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As boas maneiras

Un hombre lobo carioca en Brasil

As boas maneiras

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Brasil no es un país que nos acostumbre a propuestas de cine de terror. Aparte de las cintas serie B de nuestro querido amigo Rodrigo Aragão y dramas que, por su dureza, se incluyeron en programas de cine fantástico (como la sensacional “Bicho de 7 cabezas”) tengo que remitirme a los 70 y al cine de José Mojica Marins para hablar de terror carioca. Aunque se viene anunciando una avalancha de cine de horror, desde aquí invito a la gente que nos lee que si se me ha escapado algún autor o hay una cinta recomendable de este país que pueda ser interesante que use el hilo para hacérnoslo saber.

As Boas maneiras se llevó, entre otros galardones internacionales, el premio de la crítica en el pasado festival de cine de Sitges y, junto con O animal cordial, confirmó que Brasil se apunta al carro de hacer cine de género de calidad y con sello personal. Tras la dirección y el guión se encuentran Marco Dutra y Juliana Rojas, tándem creativo que hace unos años trajo también a Sitges otra cinta, Trabalhar cansa, donde ya apuntaban excelentes maneras pero que era, por encima de todo, un drama. En esta ocasión saltan al fantástico de lleno revisitando al ser que, junto con el vampiro, es el más tradicional del folclore universal: el hombre lobo.

Sin rumbo fijo en la vida, Clara, entra a trabajar como asistenta de una enigmática mujer embarazada: Ana. Pese a las extrañas costumbres de su señora, entre ambas, comienza a surgir una amistad que derivará en un romance. Pero la gestación de la joven viene acompañada de misteriosos efectos secundarios…

Dividida en dos partes diferenciadas, As Boas maneiras tiene como principal valor el construir unos personajes sólidos pero lo hace a costa de una duración extensa que sobrepasa con creces las dos horas; algo que puede resultar un escollo para aficionados del género pues los elementos fantásticos no asomarán el hocico hasta pasada la mitad del film.

Decían en Un hombre lobo americano en Londres (del que por cierto hay algún que otro homenaje) que todas las historias de licántropos eran también historias de amor y en esta ocasión a falta de una, tenemos dos. La primera es una historia de deseo romántico, carnal, entre dos mujeres abandonadas que se rescatan la una a la otra. La segunda una historia de amor maternal. Sumadas forman una excelente propuesta para aquellos que sepan apreciar el sabor de las cosas distintas y un canto a la maternidad y el amor incondicional a los hijos.

En lo visual la cinta es colorida, con una fotografía caliente de aroma irreal. El diseño de la criatura es sumamente artificial y se nota el ordenador a la legua pero, lejos de ser un problema, empasta a la perfección con el aspecto de comic de los planos y su narrativa de relato clásico. Un relato que comienza, como en los cuentos infantiles de toda la vida, con una joven pobre pero llena de espíritu (una negrita en su favela) y con un príncipe azul (en este caso una ricachona blanca) y una maldición (fruto de una relación prohibida). Relato que por sus contrastes entre clases sociales, razas (blanca-negra, humana-mágica), realidad y fábula, no deja de traernos un dibujo social del país en el que transcurre sumamente atractivo.

Destaca en lo interpretativo Isabél Zuaa (Clara), que destila en su actuación todas las luces y sombras de la maternidad, en un personaje que se antoja cortante en sus primeros compases y todo ternura en la conclusión de la cinta: está sobresaliente. Más complicado lo tenía Marjorie Estiano en su interpretación de Ana pues, sobre el papel y en pantalla, no era fácil de llevar a buen puerto a su personaje y su buena ejecución del papel se ve un tanto eclipsada por el personaje de Clara que domina toda la primera parte. El tercero en discordia es Joel, interpretado por Miguel Lobo (no podría apellidarse de otro modo) que también está muy acertado a pesar de su corta edad.

Creo que As boas maneiras equilibra a la perfección cine de autor y fantástico. Aporta, también, una nueva vuelta de tuerca al tema de la licantropía sin renunciar a los elementos clásicos que conforman estos relatos. Que su extensa duración no sea un impedimento, su primera hora es un peaje barato para un sensacional viaje.

Lo mejor: Buenas interpretaciones y su mezcla entre lo nuevo y lo clásico.

Lo peor: 135 minutos que pueden pesar demasiado.


Vuestros comentarios

1. 03 ene 2018, 00:17 | Skalope

Una maravilla. Para nada se me hizo larga, iba con Teletac Tito. El peaje para mi fue un relámpago, porque la primera parte es la que más me gustó.
Todo lo que dices es correctísimo, pero yo añado que es un film supersensual, muy excitante, con mucha pasión. No me lo habéis preguntado, pero he decir que, cuando miro porno, paso de las escenas lésbicas, no me ponen joder; pero en A boas maneiras, las escenas de sexo entre las protas me llevaron a otra dimensión, muy bellas.
El único “pero” ya lo comentaste con lo del CGI del niño lobo. Es una pena, porque cuando sale del vientre de Ana es un animatronic o muñeco y está de puta madre. Sin embargo, en la parte 2, se me caían los huevos al suelo al contemplar tal esperpento. No entiendo como la dupla de directores tomaron esa decisión.
Muy chula la escena final, me encantó ver a los 2 unidos y dispuestos a reventar a esos hijos de satanás que venían a por ellos. El lobo niño cerrando los puños mientras cojea. No se, ese fotograma no se me va a borrar fácil, me moló mucho.

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