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Temple

¡Menudo desBarrett!

Temple

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 1/5

El guionista de “Blair Witch” y “You’re Next” y uno de los productores ejecutivos de las trilogía de “The Ring”, prometedora conjunción, unen fuerzas para ofrecernos una de las peores películas de terror sobrenatural del año. Parasitando algo de ese terror nipón que actualmente anda, con buenas razones, en entredicho, “Temple” es una buena muestra de lo que un par de gilipollas endiosados pueden llegar a realizar cuando el alcohol les nubla la vergüenza y los jóvenes manipulables se han dedicado a tirarles billetes a la cara previamente. La estupidez humana no tiene límites, y que esta película encuentre un hueco en la cartelera de VOD, reino de piratas y filibusteros, refleja fielmente el estado artístico de los países desarrollados, ahogados en su propio vómito de buenas palabras y reseñas de colegas, imparciales aunque curiosamente siempre reciban el producto antes de que ningún malvado Bob Rock pueda echarle la garra encima.

[Pausa melodramática]

Me han tildado de cabrón por mostrarme exigente con una de las pocas aficiones que alivia la presión diaria: si no puedo ver cine de terror a gusto, ¿qué me queda? Despotricar cuando toca y alabar cuando corresponde, pero no veo que Arturo Pérez Reverte, siempre de moda carpetovetónica, venga a reclamar royalties por usar su puñetero e inánime tono… así que hablaremos de “Temple”. Pero antes, por si os sirve de advertencia, un rápido resumen: es más sano refrotar limaduras de hierro en los lacrimales.

Tres norteamericanos pasean sus huesos por Japón como si fuesen elefantes en una cacharrería. Mientras que todas las señales ominosas del universo se confabulan para advertirles de su trágico destino, desde las clásicas pesadillas hasta el parroquiano de un bar cualquiera, ellos se obstinan en encontrar un supuesto templo maldito –cuestión histórica que saben hasta los niños de preescolar nipones–.
Por supuesto el éxito es el único fin posible a su búsqueda, impulsada por una joven estadunidense dispuesta a realizar una especie de investigación que nadie le ha pedido. Lanzándoles constantes sonrisitas a ambos para que puedan cruzar alegremente las testas, en una pequeña subtrama que ayude a alimentar sesenta minutos de metraje, la chica enrola a su novio y a un viejo amigo hasta que dan por malignas casualidades con ese templo. Allí todo lo negro del universo se concentra en una ridícula leyenda: Se perdieron unos niños – Se acusó y mató a un monje por ello – Pasan cosas raras porque sí – ¿Cambiaformas? ¿Mande? – ¡Ah, no! Espera, es un truco de la imaginación – El templo te centrifuga la cabeza – Liquidas a tus amigos – THE FUCKING END

Setenta y tres minutos que parecen una maratón celebrada en línea recta contra una pendiente ascendente del setenta y tres por ciento de desnivel. No sólo el preludio a los “terroríficos” hechos sobrenaturales tarda en llegar, ¡es que consume una hora entera!
¿Ambientación? No, huele mal.
¿Background histórico? Títulos de crédito y apañado.
¿Presentación de personajes? Esta vez son lo suficientemente odiosos y bobos, de manera genuina, como para no necesitar más de diez minutos en pantalla.
No tardan en demostrar tanto falta de motivación como la escasa calidad de los intérpretes que les van a dar vida. Especialmente enervante ella, una tal “no me importa su nombre una mierda”, que, además de tener cara de muerta de hambre, esboza constantemente una sonrisa que dan ganar de partir con la raqueta de tenis. Decir que un puñado de nipones alienados –al fin y al cabo hablamos de una co producción transoceánica– superan con creces a estos peleles es sintetizar el área actoral mediante cruda precisión.

Pero los verdaderos culpables del esperpento son los hermanitos Barret. ¿Para qué buscar cabezas de turco cuando un guión tan deprimente se rueda de una forma tan prosaica? Es decir, tenemos una cinta de horror sobrenatural ambientada en un entorno exótico, al menos para el occidental medio, y la jodida película tiene que centrarse en todos los avisos que los personajes desoyen para terminar adentrándose de la manera más tonta en un espacio supuestamente encantado. Más allá, sumarizando incoherencias y reacciones surrealistas, los fallos argumentales alcanzan la desidia hecha papel; así llegamos a diez minutos finales donde las ocurrencias intentan disfrazarse de ideas, como si a alguien le importasen esos planos abruptos editados con unas sutiles tijeras de podar.

Sí, durante los primeros compases se deja notar la experiencia como cinematógrafo del director, Michael Barrett, pero su debut es un fracaso en toda regla, uno que espero lo relegue al ostracismo. Y que además haga replantearse a su hermano Simon la línea descendente que ha seguido desde firmar “You’re Next”. Me importa bien poco de quien provenga la idea original para este film, un despropósito en todos los aspectos, sólo sé que para ver cintas incompetentes e incompletas prefiero aposentarme en la entrañable serie B de los ochentas. Por lo menos no traspira este insoportable aire de grandeza al que nos quiere someter “Temple”: obsérvese como se insertan de forma gratuita las grabaciones de la cámara de uno de los protagonistas, mientras es en un hospital donde él mismo nos cuenta los hechos o parece hacerlo, un truco narrativo poco conseguido y que desmerece aun más la conclusión absurda y rebuscada. Esto no entra en el cuerpo ni limpiando las cañerías con un irrigador.

¡L A M E N T A B L E!

Lo mejor: Durante el primer minuto parece que vas a ver una buena película de terror sobrenatural.

Lo peor: ¡El guión, el guión!


Vuestros comentarios

1. 19 sep 2017, 18:37 | Pona

Gracias, Bob, por convertir lo que serían horas de descomposición neuronal en divertidos ratos de lectura aliviadora.

2. 22 sep 2017, 15:30 | Callus

Yo la vi aprovechando un viaje en avión de 4 horas. Como bien dice el amigo Bob, empieza de manera prometedora pero después todo se va a la mierda. Ni los protagonistas te caen bien (problema de un mal guión con el que se juntaron malas interpretaciones) ni la historia muestra ningún interés y con un final que, para mi, es tremendamente ambiguo pero en el mal sentido. No me quedó claro nada de la historia. Debí haber dormido durante el vuelo en vez de ver este bodrio.
Un saludo

3. 04 feb 2018, 01:18 | matias

cuando por fin los protagonistas van a ese reputisimo templo del que tanto le advierten TODOS que no vayan….sucede lo mas ESTUPIDO de esta PEDORRA pelicula (si se le puede llamar asi) porque ni siquiera parece que la hayan terminado de hacer.

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