Noche de Brujas

Dos amigas preparan la Noche de Brujas en casa de una ellas mientras ven películas de miedo. Lo que no saben es que afuera, escapado de un manicomio, alguien ronda la casa con misteriosas intenciones.

“Noche de Brujas” es el remake homónimo del cortometraje con que, si no me equivoco, inició sus pasos en el mundo del cine patrio Augusto Almoguera, estudiante aventajado de la importante escuela “Ciudad de la luz”, ubicada en Alicante. Una pequeña pieza aguda e irreverente que, como él mismo comentaba, deseaba volver a rehacer desde el principio con el conocimiento y experiencia ganados con los años, así como con otras actrices y más medios. Siempre desde la humildad, ya sabéis lo difícil que está el panorama de la producción audiovisual en España, Augusto ha intentando conservar los puntos fuertes de su debut pero dándole más empaque y respetando el formato de cortometraje.

Aunque deseo extrapolar este visionado con respecto a la obra original, la cual podéis ver aquí, me es imposible por razones obvias. Pues una pequeña pega personal al respecto sería la poca distancia que toma – en cuanto a personajes, diálogos, situaciones, etcétera – de la obra nacida en 2012. Ya sabéis mi opinión en cuanto a “rehacer” dentro del mundo cinematográfico: ¿es realmente necesario? Obviamente respeto la decisión de su director, pero me gustó más el paso hacia delante que dio en otras direcciones narrativas con el corto “Amor en putrefacción”. También es cierto que cuando uno peca de perfeccionista no puede evitar pensar en cómo podría haber cambiado esto o aquello de una creación pasada, para aproximarla más a lo que tenía en la cabeza cuando la ideó. ¡Qué efímero es el valor del momento!

Lo que se nota a primera vista para bien son los años de experiencia de su responsable. Durante estos últimos años ha participado como asistente de director en la famosa serie “Vis a Vis”. Tal y como está hoy la televisión, mundo muy despiadado, ha tenido que ser un verdadero “master” acelerado, se deja notar en la planificación de escenas aun habiendo mucho camino por recorrer. Técnica y artísticamente Augusto se desenvuelve con soltura, torciendo planos al estilo de los slashers clásicos, de los que se aprovecha humorísticamente como homenaje, y dosificando la atmósfera gracias a una dinámica edición, capaz de cubrir el precario set de rodaje: una casa cualquiera.

Sin embargo, algo se ha quedado por el camino del remake. Esa frescura que hacía de “Noche de Brujas” un divertido y casi imprescindible evento para Halloween, valga la sinonimia, aquí la hallamos diluida por varias razones:

La primera – intento olvidar el pasado pero no puedo – es asistir a una repetición punto por punto de la obra primigenia, hecho que va en detrimento de sus puntos fuertes originales. El principal fue, a mi juicio, descaro o ambiente festivo, si lo preferís. Reírse con inteligencia de todo lo que significa el cine de terror en una noche tan simbólica como Halloween. Raro es el chiste que funciona dos veces en un corto periodo de tiempo.

El segundo – más grave pero entendible en un producto de presupuesto casi inexistente – sería la declamación exhibida por sus protagonistas, desgraciadamente artificiales cuando hablan, a pesar de una gran capacidad gestual. ¿Por qué enuncian tan deprisa y de memoria como si estuviesen delante de un examen? Quizás alguna toma de más hubiese engendrado un producto más sólido en este aspecto, pero reconozco que es toda una gozada, bien dosificado el morbo, ver a estas chicas tan vivaces poner en solfa las reglas básicas del slasher.

Entiéndase este último punto como una crítica constructiva cuando hablamos de dos jóvenes intérpretes con mucho futuro, si son capaces de pulir sus aristas, igualmente afiladas cuando hablamos de “actores” consagrados. No vayan ustedes a creer que España, donde vivir de la actuación es misión imposible, resulta la cuna ideal para la interpretación. Es difícil, pero la naturalidad se consigue derribando los muros de la conciencia, a veces mejor no pensar y simplemente tirar hacia delante, que surja el talento natural de jóvenes promesas como Veki G. Velilla – la inocente y tímida Sofi – o Dunia Rodríguez – la exuberante y mordaz Cris o “puti enfermera zombie” –.

“Noche de Brujas” se resume en poco más de diez minutos que juegan sus cartas a la sorpresa de un giro inesperado y a unos diálogos basados en el humor negro y la química entre sus actrices. El asombro cojea cuando repites un esquema que ya has vivido en otra ocasión; la química no surge cuando los diálogos arrastran un ritmo anquilosado y entrecortado. ¿Eran sus intérpretes capaces de creérselos? Ha faltado una revolución más de la maquinaria.
Sin embargos entendamos este proyecto, lejos de manías personales, como un estupendo y económico aditivo a cualquier programación festivalera que se precie. Siempre en busca de la diversión a costa de horror, al cual se afilia únicamente mediante su lenguaje, lleno de referencias simpáticas e hiladas con una ligereza pop extendida a unos títulos de crédito, alejados de esas horrorosas plantillas pulp que tanto pululan por ahí. Disfrutarlo en su plenitud, eso sí, sólo puede hacerse combinado con la festividad donde se ubica: durante la noche del 31 de Octubre, “Noche de Brujas” debe dar ambientación a vuestras orgias satánicas sí o sí.

Mucha suerte a Augusto, Veki, Dunia y al resto del equipo… trabajar con miras en el mercado internacional puede reportaros grandes beneficios, siempre que asumías una mejora puntual a todos los niveles.
Aquí tenéis vuestra casa para la próxima fiesta: ¡me pido el primer baile con esa “nurse from hell”! ¡Soy un gran aficionado a los enemas!