Crush the Skull

Me gustaría poder empezar este texto hablando de precedentes y preámbulos, pero es que, al menos para conmigo, Crush the Skull es una película que ha aparecido de la nada.

A veces uno cree que estos son los casos que pegan la campanada y nos dan una buena sorpresa. Pero en este en concreto la lógica se impone a la esperanza, y si esta no ha hecho mucho ruido previamente, es porque no se trata de una película ruidosa. Responde más bien a un proyecto de colegueo llevado a cabo por asiduos al formato televisivo. Un proyecto que sin duda hubiese pasado sobradamente desapercibido de no ser porque la mezcla les ha salido con mucha gracia.

Crush the Skull forma parte de ese club tan poco exclusivo que son las comedias de terror. Una combinación con una probabilidad de error mayor a la de otras mezclas de género. La cosa puede salir muy mal, o especialmente bien. Pero rara es la vez en la que tanto el terror como la comedia se equilibran. Lo cual muchas veces termina en despropósito.

En este caso la cosa no va más allá. Pues la parte más delicada, la de la comedia, es la que salva el conjunto. Comedia negruzca (No lo suficiente para cuadrar con la temática a mi parecer, pero hay salidas que si están a la altura de las circunstancias) no especialmente refinada, pero bastante cómplice. Mucho running gag, y sobretodo humor sobre guion, pues las interpretaciones, pese a ser correctas, no engrandecen especialmente el resultado.

El problema entonces posiblemente sea que Crush the Skull sea un proyecto que funcione mucho mejor sobre libreto, pese a que a este también le faltan un par de vueltas para convertirse en algo destacable. Pues la mayor parte del resultado final se ve diezmado por un aspecto visual y técnico realmente pobre. Demasiado amateur. Y por amateur no me refiero a falto de recursos (Todos hemos visto películas alucinantes hechas con cuatro duros), si no a más bien falta de ganas y/o experiencia, lo cual se traduce en una especial falta de interés en el apartado de la fotografía como herramienta narrativa y no solo estética —la cual tampoco hace acto de presencia— o una dirección especialmente pobre. Y aquí es donde entra lo comentado al principio acerca del formato televisivo. Obviamente no hablo de series de alto nivel de producción. Si no más bien de productos tipo sitcom o TV movie, en las cuales la falta de tiempo obliga a reducir el uso de dichas herramientas.

Esto sumado a lo ya comentado del apartado de guion nos deja una película coja. Pero por suerte, especialmente divertida. Pues repito que el humor, que si se siente real y espontaneo, le salva totalmente la papeleta. Y por suerte en este caso, tratándose de una película que no hace gala de especial profundidad, tener gracia consigue salvarla de ser un producto fallido.

Pero, si este humor es tan espontaneo y gracioso, ¿Qué es lo que falla de guion? Muchos hemos sentido alguna vez, al ver una película, que la trama sucede de manera extraña. Poco fluida. ¡Escrita! Pues ese es el problema. Crush the Skull peca de un guion que pasado a imagen sigue reflejando su escritura. Escritura que se deja ver en situaciones forzadas, o conversaciones demasiado marcadas. Por suerte en este aspecto el trabajo interpretativo ayuda bastante a maquillar esta tara, especialmente la pareja protagonista.

Al final todo queda en un producto realmente entretenido. Que se deja disfrutar sin dificultad, y es por eso que al final el sabor de boca con el que uno la termina es agradable. El problema es la falta de profundidad tanto en la propia película como en la ejecución de la misma. Es una lástima, pues de haber estado más trabajada podría haber salido un producto final bastante remarcable, pese a lo revenido de su idea central.

¿Tal vez lo que Crush the Skull necesite sea un remake…? No, espera. Siempre negaré haber dicho eso. Olvidadlo.