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Tickled

Cosquillitas siniestras

Tickled

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Reconozco que el mundo del documental queda lejos de mi día a día como cinéfilo. De vez en cuando, por mera casualidad, termino viendo alguno histórico o científico a ver si aprendo algo; un completo error, soy un zoquete y así intento demostrarlo día a día en mis reseñas, a lo sumo consigo disfrutar de una buena siesta o un poco de onanismo intelectual. Pero cuando supe de “Tickled”, gracias al bueno de Joan Lafulla, quedé inmediatamente hipnotizado ante lo que prometía un oscuro submundo de fetichismo rallando el terror. Adentrarse en los vericuetos del deseo humano siempre alberga su ración de morbo y peligrosidad, pero el tráiler de este proyecto aseguraba una serie de giros que provocarían escalofríos hasta al más estoico de los espectadores. El factor “realidad” se erige como estimulante bala para el arma llamada “miedo” cuando es revestida de “inocencia” rota. La red está llena de vídeos de implicaciones dudosas, no hace falta instalarse el navegador Tor, sólo ir a Youtube para contemplar escenas que ponen en duda nuestra capacidad de comprensión.

Una supuesta competición de resistencia de cosquillas entre jóvenes varones, extrayendo cualquier y sana implicación homosexual, que esconde un submundo de abuso y extorsión, ha sido expuesta de forma natural y esto se ha convertido en un soplo de aire fresco dentro del panorama cinematográfico copado por argumentos de gran vacío existencial. Dicha sorpresa, a medias pues toda mercantilización de una actividad sexual posee un lado siniestro o directamente criminal, ha cautivado a miles de espectadores por todo el globo. “Tickled” ha pillado con las defensas bajas a muchos, ganándose un merecido renombre entre la comunidad de aficionados al terror. Lo repito para los sordos: realidad e inocencia corrupta, combinación ganadora pese a ser parte consustancial de la eterna crónica negra del hombre.

No soy ajeno a las distintas filias sexuales que la humanidad disfruta desde que era poco más que un mono. ¡A lo mejor no hemos evolucionado tanto! Porque cada vez que veo catalogar estas aficiones como “perversiones” me parece estar oyendo a los chamanes aterrorizar a sus compañeros de tribu ante el castigo de los eclipses. Por favor: respeto para las inclinaciones sexuales de cada persona siempre que no coarten, violen o vejen las libertades, falsas o no, del individuo. Dejando los precursores del maltrato psicológico a un lado, entrar de lleno en el mundo de las cosquillas ha sido un pequeño descubrimiento. El documental independiente, muy independiente, de los neozelandeses David Farrier y Dylan Reeve no alcanza las cotas prometidas en su tráiler. Superado el mal endémico del marketing mal entendido de este siglo, nos damos de bruces con una obra modesta y entretenida a partes iguales. Sabiamente dosificada aunque erróneamente alargada, pues la historia de fondo podría haberse comprimido en unos simpáticos sesenta minutos en lugar de noventa, “Tickled” tira por la vía del minimalismo, forzado por sus limitaciones de presupuesto, y eso le confiere una proximidad amenazante.

Tirar del hilo supone asistir a una serie de giros, necesidades económicas, Florida, homofobia, extorsiones, amenazas, Michigan, obsesión, confesiones, Nueva York, locura, suplantaciones de identidad, Los Ángeles y otras lindezas que si bien no terminan dibujando un ovillo de impacto multidimensional, descubren las escalas de poder que el ser humano puede construir alrededor de cualquier minucia, cosquillas en este caso, dominación en su último estadio. “Tickled” no habla tanto de la filia en sí, si no de los extremos a los que alguien puede llegar por ella cuando la represión se convierte en su segunda obsesión. Y esto, amigos, es lo que a mí me aterra; porque el autocontrol nunca sabes hasta donde te puede llevar. Un día te despiertas creyendo que todo a tu alrededor se ha derrumbado y, sin embargo, lo que pasa es que los indios se han instaurado en el trono del poder.

Nuestra aventura comienza en Nueva Zelanda cuando David Farrier, reportero de noticias ligeras, afronta sin ideas su nuevo reportaje. Por casualidad llega a sus manos un video donde unos apuestos efebos hacen cosquillas a otro durante una supuesta competición de resistencia. La curiosidad le lleva a buscar información sobre la productora detrás de estos “eventos”, celebrados en todo el mundo, y al comentar vía blog sus pesquisas, con cierta repercusión mediática, la productora termina amenazando duramente al reportero y su compañero de fatigas y experto informático, Dylan. Lo curioso de estas amenazas es su violento tono homofóbico, David es abiertamente homosexual, pero la espiral de sorpresas comienza cuando tres representantes de la productora se presentan en Nueva Zelanda para seguir amenazando, más veladamente, a nuestros dos intrépidos protagonistas.

Una cosa lleva a la otra, y desde el inocente descubrimiento del video, obviamente con cierto tono gay para más inri, los siguientes meses de David se centran en conseguir descubrir quién está detrás de esta actitud abusona llena de avisos legales. Luchando contra la falta de medios, el documental ha sido construido a lo largo de bastante tiempo debido a las querellas y acciones legales que se intentaron perpetrar contra sus autores, D&D se trasladan a Estados Unidos para entrevistar a todo aquel que se ponga en su camino. Quizás David no sea el más incisivo de los entrevistadores, sobre todo si estamos acostumbrados al estilo de reportero español, a veces acosadores profesionales, pero suple esta “suavidad” con una tranquila y bienvenida forma subrayar los hechos que las imágenes narran. De esta forma nos alejamos del tremendismo moderno al que podemos asistir atónitos con sólo encender la televisión. El esfuerzo de D&D por descubrir la verdad, aunque no sea tan interesante ni misteriosa, es parte del documental en sí mismo, lo que le otorga una fuerza y veracidad que, por otro lado, no poseen los diferentes entrevistados. Sí, hay algo turbio e incómodo, pero sólo un pequeño giro final – ¿una carpeta de documentos descubierta justo en el momento adecuado? – consigue darle forma a lo que de otro modo sería pura especulación.

Quitando como negativo los tremendos espacios en blanco, poco entretenidos, de toda investigación que se precie, “Thickled” es un documental diferente que consigue superar su sencillo aspecto y mantenernos atentos sin recurrir al sensacionalismo. Si luego técnicamente no ofrece nada novedoso o atractivo sería otra cosa, no juega en el terreno de ese tipo de documentales. Sobre todo recomendable, apreciación personal, por ensalzar la libertad sexual; como demuestra la contraposición de un tipo que simplemente ha decidido vivir de la publicación de vídeos de sesiones “sado” de cosquillas, canalizando su filia profesionalmente, frente a ese ente maligno que sobrevuela cual Sauron todo el metraje de “Tickled”.

Lo mejor: Sacar a la luz de manera tan natural el lado oscuro de, ojo, cualquier fetichismo.

Lo peor: Existen muchos tiempos muertos en el documental, alargado su contenido en demasía.


Vuestros comentarios

1. 22 oct 2016, 20:10 | Mountain

Muy interesante y muy incomodo este documental. Te tiene enganchado a la pantalla y si bien yo esperaba algo mas heavy al final, la verdad es que esos giros y esas sorpresas te dejan descolocado. Recomendable.

2. 23 oct 2016, 03:19 | Fran

Venía de paso y vi Tickled sin haber leído la reseña (tanto así confío en este sitio). Imaginé que era una suerte de pseudo-documental y por mera curiosidad me puse a buscar a la tal Jane O’Brian a ver qué encontraba… y me he quedado con el cuerpo descolocado! Es verdad! Y las acciones legales mal rolleras no han terminado aún. Comparto acá dos artículos sobre los sucesos posteriores a su presentación en el Sundance y en un festival en Los Ángeles:

https://confusedmonologues.wordpress.com/2016/02/04/that-was-the-guy-from-the-movie/
http://thespinoff.co.nz/tv/19-06-2016/malice-through-the-looking-glass-the-subjects-of-tickled-doco-put-in-an-appearance-at-us-screening/

3. 28 oct 2016, 13:56 | Vael

Muy bueno. Es increible como algo, a priori, tan inocuo se convierte en algo bastante turbio.

4. 29 oct 2016, 20:15 | nina

Fran! qué fuerte! gracias por el porte… ;D

5. 10 nov 2016, 20:57 | Omar

El documental es un ejercicio cinematográfico que me encanta aunque he de admitir que no he visto los suficientes.
Tickled me llamó mucho la atención desde el trailer, sin embargo, me decepcionó un poco, solo un poco.

Si bien es cierto que los primeros 30 minutos tuvieron mi completa atención y fascinación, los posteriores se me hiceron sosos, un juego de “scooby doo” buscando al presunto culpable, dejando de lado el mundillo de las cosquillas, que para un curioso como yo, me interesaba saber más y los límites que esta filia pudiera tener.

Quise saber más pero no me lo dieron, se quedaron cortos, a mi parecer, en su concepto rector, que terminó por irse por otros rumbos…. pero igual funciona

2.5/5

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