Before I Wake

Al fin… tras un año de espera he podido ver la desafortunada Before I Wake (desafortunada por el hecho de que se haya filtrado antes de su estreno estadounidense, no por la película “per se”). Para mi sorpresa, la nueva película de Mike Flanagan es un cuento de hadas adulto que hace gala de un asombroso apartado visual que da cobertura a un simbolismo sencillito, más fantasioso que grandilocuente. Su objetivo final es el de aglutinar toda esa mezcla de géneros tan dispares a partir de una base más propia de la fantasía que del terror.

Así que en esta ocasión pasamos de lugares malditos —como el túnel de Absentia— y de objetos malditos —como el espejo de Oculus—, a un niño como objeto de la condena; lo que nos trae a la memoria filmes similares como Firestarter (basada en la novela homónima de Stephen King, que no he tenido la oportunidad de leer, y adaptada por Mark L . Lester en 1984), Dark Touch (Marina De Van, 2013) y, en especial, a Mama (Andrés Muschietti, 2013). Y es que resulta inevitable resaltar el extremado parecido visual de Before I Wake con el filme de Andrés Muschietti, que también destacaba por esas profusas nubes de mariposas y un ente muy parecido al que veréis en la película que hoy nos ocupa.

A pesar del tono comercial de la película —se nota que está planteada para un público amplio, lo cual la aparta del tipo de películas que un servidor suele comentar en Almas Oscuras— Before I Wake posee algún repunte digno de alabanza que hace que destaque sobre la ponzoñosa basura a la que nos tiene acostumbrado el género en su versión más mainstream. En términos generales Before I Wake, aunque no es una gran película de terror, sí es un drama, a mi modo de ver, fantásticamente desarrollado. Ya en uno de sus primeros trabajos, Absentia, Flanagan demostró tener una mano puntillosa a la hora de construir el drama alrededor de una intrincada trama sobre desapariciones; y lo mismo podríamos aplicarlo a Oculus, otra película cuyo dramatismo se sustentaba en la venganza de dos críos que pierden a sus padres a manos de un espejo (dicho así suena muy estúpido, pero os aseguro que en la película había poca cabida para el chiste…).

Con Before I Wake Flanagan nos presenta algo casi opuesto a Oculus, esto es, el dolor de un niño al perder a sus progenitores de manera prematura. Y la gracia del asunto es que nos presenta a una villana para nada al uso. Una villana sorprendentemente interpretada por Kate Bosworth, que encarna a una madre egoísta y negligente que se aprovecha del don/maldición de Cody (interpretado por Jacob Tremblay) para resarcirse de la pérdida de su hijo póstumo; algo que, sin duda, se sale un poco de lo que éticamente se esperaría de una buena madre… SPOILER Lo interesante del asunto es que, desde el primer momento, el director señala a Bosworth como la única villana de la función, dado que toda esa imaginería de pesadillas no dejan de ser el recurrente del trauma de Cody sufrido por el deterioro y la pérdida de su madre FIN DE SPOILER. Por mi parte, una excelente nota para Bosworth y Flanagan por regalarnos un personaje tan complejo como éste. La parte negativa es, precisamente, la resolución al conflicto planteado, que degenera en algo muy pueril y cursi que nada tiene que ver con el conflicto base; lo que evidentemente potencia su atragantamiento. Aunque en mi caso la película supo compensar sus defectos con otras aptitudes, como es el apartado visual y la actuación de Bosworth.

En definitiva Before I Wake se presenta como una película correcta —en ningún momento ni siquiera roza la maestría— y cómoda de ver. SPOILER Como drama de terror la propuesta de Flanagan propone una amalgama armoniosa, a modo de parábola, sobre un huérfano que teme tanto la muerte de sus seres queridos que no puede evitar soñar con ello… FIN DE SPOILER; de manera que tan solo es una película de terror en su superficie, pues en el fondo se acerca más a un thriller psicológico. El reparto muy correcto. El crío, una ricura. El ritmo algo denso. Y visualmente cautivadora. En fin… un altamente recomendable.