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Sesión salvaje

Del olvido al corazón

Sesión salvaje

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Presentada en el festival de cine de Sitges, no se nos ocurre otro festival mejor para este producto, el documental “Sesión Salvaje” es una carta de amor de sus directores al cine español que les fascinó en su infancia; a esos títulos que uno no veía, generalmente, en una pantalla grande: pero que se batían en duelo por captar la atención del público, junto a las grandes producciones de los estudios, en las estánterías de los videoclubs. Cine que se suele denominar como “de género”, aunque es una nomenclatura, a mi juicio, parcial que tal vez respondiera mejor a la calificación de Serie B o incluso de letras más bajas hasta llegar a la Z. Películas que, si acaso, acompañaban a las cintas populares en las sesiones dobles de los cines de barrio y cuyos títulos y portadas prometían sensaciones fuertes sin tapujos ni concesiones.

Acompañados por la voz de un Raphael de serie B (un cantánte que imita los caracolillos y las imposturas vocales del original) abre “Sesión Salvaje” su viaje por el nacimiento del cine de entretenimiento español. Comienza con la formación de sus creadores. Curtidos en las coproducciones de mediados de los 60, principalmente con Italia. El spaguetti western, fue la cuna del denominado chorizo western (cine del oeste made in spain), en donde se da justo homenaje a la figura de Joaquín Romero Marchent ( este año también Tarantino, desde su “Érase una vez en Hollywood” ha querído dignificar al director madrileño). Desde ese punto, el documental, a traves de más de 20 entrevistados, desgrana la lucha contra la censura franquista, nuestra aportación al fantaterror europeo, el nacimiento del cine de destape y como este termina dando origen al porno, el criminal que da nacimiento al cine kinki y la comedia española astracanada protagonizada principalmente por Ozores, Pajares, Esteso y muchas chicas ligeras de ropa.

Producida por Enrique López Lavigne que logró involucar en el proyecto a Enrique Cerezo, propietario de los derechos del 90% de los títulos que se nos revelan sin cuya participación hubiera sido imposible su estreno, este intenso recorrido por los géneros del entretenimiento de los 60, 70 y 80 españoles, hace gala de una cantidad ingente de secuencias rompedoras y alucinantes. Fragmentos que harán las delicias de cualquier fan aficionado a esas épocas. Desgraciadamente no están todas, muchos títulos no han podido usarse al no obtener los permisos para entrar en la cinta. Es el caso de “Coto de caza”, rape and revenge (género de violación y venganza), selecto tesoro de complicadísimo acceso, pues no ha sido, ni por el momento será, reeditado tras su distribución en video alla en el año 1984. Ya sólo por ese rescate de instantes asombrosos de nuestro cine, merece la pena el visionado del documental, pero es que además viene trufado por una gran catidad de anécdotas e impresiones de los autores y actores que participaron en estas cintas.

Evidenciando que a lo largo de estos años nos hemos autocensurado y desvelando el puritanismo que parece invadir el cine actual, este título puede tener los momentos más rompedores y transgresores de este 2019 mostrando, paradógicamente, secuencias de películas con más de cuarenta años de antiguedad.

Aunque no debería desanimar a nadie a dar una oportunidad a la película, esta sesión salvaje adolece, para mi gusto ,de cierta falta de pretensiones narrativas que la acercan más a un reportaje de 120 minutos que a un documental. Quiero decir que se limita a mostrar totales de entrevistas y clips, totales y clips, totales y clips, sin inovaciones ni salidas del camino, dando la sensación de ser un reportaje que ha quedado muy bien para mostrar en cine, pero que parece tener, en su naturaleza, la intención de venderse y emitirse en una televisión. Tampoco es demasiado atractiva su postproducción de rótulos y tratamiento de la imagen. Me figuro que esto tiene la intención de ser fiel a ese aire serie B que reivindica, pero lo cierto es que esas letras tan grandotas y con tan poca gracia que asaltan la pantalla a cada rato no quedan bien. En su contenido, mi mayor pega es a la forma, un tanto simplista, con la que se señala a la “Ley Miró” como enemiga acérrima de esos géneros, algo que creo que no es tan rotundo como se afirma.

Pero me quedo y me enamora lo bueno. Es un gran ejercicio de justicia para esos autores: Marchent, Grau, Eugenio Martín, Chicho Ibanez Serrador, Jesús Franco, Naschy, Eloy de la Iglesia, Ozores, Piquer Simón y tantos y tantos otros, que han permanecido algo en la sombra estos años y que viene reivindicado no sólo por sus actores y actrices (Lifante, Mayans, Andreu, de Luna, Esperanza Roy, Lone Fleming, Loreta Tovar, etc) sino también por la nueva generación de directores que han retomado las riendas del terror, el western, la comedia y la fantasía en España como son Paco Cabezas, Álex de la Iglesia, Vivas, Vigalondo, etc. Buen trabajo, por tanto, de Paco Limón y Julio Cesar Sánchez, padres de la criatura, que suman este documental a los “Zarpazos” de matellano y a “Queridos monstruos” en su homenaje a esa generación de autores que la memoria y la intelectualidad de postín han difuminado.

Lo mejor: Sus secuencias y su cariño hacia las cintas de la que habla.

Lo peor: A veces salta a sitios extraños que se salen del tema. Su postproducción es algo pobre.


Vuestros comentarios

1. 15 div 2019, 22:47 | Mountain

Quiero verla pero ya!

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