Enganchados a la Muerte

Cinco estudiantes de medicina, obsesionados por el misterio de lo que se encuentra más allá de la muerte, se embarcan en un experimento audaz y peligroso: deteniendo sus corazones por cortos períodos de tiempo, cada uno desencadena una experiencia cercana a la muerte. Pero a medida que sus experimentos se hacen cada vez más peligrosos, cada uno de ellos es atormentado por los pecados de su pasado, provocados por las consecuencias paranormales de su breve viaje al otro lado.

“Línea Mortal” (“Flatliners” en la versión original) era un thriller a medio camino del terror sobrenatural para adolescentes y una vena más oscura como telón de fondo psicológico, fue estrenada en 1990 y uno de sus mayores atractivos era la presencia de una Julia Roberts cotizadísima por aquel periodo. El resultado no dio como resultado una película de culto, a día de hoy se la reconoce como un relleno perfecto en la programación de medianoche de las cadenas de televisión, pero nunca he oído a nadie venerarla. Hay que reconocer la solidez de la propuesta, para 1990 aportaba cierta originalidad en un cine de género que mostraba signos evidentes de cansancio tras la fiesta que supusieron los años ochenta, y en gran medida la culpa de la energía que desbordaba era de su director, un Joel Schumacher a pleno rendimiento y al que todavía le quedaban unos añitos para mostrar signos de decadencia.

Pues bien, en otro giro absurdo del destino, ese manipulado por las altas esferas de los estudios hollywoodiense, el próximo 29 de Septiembre se estrenará en nuestras carteleras, cortesía de Sony, “Enganchados a la muerte”, la patética traducción del remake homónimo de la cinta de la que hablaba más arriba. Dejando a un lado la polémica de los títulos que se asignan en España a las películas extranjeras, el tráiler de este inesperado regreso – bueno, no tan inesperado porque se llevaba mucho tiempo hablando del proyecto – me ha resultado tan innecesario, como largo y revelador. Una síntesis de todo el argumento que nos ofrecerá esta nueva versión, donde se adivina una modernización todavía más juvenil que su predecesora. La parte del terror también luce más convencional, carente de la atmósfera azulada y perversa que consiguiese Schumacher en su época. Que este producto llegue a las carteleras en detrimento de otros muchos que por aquí tratamos es toda una incógnita.

Ben Ripley escribe la nueva versión tras éxitos relativos como “Código Fuente” o “El coro”; en realidad anda igual de perdido que cuando escribió un par de secuelas postreras de la saga “Species”. Como director Niels Arden Oplev, el danés que se hizo famoso por llevar a la gran pantalla la saga “Millennium”, pero que no ha sabido capitalizar su éxito: estoy seguro que podría aspirar a más de lo que ofrece sobre el papel este remake de tercera.
A sus órdenes, un puñado de actores y actrices jóvenes y guapos entre los que destaca, por viejo y por feo, Kiefer Sutherland continuando con su papel de la película original. Un guiño simpático que no restará protagonismo a Ellen Page (“Hard Candy”, “Origen”), James Norton (“Guerra y Paz”) y Diego Luna (“The Bad Batch”, “Rogue One”).