Lost Creek

Peter Rowland, de once años, acaba de mudarse con su madre a la ciudad de Brackenvale. Allí conoce a Maggie, una chica misteriosa con la que comparte un vínculo instantáneo. A medida que Peter se instala en su nueva vida, se va dando cuenta de que algo está mal en la ciudad. Le persiguen las pesadillas, y las cosas que le asustan en su imaginación se están volviendo más y más reales con cada noche que pasa. Con Halloween a la vuelta de la esquina, Maggie y Peter descubren algo aterrador que se esconde en el bosque cercano a Lost Creek. Deberán unirse para enfrentarse a sus miedos y descubrir el oscuro secreto de Lost Creek antes de que sea demasiado tarde

“Una historia de fantasmas vista a través de los ojos de un niños”, de esta manera, simple pero efectiva, resume el director y guionista Colin Adams-Toomey su debut cinematográfico en Lost Creek, una película que parece apoyarse en toda la imaginería de Halloween para materializar los miedos e inseguridades de un grupo de preadolescentes cuyo exceso de imaginación parece dispuesto a jugarles una mala pasada. O quizás no todo sea fruto de la imaginación…

Adams-Toomey expone las razones de situar esta historia sobrenatural protagonizada por crios en el marco de una noche tan significativa: “Halloween es la metáfora perfecta para todo lo referente a lo grande y terrorífico que significa ser un niño. Todo gira en torno a la imaginación, pero también es el momento en el que nos focalizamos en los lugares más oscuros de nuestra mente. Durante una noche eres capaz de salir a la calle sin la compañía de un adulto… y eso es excitante, pero también terrorífico: la protección de tus padres desaparece”. La película está lista desde el pasado mes de abril, el trailer tiene una pinta bastante decente y, por lo tanto, suponemos que Lost Creek será una pieza bastante codiciada entre los cientos de festivales especializados que se celebran alrededor del mundo en la noche de los difuntos.