The Heretics

Un notorio culto secuestra a una joven y se sacrifica a la luz de la luna durante un ciclo conocido como la luna de la langosta. A la mañana siguiente, la niña se despierta, empapada en sangre seca y rodeada de cadáveres pero a salvo… o eso piensa ella. Años más tarde, la luna de la langosta está a punto de resurgir, y la niña, ahora una atractiva mujer, es capturada una vez más por un miembro sobreviviente del culto. Gloria es llevada a una cabaña remota, donde descubre que un demonio ha estado creciendo dentro de ella todos estos años, y antes del amanecer el ritual quedará completo.

“The Heretics” es otra producción canadiense que atestigua el buen estado de forma de un grupo de cineastas independientes entre los que se incluye Chad Archibald (“Ejecta”, “Bite”), acompañado para la ocasión por el guionista Jayme Laforest (“Bite”). Existen varios corpúsculos en Canadá que le están pegando fuerte al terror sobrenatural, recuperando una corriente de explotación que se prolonga desde los años ochenta, durante los cuales surgieron muchas películas del país de los grandes bosques intentando aprovecharse del éxito y desconocimiento de la era de videoclub. Mucho más caótica que sus vecina norteamericana, la serie B canadiense posee un punto canalla que vuelve a la palestra de la mano de largometrajes como “The Void”, “The Hollow Child”, “Bed of the Dead”, “Antisocial”, “Septic Man”, “Monster Brawl”. A estos nombres, no en vano la mayoría comparten productores, debemos unir esta visión sobre los cultos satánicos llamada “The Heretics”, la cual debería ser estrenada ante de que acabe el año.

Una vez superados los terribles destripes del avance visual, queda reconocer lo intrigante de su apuesta y la buena pinta que posee “The Heretics”. Vale que un servidor es un activo cultista en busca de promover la locura y el caos entre las buenas gentes de la humanidad, pero esta afición por la destrucción sin motivo alguno no me afilia con los adoradores de vulgares demonios precristianos. Mi interés en la obrita de Archibald es meramente lúdica, parece llena de esos efectismos que, precisamente, a la explotación canadiense le gusta abandonarse. Ofreciéndonos, por desgracia, una de cal y una de arena. Creo honestamente que nos encontramos ante la cal de la ecuación, la misma que nos traerán las interpretaciones de las bellas Nina Kiri (“Let Her Out”) y Jorja Cadence, bien acompañadas por Ry Barrett (“The Demolisher”).