Vuelven

Hay lugares donde la vida de una persona carece de valor. Donde sus habitantes conviven, indiferentes, con la muerte y las desapariciones hasta que estas les tocan de cerca. Lugares donde unos pocos ejercen el miedo sobre el resto, confiados en que la justicia nunca les alcanzará de lleno. En estos lugares la maldad se ceba en los más débiles: los niños y las mujeres. A veces la desaparición de las figuras paternas a manos de estos desalmados supone la pérdida de arraigo de los hijos, que se ven condenados a vagar por los calles antes de caer, ellos también, en manos de las bandas. Esta es la cruda realidad que dibuja, del México más cruel y oscuro, Vuelven, también conocida como Tigers are not afraid; una de esas cintas que demuestran que el cine fantástico puede, también, ser vehículo para llevar al espectador al corazón de una realidad que, de otra forma, es posible que no quisiera contemplar.

Un día la madre de Estrella no regresa a casa. Sin nadie a quien acudir, la pequeña se une a un grupo de niños rateros tratando de sobrevivir en las calles. El robo de un móvil al líder de una banda criminal vendrá a complicarles la vida, obligando a Estrella a hacer uso de tres deseos mágicos.

Saltando de la inocencia infantil al pavor de la realidad de lugares como Ciudad Juárez, Vuelven se convierte en una experiencia extraña y sumamente particular que propone al espectador vivir la aventura desde dos planos: el de la fantasía y el real, en un cuidado equilibrio. Los tres deseos de nuestra protagonista no serán como los de los cuentos infantiles al uso y se esconderán tras ellos oscuras consecuencias, salvando situaciones duras pero generando otras iguales o peores. Tampoco será un hada la que otorgue el poder a Estrella, sino que será su profesora, durante un tiroteo en la escuela, la que le entregue una tiza diciéndole que si la aprieta fuerte, mientras permanece en el suelo alejada de las balas, se ganará esos tres deseos…

La violencia, de la que nadie puede escapar en ese mundo, será simbolizada en otro elemento mágico, un camino de sangre que persigue a nuestra protagonista y que, no importa lo lejos que vaya, siempre termina encontrándola. Otros elementos de fantasía que aparecen en el film no funcionan tan bien y parecen estar sólo para recordar al espectador el carácter infantil de los protagonistas de la cinta.

Por encima de sus efectos especiales, que sorprenden al integrarse en una estética sucia y realista del producto, el mayor valor de la película radica en la sorprendente verdad que surge de sus jovencísimos intérpretes. Juan Ramón López interpreta al líder de la cuadrilla, “El Shine”, con una naturalidad arrolladora. También hace lo propio Estrella, interpretada por Paola Lara que tiene que lidiar, a lo largo de toda la cinta, con registros ya de por sí complicados para actores curtidos. El resto de los niños no se queda corto y derrochan un candor e inocencia que llega al espectador logrando que, cuando la violencia caiga sobre ellos con toda su brutalidad, te conmocione y te haga reflexionar sobre la suerte que tienes al estar en un lado del mundo donde estas cosas no suceden.

Pese a lo macabro de algunas de las secuencias del último tramo y sus elementos sobrenaturales, los buscadores de terror puro y duro tendrán que optar por otros títulos, pues “Vuelven” en ningún momento tiene intenciones que vayan más allá de inquietar y se queda en los terrenos difusos del horror dramático de títulos latinos como Cronos (hay mucho de Guillermo del Toro en esta cinta) o Aparecidos de Paco Cabezas.