos ignorar entonces otras denominaciones más prosaicas, como “Dead Eyes” en la dividida Alemania. No obstante, el segundo tanto de estos alegres expoliadores también pertenece al ámbito del título. Conocida en algunos lares como “Demons 6: De Profundis”, esta cinta sólo tiene en común con la famosa “Demons” de Lamberto Bava la presencia del actor Urbano Barnerini, que da el pego como yanqui, y algo de gore basado en pústulas y babas de color verde. Claro que hablamos de una saga con sólo dos títulos originales y el resto, creo que hasta 8, fruto de la famosa cara dura Mediterránea. ¡*Mamma mía*, y todavía queda más!

En otro peculiar giro de la mentalidad propia de los mercaderes de pesadillas, “Il Gatto Nero” está concebida como una especie de secuela no oficial de “Suspiria”, saltándose a la torera la existencia de “Inferno” (1980) y adelantándose en muchísimos años al verdadero y triste cierre de la trilogía sobre las brujas: “La Madre de las Lágrimas”, Levana, precisamente la bruja que protagoniza este invento.
No sólo eso, además la propia trama trata sobre la preparación del guion de dicha secuela, basada en textos de Baudelaire, que poco tienen que ver con la verdadera génesis de “Suspiria, De Profundis”, en realidad una obra ficticia concebida por el romántico, y adicto al opio, De Quincey, siendo esta novela la que inspiró al mismísimo Argento.
Durante la parte central de la trama, claramente la más aburrida, se nos advierte del fallo al considerar a Baudelaire autor de la citada obra, ¡menos mal!, aunque se nos quiere hacer creer que el poeta británico basó su famosa historia de brujerías sobre tratados reales, ¡ni de coña! Por cierto, estamos hablando de un libro de acceso público que, sin embargo, en “Il Gatto Nero” se concibe como una especie de tomo prohibido, cuando en 1989 estaría en casi cualquier biblioteca pública. ¡Los efectos de la amapola se dejan ver en este guion emparentado con el gruyere!

¿Cómo podríamos esperar menos que locura cuando tras la cámara y las ideas de “Il Gatto Nero” se esconde un señor sin escrúpulos como Luigi Cozzi, poco disfrazado bajo el “nom de plume” de Lewis Coates? Hace poco veíamos su dura jeta en la terrible “Violent Shit: The Shit”, y, como entre la mierda anda el juego, su carrera no podría estar más a la altura de un buen mercenario del cine. Responsable/culpable de “Star Crash”, “Star Wars” llevada al mundo de la caspa y digna adversaria de la versión turca de la más famosa saga de George Lucas; “Contaminación”, un aborto que quizás algún día comentemos por aquí; “El Desafío de Hércules”, de la cual él mismo toma prestadas psicotrópicas imágenes de diferentes planetas, vaya usted a saber por qué; “Simbad, el Rey de los Mares”, aventura tardía junto a Castellari y que reconozco como un gran placer culpable de mi lado más pulp… quedan “joyas” por repasar, pero basta mencionar estas cuatro para hacernos una idea del espectacular currículo de este “cavaliere”, decidido, en la presente, a emular a Argento aplicando el psicótico filtro de los Bava, ahí está el uso de zooms sin apenas talento. Sabiendo esto ya os podéis preparar a luces y efectos visuales dignos de un niño hasta las cejas de “Champín”™ y con el presupuesto en chuches de toda la semana para invertir en la postproducción. La violación italiana del fotograma en su quintaesencia.

Una recomendación: evitar el contacto con esta película en caso de sufrir epilepsia o tener antecedentes familiares de la enfermedad. No sólo la música, robada en unas ocasiones a “Suspiria” e insufriblemente “hair metal” en otras, os hará rechinar los dientes ante su incongruencia, también los efectos especiales se las traen, rubricados por efectos sonoros hallados en las mazmorras de algún estudio de sonido maldito. Netamente artesanos, como corresponde a finales de los ochentas, el exceso de FX está servido, a veces a cámara lenta, a veces reaprovechando tomas por aquello del presupuesto, pero siempre con un gusto dudoso a la hora de montar las escenas donde fantasías y quimeras campan a sus anchas.
Porque, y aquí llegamos al meollo del asunto, el desarrollo de la historia, simple como corresponde a una serie B, carece de sentido alguno, fundiéndose en un caos onírico pretendido sólo a medias. Cozzi demuestra rapidez en la sala de edición, pulso a la hora de empujar a sus actores para que suelten diálogos vacíos a toda velocidad, pero lo que es narrar no tiene ni repajolera idea. Como los efectos de un buen viaje de hachís, parte de lo que contemplemos pertenecerá al reino de los sueños, imposible no cuestionarse lo que ocurre en pantalla. Finalmente, vencidos si queremos pasar un buen rato, acabaremos irremediablemente hipnotizados por los filtros monocromáticos y los globos luminosos por doquier, la peor forma de reinterpretar la gracia escénica que hiciera famoso a Argento.

No se puede expresar con palabras el nivel de absurdos que se alcanzan en los últimos veinte minutos de metraje, llenos de rayos cósmicos, hadas televisivas, productores zombi, infidelidades del Infierno, coches empotrados, pechos reventando, tumbas de cartón piedra y un sinfín de memeces que convierten a “Il Gatto Nero” en una verdadera joya de la caspa. Sí, una mierda de película, pero una que coloca con sólo mirarla. Si el cine basura es tu razón de leer esta reseña, ¿a qué esperas? Merece cándidamente la pena, mucho más intensa que gran parte de la producción actual de terror. Una forma de entender el cine, o de destruirlo, que jamás volverá a repetirse, tanto para bien como para mal.

Lo mejor: Experiencia psicodélica no apta para epilépticos. “Spaghetti horror” en la expresión más pura del término.

Lo peor: No tener más compañía cuando abordo este tipo de basura, nutritiva ante todo.


Vuestros comentarios

1. 27 abr 2016, 23:53 | Elchinodepelocrespo

Bueno, hombre, no seas tan duro con el pobre Luigi, esta película es ciertamente un dolor, pero “Paganini Horror” es bastante potable y “Contamination” tiene su aquel. Luego tiene un giallo temprano del que hablan bien pero que no he visto y fue uno de los muchos directores que se puso tras la cámara en “Nosferatu, el vampiro de Venecia” que es una peli bastante refinada y a tener en cuenta.
Pero esta mejor no verla (otra vez, claro)

2. 28 abr 2016, 11:34 | Bob Rock

Elchinodepelocrespo.- Soy duro con Cozziprechiossi porque era un explotador de mil pares… pero Il Gatto Nero me ha encantado casposamente como pocas. Paganini Horrror la tengo por ahí pendiente, otro giallo tardío si no me equivoco…

Un saludo.

3. 28 abr 2016, 12:28 | Elchinodepelocrespo

Ciertamente fue un explotador, pero era lo que tocaba en la industria de género italiana en aquella época. Era el espíritu predominante. Los italianos copiaron, plagiaron y abusaron sin pudor y creo que eso es lo que le da tanto encanto a su cine. No todos podían ser Bava o Argento. Conocer el cine italiano de género es amarlo y odiarlo a partes iguales.

4. 28 abr 2016, 12:53 | Bob Rock

Elchinodepelocrespo.- Precisamente, es parte de esa “cara dura” lo que a mí me gusta. También creo que se lo podían permitir (mira Terminator 2 o Alien 2) gracias a la forma de acceder a la información por aquella época, llamémosla inocencia. Fascinante como jugaban al despiste mercenario en todos los estadios de una producción cinematográfica.

Por eso defiendo que ahora no tiene cabida este estilo despiadado de comercialización, y el intento de resucitar dicha metodología (ojo, no me refiero al homenaje bien planteado, como los trabajos de Astron-6) está avocado al fracaso: me cuesta mucho tragar con “The Asylum” o el “Spaghetti Boll”, por poner un ejemplo obvio. Otra cosa es que los resultados formales pecasen mayoritariamente de penosos, mucha gente se aburre como ostras ante los viejos despropósitos de los que hablamos.
La cuestión es pasárselo bien con este cine, ya sea un “Deathstalker 2”, ya sé que no es italiana pero como si lo fuera, o un “Año 255”, asumiendo que estas películas son un producto de consumo, como una bolsa de patatas, y no un Caravaggio.

Eso sí, entre el asombro y la vergüenza ajena me hipnotiza lo expoliadores que eran estos currantes, así como su curiosa interpretación de los gustos del público de terror: “¿Poe es un genio universal de la literatura de horror? Pues aprovechamos que sale un gato negro en algún fotograma y esta película es una adaptación de Poe”.

Luego, como en todas las sectas, había tíos con más o menos talento. Claro que el talento, que cosas, es algo difícil de mantener con el tiempo, como ha demostrado un actualmente perdidísimo Argento.

Al final, simplemente hora y media para soñar mejor o peor. A veces me siento hasta mal dándome tanta guerra con las reseñas, supongo que será el hartazgo con más de 200 a las espaldas.

Gracias por el microdebate, ¡fiera!

5. 28 abr 2016, 13:16 | Elchinodepelocrespo

Sí , cuando celebro ese cine desvergonzado me refiero al de los 70-80. Evidentemente esas prácticas ya no tienen mucho sentido en la actualidad. No me interesan porque ahora son más un ejercicio absurdo de metalenguaje que otra cosa.

Lo de Poe traído por los pelos es algo bastante frecuente en el cine de terror. Y de Argento a partir de los 80 mejor no hablo. El Argento de sus primeras pelis está muy por encima.

Un saludete.

Y ánimo con las reseñas, vas camino de récord.

6. 28 abr 2016, 14:32 | Fhercho06

Recuerdo que esta película precisamente, la había visionado en un canal abierto por aquel entonces. Lo que algunos lo llaman clásico otros lo denominan poco satisfactoria o normalucha, u otro sinónimo buscado, “pero que es esta mierda” (insertar meme)…

A mi criterio es una muy buena cinta que podría sinceramente hacer pelea a los constantes metrajes vulgares, sin idea y de comedia gamberra de hoy día, que abundan en el mercado cinéfilo.
Esperemos que un día no muy lejano esta obra pueda remasterizarse y disfrutarla de una calidad un poco mejor.

¿Por qué será que nos encanta tanto los cines de terror de serie B o demás? Saludos Bob, un abrazo.

7. 28 abr 2016, 16:32 | carrido

Totalmente de acuerdo con todos vosotros….ese cine Italiano de Explotación desvergonzado,cutre y macarra.Me encantaba y me encanta.Todos esos plagios/fusilamientos de películas USA de los 70/80 testifican que mucha gente los consumía (un servidor mismamente).Y si que es cierto que entre la basura salia Argento,Fulci,Bava (Padre),Avati,Soavi que eran los que destacaban en calidad por encima de los demas.En cuanto a los homenajes que he visto hoy en día…no tienen mucho sentido.Ya que el contexto de los años 70/80 no es el mismo.Ademas la inocencia con la que se miraban (y modestia de grandes expectativas).No son las mismas que quiere el publico del siglo XXI.

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