Origin

Los amantes de la ciencia ficción interestelar estamos de suerte. Parece que el espacio vuelve a estar de moda y actualmente tenemos un montón de buenas propuestas para disfrutar aventuras planetarias sin levanta el culo del sofá. Desde el space ópera de “Star Trek Discovery” a la simpática “The Orville”, pasando por las conspiraciones cósmicas de “The Expanse”, los robinsones del espacio de “Lost in the space” o los robinsones de la tierra de “Los 100”. El terror también se sube al carro espacial siguiendo los aromas de cintas como “Alien” en dos producciones: “Nightflyers” que tiene como principal reclamo ser una adaptación de una obra de George R. R. Martin y la que nos ocupa: “Origin”. Ambas series tienen muchos elementos en común, pero creemos que “Origin” (desarrollada por Youtube) gana por goleada a la de Netflix en calidad y emoción.

Con la promesa de comenzar una vida desde cero colonizando un nuevo planeta, cientos de personas lo han dejado todo en la tierra y se han embarcado en un viaje interplanetario. Un reducido grupo de ellos es despertado de su hibernación y descubre que la nave ha quedado misteriosamente desierta. Comenzará entonces una lucha por la supervivencia y por averiguar los motivos por los que fueron dejados de lado. Pronto tendrán la certeza de que no están solos y que una letal entidad camina por los corredores de la estación espacial.

El esquema de la serie “Lost” se traslada al espacio con acierto en “Origin”. Así, cada episodio, narra la vida previa de uno de los personajes en un flashback que se intercala con el naufragio espacial al que se enfrentan, en una serie de 10 episodios en su primera temporada, donde la tensión no para de subir y que culminan siempre en un Cliffhanger que te hace devorar la serie a velocidad de vértigo. Las subtramas de la vida terrestre de los protagonistas ayudan a entender y cimentar los personajes, pero también aportan mini historias, desde policiales a románticas, que en la mayoría de los casos funcionan excelentemente, desgraciadamente también estropean algo el suspense pues sabemos que el sujeto que está recordando no puede morir… al menos no en ese episodio.

La historia es una mezcla de casi todos los títulos clásicos de terror espacial. Así encontramos mucho de “Alien”, pero también de “Horizonte final”, “Life”, “La cosa” o “Pandorum” entre muchísimas otras. Afortunadamente su buena factura y sus constantes giros de guion logran que el producto tenga identidad propia pese a que, objetivamente, sea un pastiche de lugares comunes de la ciencia ficción.
Tras la producción encontramos a Paul W.S. Anderson, desigual director con vocación de entretener como bandera y al que la violencia no parece amilanar en absoluto y en su serie da buena muestra de ello. Después de dirigir los 2 primeros episodios pasa el testigo a otros realizadores con solvencia entre los que encontramos al español Juan Carlos Medina (“Insensibles”, “The Limehouse Golem”).

Uno de los grandes puntos de esta epopeya es su excelente factura. Tanto la nave, como las ciudades futuristas que recrean nuestro planeta o las criaturas alienígenas, son virtuosas y demuestran un despliegue económico de superproducción por parte de Youtube. También es generosa en violencia y sangre que nos recuerdan, con pulso rotundo, lo peligroso de la aventura.
Un buen reparto ayuda y mucho a que los personajes, un tanto estereotipados, funcionen tan bien como lo hacen. La española Natalia Tena protagoniza la cinta junto a Sen Mitsuji y digo protagonizan pues son los aventureros del grupo; los acompañan una solvente colección de actores entre los que destacan Tom Felton (el malvado Draco Malfoy) y el alemán Philipp Christopher: ambos actores componen la pareja cobardica, egoísta y conflictiva que todo survival cósmico requiere. Entre ambos lados de la cuerda el resto; aunque muchos de ellos no terminarán la temporada de una pieza…

No es oro todo lo que reluce y desgraciadamente hay elementos que lastran el conjunto. Los sustos, por ejemplo, son todos de manual y consisten en subidas de volumen y cortes abruptos de la acción que resultan efectivos, pero también irritantes por la pereza de su ejecución. En varios momentos de la temporada los personajes se comportan como pollos sin cabeza o de forma contraria a la que pensaríamos desde nuestro sofá, obligándonos a ser indulgentes con la trama para seguir disfrutando del espectáculo.

Con todo y con eso, los amantes de la ciencia ficción en su vertiente terrorífica no nos la podemos perder. Sin duda este “Origin” es un entretenimiento excelentemente montado, que promete una segunda temporada plagada de sorpresas…