Thelma

La psicología gay afectiva indica que la gran mayoría de los homosexuales sufren, en su edad adulta, trastornos similares a los que provoca el síndrome de estres postraumático; trastornos causados por continuadas discriminaciones, agresiones o simplemente por haber vivido bajo una cultura represora y poco (o nada) flexible con la diferencia y que provoca, en el joven, sentimientos de culpa. Estos trastornos se ven acrecentados si el entorno del menor es profundamente religioso, pues doctrina y sexualidad libre son conceptos que prácticamente nunca van de la mano.

La no aceptación de la condición sexual es, junto con el acoso escolar, la principal causa de intentos de suicidios entre los adolescentes en Europa y Norteamérica (imagino que en el resto del mundo será igual). Es doloroso imaginar la tormenta interior que se establece en estos jóvenes que son incapaces de comprenderse a sí mismos e incapaces, también, de gestionar las pulsiones que les asaltan. Ahora pensad por un momento que toda esa marea mental se pudiera convertir en energía… estaríais pensando en la pobre Thelma.

Nuestra protagonista deja su pueblo y a sus padres para trasladarse a Oslo a estudiar. Se aleja así de sus controladores progenitores y comienza su primera aventura en la recién estrenada vida adulta. Pronto conocerá a Anja, una bella joven hacia la que sentirá una profunda afinidad. Cuando la afinidad comience a suscitar dudas en la estudiante respecto a su condición sexual, unos raros desvanecimientos y acontecimientos físicos comenzarán a envolver a la joven.

Para los que esperen una experiencia de terror plagada de muertes y venganzas decirles que ésta no es su película. Thelma se mueve por los vericuetos de la torturada personalidad de su protagonista y sus familiares, dejando vislumbrar alguna catástrofe, pero apostando en todo momento por un relato contenido y exento de los excesos visuales de otras populares telequinésicas. La primera vez que la vi comenté que Déjame Entrar era, al cine de vampiros, lo que esta Thelma es al de chicas con poderes (Carrie, Ojos de fuego, La furia o Dark touch) aunque Thelma contiene un carácter más didáctico y fácil de llevar al espectador: aprende quién eres y defiende tu singularidad.

Poderosamente visual, con algunos planos magistrales, la cinta desarrolla a los personajes dejando entrever enigmas del pasado y sus dilemas. La inquietante escena de comienzo, en la que un tembloroso padre apunta a la cabeza de su hija de 5 años con una escopeta, es uno de los únicos elementos, junto con la amenazante presencia de una serpiente en los sueños de la joven, que nos van anticipando que el camino no va a ser un lecho de rosas (esta serpiente, nada casual metáfora del deseo carnal, nos regalará una secuencia de belleza sobresaliente). Con el pasar de los minutos, nuestra heroína comenzará a descubrirse y a vislumbrar las mentiras con las que ha crecido, llevándola a enfrentar al personaje que han creado de ella con su auténtico yo. Un bajo la alfombra de fervor y corrección familiar encontrará, también, un lodazal moral que planteará al espectador varios puntos de reflexión.

La cinta contiene cuatro sensacionales interpretaciones, destacando Eili Harboe y Kaya Wilkins en la pareja adolescente protagonista que derrochan belleza y naturalidad. Por otro lado el matrimonio formado por Henrik Rafaelsen y Ellen Dorrit Petersen (a la que vimos hace poco en la inquietante Shelley) encarnan a los padres de Thelma en dos personajes sumamente complicados de entender y defender, de los que salen airosos con una capacidad interpretativa notable.

La claqueta de Joachim Trier, que había demostrado sus dotes para dirigir dramas en las sensacionales Oslo, 31 de agosto y El amor es más fuerte que las bombas, se enriquece con esta incorporación de elementos fantásticos a su paleta. Thelma ha sido seleccionada para representar a su país en los Oscar de Hollywood. Se suma a las películas propuestas por Hungría, En cuerpo y alma, y por Polonia Spoor que imbrican elementos de cine de género en sus narraciones (como punto curioso decir que en las tres tenemos al menos un plano de un ciervo en pantalla). Estas tres selecciones evidencian el buen estado del cine fantástico con usos diferentes al mero entretenimiento.