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Shelley

La prima fea de The Witch

Shelley

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Leo y Louise son una pareja que no puede tener hijos. Viven en una cabaña en Dinamarca junto a un lago de cristal, sin electricidad ni lujos – aunque les fascina la congelación de óvulos -. Agobiados con las tareas de su hogar contratan a Elena, una entrañable asistenta rumana que pronto entabla una genuina y hermosa amistad con su señora. Animada por una cuantiosa suma de dinero y el aprecio a sus patrones, Elena decide llevar el hijo de la pareja danesa en su vientre. Es en ese momento cuando extraños fenómenos empiezan a infiltrarse en sus quehaceres cotidianos. ¿Se trata de un embarazo complicado o hay algo horrible en el ser que lleva su vientre?

Vaya por delante que, pese a su argumento basado en “un embarazo infernal”, “Shelley” no tiene absolutamente nada que ver con “La Semilla del Diablo”. Únicamente converge con el clásico de Polanski en la creación de una atmósfera malsana a partir de los elementos comunes a la situación que nos plantea. Eso sí, de manera artificial si la comparamos con el clásico de 1968. Es decir, los avatares de un estado cualquiera de gestación, por ejemplo la irritación y sequedad de la piel de la futura madre, se convierten en un indicio de algo más terrorífico. ¡Ojo! Sólo un lánguido indicio que el espectador tendrá que decidir si decanta en la cazuela del horror o en la del drama, pues estamos ante un proyecto que me cuesta aceptar como cine de género. Una pena que las mejores producciones actuales, en lo que a apartado técnico y artístico refiere, repudien el terror de pura cepa y prefieran acercamientos más psicológicos y, porque no, pedantes (aunque algunos dirían intelectuales). Sigo abogando por espectáculos menos reflexivos, pero sería injusto no reconocer la enorme calidad de “Shelley”, a su manera una pequeña joya que el tiempo pondrá en su sitio, aunque este sea lejos de “Almas Oscuras” probablemente.

La forma de tratar la ambientación bebe de fuentes clásicas. Una modernización de elementos góticos, especialmente el aislamiento, para ofrecer una narración al más puro estilo “The Witch”, aunque inferior en impacto. En definitiva, una rendición visual a los trabajos del director polaco con gusto por las chicas jóvenes. Olvidaos de los excesos sangrientos de “Baby Blood”, el entretenimiento casposo de “Estoy Vivo” o una estructura convencional al más puro estilo de ”Grace”. Sabiendo que nos enfrentamos a una co-producción danesa y sueca tenemos que asumir el alto grado de parsimonia a la hora de desarrollar su historia, así como una extrema frialdad retratando las emociones de sus personajes. Y así es, por lo que hace falta una advertencia destinada al espectador que acuda a esta obra con objeto de vivir sensaciones fuertes al estilo de, por decir algo, un slasher: ¡Huid todo lo que os permitan vuestras piernas! Aquí de terror sobrenatural tenemos más bien poco, una decepción en cierto sentido, y, la verdad, la obsesión de la historia por no definirse me ha parecido bastante manipuladora, en el peor sentido. Cuando terminó no supe si aplaudir o preparme un cocido madrileño.

Su director, el debutante Ali Abbasi, fracciona el metraje en tres partes clave:

Una introducción donde se establece la relación entre las dos protagonistas lejos del tedio habitual de estos momentos: la sencilla y vivaracha asistenta rumana y la casi élfica señora de la casa que no puede tener hijos, personajes sencillos que adquieren una tremenda complejidad gracias a sus intérpretes. Curioso, esta primera media hora es un ejemplo maravilloso de cómo realizar diálogos mudos, como desplegar una atmósfera ominosa sin que pase absolutamente nada fuera de lugar. Casi diría que es lo mejor de la película, una demostración de músculo en lo que respecta a su dirección artística. Una pena, de nuevo insisto, que por muchas insinuaciones que intente Abbasi esto de terror tenga muy poco.

Un nudo donde asistimos con bastante dinamismo al embarazo de Elena, la asistenta rumana, la cual poco a poco se ve absorbida por la vida que nace en su interior, viendo un monstruo donde no lo hay… ¿o sí? Aquí es donde su director y guionista pone toda la carne en el asador. Una vez establecida la relación, genuina y tierna entre las dos protagonistas, estira de ella mediante el vínculo que se ha creado a partir de los óvulos de la señora, Louise. Sin embargo, el terror genuino se reduce a meros sueños, alucinaciones y suposiciones; un bucle del que desgraciadamente no conseguimos salir, aguando la tensión por la extrema falta de contenido. Eso sí, mujeres embarazadas sensibles: posponed el visionado de “Shelley” hasta después del parto.

Un tramo final donde el padre de la criatura, Leo, deviene en vehículo de más de esas suposiciones misteriosas sobre el origen del bebé, tramo que incluye una escena onírica bastante fuerte en términos que dejó en vuestras manos. Tengo que ser cauto para no desvelar el único tramo que posee jugo argumentalmente hablando, así que sólo diré que es durante los último diez minutos donde se concretiza algo más de las alusiones que hacen de Shelley, “el bebé maldito”, algo más que una máquina de comer, dormir y cagar. Aclaro que cuando digo “se concretiza” tomároslo con cautela: cualquier interpretación de la parte “sobrenatural” queda en manos del espectador. No existen pistas que desentrañen el misterio de la película, pero lo que consigue con una potencia que pocas producciones actuales han alcanzado, de nuevo su prima mayor “The Witch”, es que asistamos hipnotizados a su falta de contenido con tal de saber algo más sobre el origen de la niñita.

Supongo que su director estaba más pendiente de exacerbar el sentido metafórico de su película que de narrar una genuina historia de terror, por ello esa patina intelectual (yo prefiero pedante) que causará un alto rechazo allí donde se pasee su ópera prima. Como nuestro buen amigo Vael comentaba: “Shelley” va a ser amada u odiada. Un servidor se mantiene cauto porque a pesar de verse atrapado formalmente también guarda mucha decepción acumulada. Jamás podré admitir que la historia de una película se resuma en dos líneas por mucho que hable del miedo de las madres a su propio embarazo o el del padre a ser desplazado dentro del núcleo familiar. Son conceptos sumamente vistos y vividos en el mundo real, ¿dónde queda la evasión del séptimo arte? Seamos claros: “Shelley” cuenta poca cosa y eso pasa factura. E igual que digo todo esto, también expreso mi fascinación por unas actuaciones superlativas, de premio Ellen Dorrit Petersen y Cosmina Stratan; su gélida fotografía, que se apoya sobre una débil iluminación natural capaz de trasladarnos de mágicamente al norte más misterioso; unos planos claustrofóbicos llenos de tensión sin que acertemos a decir porque nos provocan malestar; un inquietante score ambiental que, usando susurros de ultratumba y gañidos de perro, desboca nuestra imaginación hasta límites que el guión no sabe aprovechar. Tal y como está el cine, más teniendo en cuenta el limitado presupuesto de “Shelley”, no es poco, ¿verdad?

Resumiendo, una propuesta radicalmente distinta al cine de terror norteamericano que nos machaca (¿has oído Jason Blum?). Quizás, me cuesta verlo de otra forma, dicha diferencia se deba a tratarse más bien de un drama forzosamente revestido de miedo psicológico. Buena parte de ese distanciamiento con el efectismo puro y duro también se debe a su origen escandinavo, algo que no sólo evita ocultar sino que destaca, por ejemplo, haciendo uso en sus escasos diálogos del idioma noruego, sueco, danés y rumano. Se aprecia que la industria europea establezca una voz propia, aunque en esta ocasión sigo lamentando la falta de sinceridad cuando hablamos del apartado argumental. Una cosa es implicar al espectador en las respuestas al enigma planteado, y otra cosa es servirles un espectacular bocata del mejor pan jamás horneado pero sin salchichón dentro.

Con todo, y a la espera de que AZOTE me tilde de “gafapasta” o algo similar, diré que entra en lo mejor del año sin duda. Tampoco es decir mucho tal y como está el panorama, pero así son mis gustos y mis contradicciones. ¡¿Qué le vamos a hacer?!

Lo mejor: Las actuaciones de sus dos protagonistas femeninas.

Lo peor: Tanta intriga para nada.


Vuestros comentarios

1. 05 ago 2016, 21:54 | Fhercho06

Y pues varias de esas escenas jamas lo veríamos en Hollywood, principalmente la del desenlace. o.O

Y con decirte Bob, que la miré con platea llena, allí en el living acompañado de mujeres y con escenas bastantes oniricas de por medio.

Saludos compañero.

2. 05 ago 2016, 22:49 | RedRum

Como me pone esto! la veré!

Saludos. Gracias por la recomendación.

3. 06 ago 2016, 05:40 | Omar

Cuando comenzó estuve a punto de retractarme al ver esas tomas tan comunes y burdas de ramas y montes, pero vaya!, que como esta citado en la reseña, la primera parte sabe atrapar, y decidí darle la oportunidad…. los tres personajes se desenvuelven naturalmente y convergen en un planteamiento bastante equilibrado, ameno y muy bien logrado.

La segunda parte le doy un aplauso y es que sin practicamente nada me tuvo mordiendome el puño por casi una hora. Estuve en tensión a todo momento y con ganas de querer saber más, aunque en el fondo presentía que me llevaría una decepción pues el desenlace y la explicación de los hechos se veían tan lejanos, practicamente inalcanzables en el horizonte……

En la tercera parte se fue a la mierda, creí que estaba viendo otra historia que apenas iniciaba (Shelley 2 o algo por el estilo), a excepcion de la escena del sueño que fue lo más rescatable, no le rascaría nada más positivo de estos pocos pero eternos minutos…

Es muy atrevido ponerlo en lo mejor del año, al menos en mi propio conteo no creo que figuraría.

Le daría 3/5

Un abrazo

4. 06 ago 2016, 16:16 | Bob Rock

Fhercho06.- ¿Y qué dijeron tus acompañantes? Creo que Shelley es una buena película para que nuestras lectoras dejen su opinión. Claro, nosotros como hombres jamás podremos saber que es llevar otra vida en nuestro interior… así que igual los efectos psicológicos de “Shelley” nos quedan ocultos. Esa escena, la exploración, joder, que salvaje.

RedRum.- Ya nos contarás.

Omar.- Más que vulgares, yo creo que Ali sabe usar la naturalidad como una herramienta más. Es decir, la cámara siempre se sitúa junto a los personajes, a mano alzada, para poder ser uno más de ellos. Es sólo con los exteriores que abre la panorámica para realzar la soledad de los espacios abiertos daneses. El muchacho sabe lo que se hace.

Sí, yo también pensaba que el argumento no iba a lograr aclararse en ningún momento. Se ve venir porque muchos hechos también se sobrevuelan muy rápidamente. Por ejemplo, ¿Elena está enferma realmente? ¿Por qué los patrones no se preocupan por esa caída libre física? Supongo que nos falta ver más sesiones en el médico, vemos la justa, para saber que Louise y Leo no reniegan de la medicina moderna (aunque contratas con su forma de vida, algo erróneo a mi juicio).

Con todo, por no andarme por las ramas, si la considero como parte de lo mejor del año es porque el nivel está bastante bajo. Y además creo que hay que realzar su vocación de película distinta. Su ritmo, actuaciones, ambiente y dirección no las vamos a ver mucho por aquí. Eso sí, si entra en ese TOP 2016 sería por la parte baja, me cuesta pensar en cinco películas de terror que haya visto este año que sean sinceramente mejores que “Shelley”. Con todo, tampoco es una obra maestra, pero se recordará como una de las imprescindibles, en lo que a cine independiente se refiere, de 2016… aunque por si acaso no apostaré ni una moneda a ello.

Un abrazo!!

5. 07 ago 2016, 22:54 | Omar

Este asunto en que si Shelley pudiera estar o no en lo mejor del año me ha puesto a pensar, y creo que el año no ha estado tan tirado a la basura.

Sobre todo por las sorpresas que nos dieron las producciones de alta pasta del cine comercial como lights out, the counjuring 2 y somnia, que puedo considerarlas incluso como buenas peliculas.

Mi listado de lo mejor por el momento incluiría a The Invitation,10 Cloverfield Lane, Hardcore Henry, Green Room, Circle y Alguna de las comerciales citadas….

6. 08 ago 2016, 00:08 | Bob Rock

Omar.- Todavía es un poco pronto pero me atrevo a aventurar que este año no está siendo tan nefasto como 2015. Quizás en cómputo global sea mejor para el género de terror. Con más propuestas serias de peso y series B mejor desarrolladas. Con Lights Out y Somnia pendiente (curioso sus buenas críticas, me alegro de verdad), diré que Shelley se mete por los pelos entre lo mejor. Insisto que me hizo ilusión ver una cinta barata pero seria, y con ganas de ofrecer un terror distinto. Yo que sé, a lo mejor me pilló en un buen día, seguro que en otro momento hubiese dicho que era una pedantería.

Con todo, suscribo parcialmente tu lista (Cloverfiled me encantó, pero sus últimos diez minutos sintetizan todo lo que odio de la humanidad) y añadiría The Witch, que yo defiendo como una buena película de horror sobrenatural (en esta es donde no veo tanta metáfora como dicen). Es la única que en 2016 me ha inquietado y angustiado de verdad junto a Shelley (y The Conjuring 2 que me tuvo trastornado con tantos sustos). También me gustaría reconocer a Before I Wake, que sin ser la leche, consigue ser sólida, y a Friend Request… si esta última hubiese saltado del terror adolescente a algo más oscuro y macabro, podría haber sido un pelotazo.

En 2015, por estas fechas, no tenía claro como coño iba a poder redactar una lista con los 5 mejores títulos del año. Esta vez lo veo más claro y me alegro. Sólo espero que ciertas series B que he quedan por estrenar sean la gamberrada que espero (necesito algo fuerte en este sentido). Por ejemplo “Antibirth”. Tal vez “The Devil’s Candy” también nos haga disfrutar.

Un abrazo!

7. 09 ago 2016, 12:19 | AZOTE

Hamijo Bob lo de gafapasta no te lo vas a ganar precisamente criticando algo por ambiguo.

Y si es un drama que sólo sugiere algo sobrenatural para perderse en metáforas mundanas gozadlo todo vosotros.

8. 09 ago 2016, 19:32 | Bob Rock

AZOTE.- Y pensar que nuestra relación empezó con tal mal pie. Aaaah, hoy somos como uña y roña, como culo y boca, como el dúo Sacapuntas. Y lo sabes…

9. 14 ago 2016, 00:39 | Elchinodepelocrespo

Para los completistas, hay una peli danesa, “Baby doll” (1988), que también toca el tema de la maternidad desde el terror psicológico, aunque tiene más de lo segundo que de lo primero.

10. 15 ago 2016, 11:07 | Bob Rock

Elchinodepelocrespo.- Gracias por el apunte. Tiene buena pinta, aunque me quedo con la “Baby Doll” que yo conocía, la de Elia Kazan.

11. 15 ago 2016, 17:28 | Elchinodepelocrespo

Es difícil competir con esa película, Bob Rock.

12. 16 ago 2016, 17:54 | Bob Rock

Elchinodepelocrespo.- Ya te digo… me han entrado ganas de volverla a ver… sería como un laxante para tanta mierda que veo, je je je.

13. 08 feb 2019, 01:59 | princesa unikitty

vista esta pelicula se podria argumentar que el director y la pareja de guionistas (entre los que esta el director) deben odiar con todas sus fuerzas la inseminacion in vitro como para retratar al bebe que resulta de dicha inseminacion como un maldto cabrón hijo de remil putas que arruina la vida de todos a tu alrededor y que shelley (la pelicula) es la forma de expresar que la fecundacion in vitro es (segun estas personas) la peor mierda del mundo.

¿y que pensaran de la adopcion estos sujetos?

green day / geek stink breath

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