The guilty

Un actor en pantalla, una única localización y un thriller de 85 minutos por delante… ¿Se puede mantener la tensión? Pues la respuesta, tras ver este “The guilty”, es sí y ¡de qué manera tan brillante! Desde ya os digo que esta película es un ejercicio de guion sobresaliente, respaldado por uno de esos trabajos de interpretación que son, a la vez, un regalo y un caramelo envenenado para un actor. Un film que fue preseleccionado para representar a su país, Dinamarca, en la próxima edición de los Oscars de Hollywood; nos encontramos ante un título que requiere por parte del espectador un ejercicio de acción, sobre la trama, que termina por tragárselo en la experiencia que supone su visionado.

Asger es un agente de policía que ha sido castigado durante varios meses a jornadas de 12 horas, atendiendo urgencias telefónicas. En su último día, a unos minutos de cerrar para siempre su castigo, recibe una llamada desesperada de lo que parece ser un peligroso secuestro.

Cintas rodadas en un plano secuencia, el found footage, narraciones en visión subjetiva o películas que transcurren en una única localización o con un solo protagonista… el cine muchas veces tira de ejercicios formales o narrativos, como los mencionados, para alarde de los directores y guionistas que los enarbolan. En la mayoría de los casos, estas propuestas terminan por hacer trampas, en su verosimilitud o sus principios, para llevar el producto hasta su conclusión. Son pocos los ejercicios que, como el que tenemos entre manos, logran de forma honesta navegar de la orilla del director a la del espectador sin hacer aguas. Y es que en “The guilty” casi todo está en el guion. Una historia policial que se desarrolla exclusivamente vía llamadas telefónicas y en la que tú, cómplice necesario, has de construir mentalmente, igual que hace el protagonista, la película que narran los personajes. El grado de truculencia de su contenido será labor únicamente tuya, ayudado, en cualquier caso, por las excelentes voces (al menos en su versión original) que nos llegan desde el otro lado de la línea.

Un acercamiento sumamente original que tiene como predecesores la cinta de Rodrigo Cortes “Buried” y sobre todo, la vibrante “Locke”: en la que el sensacional Tom Hardy trataba de apagar los incendios que amenazaban su carrera de arquitecto desde su automóvil. Pero la trama que hila la que nos ocupa pronto nos hace olvidar a sus referentes, para meternos de lleno en una historia que sabe distribuir, con inteligencia, los giros para en ningún momento aburrirnos. Los posibles baches de interés son rellenados, de forma acertada, con la vida personal de Asger; en pinceladas de diálogo que terminan por hacer un fresco del protagonista plagado de luces y de sombras. En ese aspecto “The guilty” no deja de ser un policiaco clásico que tiene, como en otros tantos policiacos, escondida una historia de redención y segundas oportunidades.

Si hablábamos del guion como pilar principal del interés de la película, su otro gran acierto es la interpretación del personaje casi omnipresente en la historia. El actor Jakob Cedergren sostiene una cámara en plano corto a lo largo de todo el film insuflando aire y verdad a un personaje que comienza fuerte y que va perdiendo compostura y seguridad paralelo a la peliaguda historia que escucha llevado por la tensión y la impotencia.

No hay terror, ni sangre, ni nada sobrenatural para esta ocasión… a cambio tendremos oscuridad, remordimientos y mucha tensión en esta película que, desde estas líneas os recomendamos.