Rings

Ya los primeros minutos, en los que Samara (la niña maldita en RGB) se aparece en pleno vuelo internacional, se disparaban todas las alarmas respecto a la calidad de la cinta a la que me iba a enfrentar. Un comienzo forzadísimo con un adolescente (el hermano guaperas de “Crónicas vampíricas”) en sus últimos minutos antes de cerrar el plazo de la maldición y un par de amigas (también televisivas) intentando ayudar, me transmitieron la sensación de que no sólo el avión se la iba a pegar en este viaje… y desgraciadamente no me equivoqué.

Tras varios días sin tener comunicación alguna de su chico, Julia, decide ir en su búsqueda a su campus universitario. Allí descubre que varios alumnos se pasan el video maldito de Samara para una investigación sobre el alma. Empeñada en librar a Holt, el chico, de la maldición, ella misma se expone al video descubriendo en su interior una nueva secuencia de imágenes encapsuladas. Ahora Julia dispone de 7 días para desentrañar los misterios de este nuevo video antes de que Samara regrese por ella.

Siempre pensé que It Follows era una evolución de las ideas de The Ring procesadas, con gran inteligencia, para gustar al público adolescente; y la sensación que me transmite esta tercera entrega (por parte del cine americano) de la leyenda de Samara, es que han tratado de hacer lo propio con esta franquicia. La edad de los protagonistas disminuyen una década respecto al personaje de Naomi Watts, y el video pasa a tener formato quicktime para verse en cualquier dispositivo digital. Desgraciadamente el esquema narrativo no evoluciona lo más mínimo: cada plano de la nueva secuencia tiene un sentido que los protagonistas han de descubrir, y para que el espectador no pierda detalle se le muestra un par de veces a modo de flashback durante la deducción… esto una y otra y otra y otra vez. Deducciones que tampoco aportan nada y que, para colmo, ya se nos contaron, con mucho más acierto, en The Ring 2 (de la que esta es una suerte de remake).

Dirige Javier Gutiérrez 9 años después de su prometedor debut 3 días. Lo hace impecable en la factura y carente de alma en el resultado. Los planos son de manual de thriller norteamericano. La temperatura de color, el montaje y el ritmo tienen una insistencia en mimetizarse con las secuencias de los dos productos anteriores de la franquicia que evitan cualquier atisbo del brillo con el que el director atacó su debut en el largo. Es como si Gutiérrez hubiera desaparecido de la ecuación… aunque posiblemente la culpa sea de la cada vez mayor intromisión de los grandes estudios en los procesos de creación de cine comercial… Hasta el nuevo video maldito se ve de un forzado y de un desangelado que aburre (me quedo con los de la franquicia japonesa que son mucho más oníricos, sucios y menos digitales).

Rings, en su último cuarto, tiene encapsulada también una suerte de revisión de otro fenómeno de terror mainstream de este pasado año: la sobrevalorada, a mi juicio, No respires. Y nuevamente la cosa no sale como hubiéramos deseado: este cambio de terror atmosférico a un terror más físico sigue sin funcionar por la falta casi absoluta de pulso en el guión y dirección del producto.

No me extenderé mucho más, decir que si se deseaba hacer una cinta de terror y entretenimiento adolescente, Rings tendría que haber comenzado en su divertido y predecible plano final. Eso podría haber abierto la puerta a un edificante slasher sobrenatural que todo aficionado al género visualizará, mentalmente, al terminar este visionado, aumentando la decepción por el producto que acaba de tragarse. Mi recomendación es que disfrutéis del tráiler, que ese sí que tiene ritmo.