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Hair High

Tupés en crecimiento

Hair High

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Aunque no se trate de terror propiamente dicho, “Hair High” contiene algunas imágenes perturbadoras cortesía de su creador: Bill Plympton, dibujante de corte independiente cuyo particular estilo, una visión bastante más retorcida de las locuras de Tex Avery, le han llevado incluso a participar en la antología “ABC’s of Death 2”. No es que este hecho signifique gran cosa, pero ofrece una idea de lo que sus cortometrajes pueden ofrecer al genuino seguidor del género: viñetas grotescas rubricadas con infantiles trazos de pesadilla.

Si bien Plympton no se ha prodigado mucho en el formato terrorífico, todas sus creaciones contienen numerosos guiños al cine fantástico de los años cincuenta, por ejemplo “Mutant Aliens”, siendo quizás “Hair High” la más evidente de todas, a sólo un paso de una versión cómica y sucia de “En los límites de la realidad”. O, si lo preferís, una reinterpretación de cualquier tebeo clásico de “EC”. Un largometraje de animación que desgrana, según la particular visión de su creador, la manida historia de amor, tragedia y venganza que, cual leyenda urbana, ha cruzado las décadas para dotar de un halo de nostalgia los institutos norteamericanos de los años cincuenta.

Rod y Cherri son la pareja de moda en el instituto. Nadie tose a ese rudo rockabilly, quarterback del equipo de rugby, o a la altiva y sensual fémina, jefa de las animadoras. Hasta que Spud, un tipo simpático y con un pequeño tupé, se cruza en su camino, provocando las iras del fornido Rod y siendo condenado así a ejercer de esclavo para Cherri. Para sorpresa de los que son testigos de la tensa servidumbre, el odio se va truncando en amor hasta convertir el triángulo entre Rod, Cherri y Spud en un polvorín a punto de estallar. La noche del baile será la elegida para resolver los problemas entre estos jóvenes, el lago Eco será testigo de un accidente que traerán sobrenaturales consecuencias para Rod, futuro Rey del Baile.

Estamos ante un romance gótico que lleva a dos jóvenes enamorados hasta las frías aguas del lago Eco. El perpetrador de su “accidente”, amante despechado y matón a la par, verá como la esquelética pareja vuelve de entre los muertos para reclamar las coronas de rey y reina de la promoción, suponiendo este breve final el punto álgido de la cinta. No hay mucho más que analizar argumentalmente. Es cierto que “Hair High” se centra en el lado cómico y romántico de esta historia, con personajes ridículos tanto en lo físico como en lo mental, pero la particular narrativa de su autor consigue causar desasosiego en los momentos más inesperados, por mucho que las mejores y más elaboradas escenas se hayan reservado para los gags de carácter sexual. Obviando su estética superficial cercana al cartoon, hablamos de un largometraje para adultos con contenido subido de tono, especialmente por lo alucinógeno de su exposición.

Por ejemplo, lo que supone tragarse un cigarro encendido acaba terminando como un espectáculo sarcástico, donde el profesor abrasándose con la colilla vomita los órganos internos sobre sus propios alumnos, terminando estos por volver a introducir las entrañas dentro de la boca de su tutor. Este ejemplo de surrealismo gráfico, lo sucedido en pantalla usa la exageración como código, se extiende a todas y cada una de sus partes, destacando las composiciones que Plympton diseña de los peinados de sus personajes, justificando tal barroquismo capilar por la época y entorno en el que transcurre la trama: Tupes, carreras ilegales, animadoras, rock and roll y mucha ironía para el despertar de Estados Unidos a una nueva época menos feliz. Quizás sea cosa mía, pero este tipo de cuentos me han parecido siempre un preludio encubierto a la guerra fría.

Volviendo a la expresividad gráfica de Plympton, me gustaría destacar la escena en que Cherri y Spud se dan su primer beso, un momento poético y emocionante que ha sido representado con el toque de la genialidad, dibujando un intercambio de fluidos y “otras cosas” que, perdonad este momento sensiblero, permite creer en el amor verdadero. Reconozco que su autor no es, ni de lejos, el mejor animador del mundo, de hecho sus creaciones animadas se resienten del escaso número de ilustraciones por fotograma, dando una sensación de tosquedad que echará hacia atrás a los más puristas, pero su estilo naif transmite la magia de los absurdo como pocos dibujantes cómicos han logrado. Supongo que es mejor disfrutarlo desde las tiras cómicas en las que tanto se ha prodigado, debido a las limitaciones técnicas que demuestra Plympton dentro del mundo cinematográfico, lógico teniendo en cuenta que sus producciones se reducen a círculos cerrados, aun así confieso mi cariño declarado a “Hair High”. Incluso a pesar del lastre de un guion tan rudo como su animación, supuso una agradable sorpresa cuando conocí de su estreno en DVD nacional, allá por 2007.

Otro tema importante, y que desgraciadamente tampoco supone un elemento de valor, sería el trabajo de los actores de doblaje, obligado ver esta película en su versión original. Las diferentes voces y tonos no terminan de casar correctamente con la acción en pantalla. A sabiendas de lo difícil que es poner orden dentro del expresionismo de Plympton, podemos entender que un grito se convierta en susurro y viceversa, pues no son los diálogos los que llevan el peso de la narración. Esta salta juguetona de sketch en sketch, dirigiendo muchas veces su mirada al subgénero de las “teen movies”, dejando en la cuneta a actores de la talla de David Carradine; Dermont Mulroney (“Arma joven”, “La Boda de mi Mejor Amigo”); Sarah SIlverman, ganadora de dos “Emmys”, o Beverly D’Angelo, muy bien asociada con el grupo cómico “National Lampoon”, en línea con el humor destilado por “Hair High”. Su labor permanece más bien desapercibida, enturbiando el carisma de unos personajes que deberían brillar con algo más de vida, arrastrados por su drama sin oponer mucha resistencia.

Por suerte la ambientación musical aporta su importante granito de arena a la ambientación, no iba a ser menos dada la rockera época en que se mueve la historia. El “doo wop” suena de fondo, engarzando un romance trágico leído con irreverencia, mientras que viejas canciones añaden tinta a los trazos en blanco que unen las siluetas de los monigotes de instituto poblando el ajustado metraje.

Una sincera recomendación para los amantes de la animación arcaica, que no clásica, cuyo enraizamiento en el terror es un poco más tangencial de lo que me hubiese gustado. Plympton es un artista cuya pluma hubiese podido plasmar con maestría alguna historia de corte lovecraftiano, quizás sin renunciar a su sentido del humor criado al calor de pilas y más pilas de revistas “MAD”. Tendremos que conformarnos con esta historia tan bonita como simpática, “Hair High” no supone revulsivo alguno, simplemente una locura con tintes escabrosos cuyo valor radica en la capacidad hipnóticas de sus imágenes, siempre a punto de romperse.

 

Lo mejor: Los momentos más surrealistas y extraños.

Lo peor: Una animación tosca que a veces molesta a la vista.


Vuestros comentarios

1. 02 abr 2018, 17:59 | Varón Dandy

Qué total. Sin tener nada que ver, el cartel me recordó a Space Ace, aquel videojuego de los 80, pionero en utilizar laser disc.

2. 29 abr 2018, 03:00 | Nahuel

Bill Plympton es un genio, de verdad te molesta la vista su estilo de animacion?

3. 29 abr 2018, 13:09 | Bob Rock

Nahuel.- No el dibujo, la animación. A veces parece que esté a medias, es bastante tosca. Pero… es su estilo y por supuesto que me parece un maestro, no era una crítica feroz, más bien una advertencia para que los que no lo conozcan vayan prevenidos y no se decepcionen. Quizás no un genio pero un tipo único, creo que confieso mi admiración en la reseña!

4. 31 div 2018, 05:57 | princesa unikitty

si uno buscara arte en un dibujo animado, yo le recomendaria que vea cualquier cosa de este señor, con nombre casi parecido a un ex presidente extranjero.

basicamente lo que hace plympton es llevar la animacion hasta los limites mas insospechados haciendo que todo tenga movimiento o cobre vida y objetos inanimados o personas se transformen en cualquier otra cosa ademas de que ocurran actos tan irreverentes que nunca verias en un dibujo animado de ninguna clase (solo plympton puede).

plympton logro que a mi me siguiera gustando la animacion aun con casi 40 años transcurridos de mi vida (todavia me faltan unos cuantos para llegar a 40 pero no voy a decir cuantos son je je cosas de mujeres) porque si alguien puede hacer lo que hace este señor con imagenes en movimiento (que el y su reducido equipo dibujan sin apoyo de ningun estudio, lo que le da toda esa libertad creativa que desbordan sus creaciones) entonces nunca me cansare de ver “dibujitos”.

the crystals / da doo ron ron

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