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Pwera Usog

La bruja Catalina me la...

Pwera Usog

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Cuatro amigos, especializados en grabar bromas pesadas en vídeo y subirlas a “Interné”, acosan jocosamente a una vagabunda que resulta estar poseída por una poderosa bruja piruja. Una vez maldecidos por su cruel acto, los muchachos empiezan a alejarse de la banalidad para internarse en el sendero de la lucha espiritual, pues de otro modo parece que sus almas terminaran siendo sorbidas como el sirope por parte de una bruja cuyo poder rivaliza con el de las mejores sanadoras de la región, señoras aficionadas al “outfit payés”.

Seguimos a la espera de que el año empiece a definirse en cuanto a los estrenos cinematográficos que engloban el género terrorífico, así que durante el hiato mejor acercarse a producciones ligeras sin ningún tipo de intención, digamos que para coger fuerzas ante un 2018 que se promete cargado de la misma basura que al anterior, al menos si hablamos de terror sobrenatural. Tenemos que entender que el riesgo económico ya no se ve recompensando cuando ofertamos productos mínimamente originales o innovadores, y esto es culpa nuestra, como público, así que a la horda de secuelas y otros derivados se unen retrasos como el de “Winchester” o “La Partícula de Dios”. Muestra de que las distribuidoras andan perpetuamente asustadas ante cada posible batacazo en taquilla. No obstante aquí estamos para soportar las lluvias doradas que nos echen, ¿no es así?

Pero olvidemos un poco este panorama desesperanzador y pospongamos las penas con un poco de cine casposo. Además, si el exotismo avala las risas involuntarias mejor que mejor, nada como acceder a basura fílmica de alto gramaje para conocer curiosidades de otras culturas y observar de manera soberbia el estado tercermundista de ciertas industrias, afición muy propia del burgués medio europeo, cuando en realidad deberíamos asustarnos ante la bajada de calidad que demuestra nuestro continente cuando ataca las salas comerciales. ¿Nadie está hasta los huevos de la nueva hornada de comedias españolas? ¡Quién diría que una vez Karra Elejalde pareciese un gran actor en joyitas como “La madre muerta” o ”Alas de Mariposa”! Así fueron los locos noventas…

Volviendo a Filipinas, el país del que proviene el esperpento casposo de hoy, observamos una salud envidiable en los estrenos locales que consiguen atraer masas de jóvenes filipinos fuertemente sesgados por las costumbres occidentales. Concretamente, la industria de Manila dispara largometrajes como churros que aúnan las tradiciones de su pueblo con una clara visión capitalista y occidentalizada del entretenimiento, aunque lejos de los refinamientos de países más boyantes, como Hong Kong, Japón o Tailandia. Quizás todavía influenciados por la herencia española, los filipinos han abogado por la sal gruesa dentro del terror desde su génesis en las islas. Véase por ejemplo “La Reina de la Magia Negra”, donde toda la locura tradicional de una tierra fascinada por los males de ojo y la brujería detonan en pantalla con la energía de los corazones primitivos.

Sin que esto sea negativo de por sí, “Pwera Usog” reúne los mismos ingredientes pero con un obvio toque más moderno que busca reflejar las tendencias del otro lado del Pacífico. Eliminando talento, medios y experiencia en la receta, consiguiendo de este modo un simpático desastre, uno que se aguanta por los pelos y gracias a las penosas actuaciones que nos regalan unos actores floreros muy en la línea de Isabel Preisler, junto a la aparición de una bruja casi hasta entrañable. ¿Catalina? Son tantas las rimas estúpidas a las que invita esta producción, ya reflejando la valentía de la ineptitud en su despampanante uso del tagalo, influenciado por el español y el inglés de una forma tan confusa como naif, que invito a su visionado con la paciencia y el empaque que otorgan varios chupitos de orujo. De otro modo no sería más que otra mierda más, indefensa ante el despelleje de los verdaderos críticos.

Su propio título define perfectamente la sutileza de la propuesta: “Fuera Mal de Ojo”. En esta ocasión los que se enfrentan a las estúpidas hechicerías, en riguroso formato digital, son un grupito de jóvenes babosos cuya presentación supone lo más florido de la cinta. Es decir, nos es vomitado el típico perfil de post adolescentes detestables, bebiendo del slasher más carpetovetónico, con la insistencia del misionero jesuita. Destacando Jean, una desagradable niñita de papá que bebe, fuma y, horror de horrores, graba bromas pesadas para conseguir fama mundial a través de Internet. También un bollito isleño al que muchos de vosotros querríais hincar el diente, ¡bribones! El mensaje de superficialidad intenta ser nauseabundo incluso para un coprófago, la cuestión trata de ganar mucha pasta con la que comprar nuevos modelos de vaqueros ajustados. Así de este modo, preludiando la evidente redención moral a la que asistiremos con genuino asombro, ella y sus amigos igualmente gilipollas terminan gastándole la broma a la vagabunda equivocada. Entra en escena la chica poseída por la bruja Catalina, un milagro de la caracterización, similar esta a la desplegada por cualquier capítulo de “El Chavo del Ocho”.

Con la Chilindrina demoniaca dando sustos a diestro y siniestro, entra en escena un joven y atractivo hechicero que predica el sacrificio, el amor y el uso de litros de saliva mágica como eficaz método para liberarse del mal de ojo. Hechizo que se caracteriza por los vómitos sanguinolentos, de nuevo riguroso CGI en su mayoría, que abundan durante la trama como si un kilo de salchichas en mal estado hubiese entrado de contrabando en el set de rodaje. Como no podía ser de otra forma, sanadoras de aspecto envejecido, es muy duro luchar contra las fuerzas de Satán, insuflarán risas a destajo con sus apariciones fantasmales desde el otro mundo. Al final, por resumir un poco, todo adopta la secuencia clásica de cualquier película de terror adolescente entendida por ingenuos aprendices de James Wan, con un “happy ending” tan luminoso que hasta yo he sentido el deseo de ordenarme sanador de la bendita orden del esputo.

Tristemente, resulta más divertido contar las anécdotas cómicas de “Pwera Usog” que sufrirlas en propias carnes, pues entre tontería y tontería se alargan las escenas rodadas con escaso valor narrativo y lúdico. Hace años un amigo, Luci Fer, se dedicaba a analizar este tipo de películas y editarlas para sintetizar en unos quince minutos, y de manera caótica, lo mejor y más subnormal de las mismas. Le quedaban unos popurrís hilarantes, exacerbando la falta de coherencia que ya de por sí muestran estas sub producciones. Quizás fuese recomendable oficializar esta forma de disfrutar del cine basura, demasiado espeso para soportarlo durante una hora y media seguida.

Lo mejor: Me ha hecho mucha gracia la mezcla lingüística y los flashbacks donde conocemos a la bruja Catalina.

Lo peor: ¡Grandes actuaciones al estilo Preysler!


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