The nun

Reconozco que abordé “The nun” cargado de escepticismo pues pienso que estas cintas, que nacen a rebufo de personajes aislados de otras producciones, se crean con intenciones recaudatorias por encima de las pretensiones artísticas. El principal atractivo de estos seres es que son puro miedo sin demasiada explicación de su pasado; resulta, por tanto, contradictorio tratar de indagar en el origen de algo que funciona por ser mal rollo concentrado. Para muestra un botón y basta con recordar el desastre que supuso “Anabelle”, anterior spin-off de la saga “The conjuring”, o “Leatheface, el origen” rescatando al malvado de “La matanza de Texas”. Pero en los minutos iniciales, con esa abadía gótica entre brumas y esas monjas hablándose con total seriedad, pero en un diálogo completamente estereotipado, cambié de opinión y pensé que esta monja tal vez escondía mucho más de lo que aparentaba… Finalmente el resultado me dejó frío, pero creo que esta propuesta contiene muy buenas intenciones, pese a ser un producto fallido.

Una novicia y un curtido sacerdote son enviados a un remoto convento para investigar el suicidio de una monja de clausura. Pronto serán cercados por una presencia sobrenatural que, escondida en la apariencia de una monja, amenaza sus vidas y puede que las de muchos más, si logra desatarse por completo.

Recordemos que “La monja” nace en la segunda entrega de la saga “The conjuring”, donde aparecía retratada en un lienzo que abandonaba, a ratos, para hacerse de carne y hueso poniendo a medio cine los pelos de punta. En su película como estrella principal, tiende unos pocos hilos para asociarse a la franquicia de James Wan, aunque la historia se puede contemplar de forma independiente. En esta ocasión se salta del terror contemporáneo al cuento de horror gótico con claras reminiscencias con el cine de la época dorada de la Hammer. Es este aire añejo, sumado a una excelente ambientación en decorados y música, a nuestro juicio, el principal valor del film. Ese cementerio al pie del convento, ese patio interior, la fresquera donde se guarda el cadáver y en general todos los espacios de la cinta, transmiten ese aire de pesadilla, de frio y desolación en el que habitan los vampiros, demonios y criaturas del folclore ancestral.

Para enfatizar este aire vetusto, la construcción de las secuencias de horror será pausada y atmosférica, jugando con el fuera de campo, el desenfoque y el encuadre de plano abierto en el que el susto rompe una tensión que se cocina con mucho más cuidado y metraje del que acostumbra el cine habitual. ¿Dónde está el fallo? Pues en el exceso.

Muchas escenas son sobresalientes y hubieran funcionado si la concatenación de sustos no llevara al espectador a una pérdida de interés respecto a lo mostrado. Pérdida que se enfatiza por la torpeza de la dichosa monja al rematar sus ataques, que termina por convencernos de que nada les va a pasar a los protagonistas de la cinta. Es decir: que el estilo visual se ha comido el argumento.

Así, el visionado de “The nun” se acerca más a una atracción de feria o las experiencias de terror en realidad virtual que a la narración cinematográfica. Nada que objetar, salvo que la atracción de marras se extiende durante demasiado tiempo para ser efectiva… al menos para mí.

Tras la cámara el director Corin Hardy trata de sacar partido a todo el lado oscuro que pueda tener la iconografía conventual, dando como resultado un divertido coctel de imágenes enfermizas. tan excesivo, que llega a rozar en algunos instantes el límite del ridículo.

Taissa Farmiga, hermana de Vera Farmiga que interpreta a la protagonista de las entregas de “The conjuring”, encarna a la novicia Irene. El parecido con su hermana en la vida real y el interpretar también a una mujer con poderes clarividentes, se nos antoja como un intento de emparentar a ambos personajes en alguna entrega futura*… el tiempo lo dirá. Le acompaña el actor Demián Bichir que interpreta con solvencia al padre Burke y el atractivo Jonas Bloquet al que le ha tocado el papel más endeble y tontorrón de todo el producto. Aunque, siendo justos, ninguno de los tres tiene demasiadas opciones para brillar con propiedad pues la estrella de esta función es nuestra saltarina monja satánica*.

Es una pena que “The nun” no funcione un poco mejor de lo que lo hace. Su honestidad para ofrecer entretenimiento y estilo visual merecían, tal vez, un guion menos lineal donde los alardes narrativos de sus sustos hubieran sido un complemento y no un motor que moviera al público en sus asientos.

Se queda en un aprobado ramplón pero merece la pena echarle un vistazo.