Bacurau

Continuamos recuperando títulos de la pasada edición de Sitges. Hoy paramos en una interesante propuesta que procede de Brasil. Bacurau, mezcla la mejor tradición del costumbrismo rural latinoamericano con los elementos inspirados en el western del cine de John Carpenter. El resultado es tan singular y refrescante que en Sitges se llevó el premio a la mejor dirección, el de la crítica y el del jurado joven, cosechando también otros galardones en festivales como Cannes (jurado), Montreal (del público) o el festival de Munich (Osram a la película extranjera), por mencionar los más sonados. Tal vez esta frescura pierda algo de brillo cuanto más se conozca de su trama, así que iremos con especial cuidado de no estropearle la experiencia a nadie.

Teresa vuelve a su pequeño pueblo, Bacurau, para dar el último adiós a su anciana abuela, matriarca de la comarca. Reencuentra una comunidad cohesionada; donde todos se conocen y, pese a sus diferencias, hacen frente a las adversidades y a las injusticias de su corrupto gobernador. A la mañana siguiente comienzan una serie de misteriosos acontecimientos que anuncian que algo está a punto de pasar en la aldea… algo que precisa nuevamente arrimar el hombro y unir fuerzas.

No es extraño que el propio Carpenter incluya un tema en la banda sonora de esta cinta, pues, como dije en el párrafo inicial, su premisa, la forma en la que se presenta el micro universo del pueblo, y el western que poco a poco se va apuntando, tienen muy presente al director norteamericano. Lo genial es que también, desde el inicio, este homenaje encuentra su encaje en una suerte de revisión del realismo mágico, que hace verosímil la inquietante imagen de una carretera invadida por ataúdes o la de un motorista que observa curioso pero sin demasiado estupor como un ovni le espía a poca distancia. Secuencias, imágenes y personajes que poco a poco van encontrando su explicación y lugar en una trama que espera hasta entrada la segunda mitad del film para desembocar en un violento desenlace.

En esta mezcla entre Norteamericano y Brasileño, dos presencias parecen separar estos mundos confrontados. En el lado Yanki, el internacional Udo Kier cuya presencia en el pueblo se antoja más macabra con el paso de los minutos y, en el otro lado de este particular ring, la actriz Sonia Braga que interpreta a la doctora Domingas, imperfecta líder de los intereses de los habitantes. Entre ambos un surtido grupo de personajes dibujados, salvo excepciones, con pocas lineas de guion y secuencias, pero perfectamente identificables, que son el pilar indispensable para que funcione este concepto de asedio, de micromundo en peligro.

Aunque la cinta se sitúa en un futuro cercano, lo cierto es que sus elementos futuristas se antojan algo desfasados y que la ciencia ficción funciona más como excusa para su velada crítica política que como un elemento atractivo para sus espectadores. Puede que por separado todas estas particularidades no fueran gran cosa. Pero lo cierto es que la suma de todas llevan esta discreta “Bacurau” a ser un producto inteligente y realmente disfrutable que te deja con la sensación de haber redescubierto una película de videoclub de los 80 sumamente entretenida.