Viral

Tras el brote de un virus que transforma a la mayoría de la población, una joven se ve atrapada en cuarentena en su casa de una urbanización alejada de la ciudad. Su hermana, infectada, pasa junto a ella los últimos momentos de su vida como humana.

“Viral” es la incursión en el cine de infectados, que no de muertos vivientes, por parte de la productora “Blumhouse”, cuyo elevado número de producciones al año la convierten sin duda en la más prolífica en lo que a terror y asociados refiere. Si algo hay que reconocerle a Blum y compañía es la capacidad para sacar buen rendimiento a productos baratos. Reconozcamos que han sabido conectar con el espectador, quizás menos con el núcleo duro de aficionados, y lo han hecho con un sello propio muy característico: los efectos del miedo en las familias dentro de entornos suburbanos de clase media/alta. Al menos así lo ve un servidor. Otro de sus aciertos es revestir a sus películas con carteles llamativos, tráileres muy dinámicos y, en general, un aséptico acabado que tanto las hermana como las hace muy funcionales ya hablemos de cine o televisión. Salvo las cintas dirigidas por James Wan, todas las películas de la productora norteamericana podrían pasar por estar rodadas por el mismo equipo. En este caso un grupo de mercenarios (Henry Joost, Ariel Schulman, Christopher Landon y Barbara Marshall) que suelen trabajar a las órdenes de la productora. Cierto, estoy exagerando ligeramente, pero vosotros me entendéis.
Otra cosa serían los argumentos de estas producciones. Los cuales, con más o menos diferencias, beben de las fuentes del terror ochentero de corte familiar. Es decir, todas tienen algo de “Poltergeist”, el enfrentamiento de un clan a fuerzas que amenazan su espacio vital; un argumento base tan bueno como cualquier otro pero que a mi juicio están sobreexplotando de manera escandalosa.

¿Es “Viral” una excepción a esta corriente de terror suburbano? Ni mucho menos. Y aquí me gustaría hacer una reflexión sobre el cine de zombies/infectados/epidemias:
Cuando en el cine se ha desatado un apocalipsis zombie o una epidemia violenta siempre nos encontramos con un grupo de supervivientes luchando en los diferentes estadios de dicho suceso. Ya sea bien en el arranque, conociendo los motivos de la plaga, o tras sus devastadores efectos. Como espectador me importa tanto la amenaza a los supervivientes como ellos mismos, necesito que esas dos partes estén equilibradas para no convertir sus desventuras en un absoluto coñazo. Queda claro que, para empezar, la amenaza de los infectados/zombies tiene que estar bien presente, cuando se utiliza sólo como telón de fondo para contar un drama humano se pierde mucho de su simbolismo. ¿No es el fin de la humanidad? Entonces que se note, que no existan zonas seguras y el peligro se apodere de la pantalla. Cine de terror: emociones fuertes.

La otra pata del invento no es menos importante, ¿quién queda en pie durante las últimas horas de nuestra raza? Aquí es donde suelo alucinar con las decisiones de los guionistas. He visto cientos de películas de muertos vivientes y muchas veces me pregunto cómo alguien ha tenido la ocurrencia de dibujar unos personajes tan sosos, como el 90% de los que pueblan este subgénero. No necesito que sean superhéroes (aunque la idea de “Marvel Zombies” más tarde o más temprano debe ser llevada al cine), pero sí que sus problemas, roces y reacciones frente a la epidemia sean creíbles y contundentes. Y si no se opta por lo creíble, fijémonos en la genial “Shawn of the Dead” o en la no menos interesante “Zombieland”, por lo menos que sean tipos divertidos con estilo y capacidad para sacarnos una sonrisa.

¿Cómo se posiciona “Viral” en cuanto a estos dos extremos de la “ecuación zombie”? Simplemente aplica la fórmula “Blumhouse”. Nos coloca en una situación de sobra conocida, para ahorrarse profundizar en los aspectos complejos del escenario, y lanza a la sartén un grupo de personas de lo menos interesante que te puedas echar a la cara. Quizás sea la excusa de que esa “normalidad” aparente genera empatía en un amplio espectro del público. Sea como sea, no me atraen los personajes que suelen aparecer en las películas de esta productora. No sólo los veo anodinos, es que además son siempre lo suficientemente superficiales como para no ofender a nadie, y un servidor necesita algo más macarra.

“Viral” nos presenta a dos hermanas post adolescentes cuya relación se erige en el centro absoluto de la historia. No hay subtramas, parece que incluso la infección esté colocada a posta para poner a prueba su amor. Eso sí, todo expuesto con bastante gusto técnico, ninguna pega, pero toda la historia fuera de la epidemia es bastante intrascendente, digna de una sobremesa de domingo. Es decir, desgraciadamente la plaga supone sólo un vehículo para exponer los trapos sucios de la familia, como si a alguien le importasen. ¿Qué coño me importa a mí que el padre sea un adúltero si casi no aparece en pantalla? ¿Qué diablos supone un romance juvenil visto de mil y una formas antes? ¿El sacrificio de la gente de pie? ¿Cualquiera lleva dentro un héroe? ¿Qué una chica norteamericana necesita poco más de dos minutos para convertirse en una experta cirujana? ¿La reacción adolescente a una infección que se transmite por contacto? Puestos a contar lo mismo de siempre buscad un grupo más numeroso de gente, que sintamos la tensión entre ellos o, si no es el caso, por lo menos contratad a John Goodman para que encarne un rol lleno de misterio y mala baba, ¡palabras mayores! No es culpa de las actrices principales: Sofia Black-D’Elia (“Project Almanac”) y Analeigh Tipton (“Lucy”, “Memorias de un zombie adolescente”). Dos bollitos que resulta muy agradable ver en pantalla, pero que por mucho esfuerzo que demuestren quedan a años luz de ofrecer un trabajo de altura.

Ya hemos visto aproximaciones emocionales al mundo de los muertos vivientes, siendo uno de los casos más flagrantes “Maggie”, ligeramente superior a la que hoy comentamos, y todavía pienso que este subgénero no acaba de casar con el dramón. ¿Necesitas a una horda de caníbales para narrar la descomposición de la relación de un pequeño grupo de personas? Yo creo que no. De hecho, cuando “Viral” se pone interesante es durante su tramo final, cuando los infectados por fin hacen acto de presencia, dándole unas gotitas de necesaria acción a una cinta que, por otro lado, es un poco peñazo por muy bien realizada que esté. Muy sencillo, los espectadores quieren chica, igual que los muertos vivientes.

En cuenta a la causa de la infección, digamos que se deja notar la alargada sombra de “La Invasión de los Ultracuerpos”, aunque remozada según el filtro de “The Strain” y con un ritmo deudor de “The Walking Dead” y afiliados. Si estas referencias te valen, verás una mezcla que quizás te entretenga si no eres muy exigente, pero le falta mucha locura y profundidad como para saciar el hambre del público avezado, cansado de la misma historia contada de la misma forma. ¿Gusanitos? Me encantan, tanto como a un niño muerto, sin embargo sus apariciones resultan ridículas, antes que otra cosa, por culpa de un CGI del montón.

Terror aséptico mezclado con drama irrelevante marca de la “Blumhouse”, con todos sus claroscuros se hace difícil recomendarla.