The lodge

En mis notas para la entrevista a los directores tras su proyección en el festival de Sitges destacaba, circundada por un globo de bolígrafo rojo, la frase: “Preguntar sobre las coincidencias con “Hereditary ””. La nueva cinta de los directores de Goodnight Mommy, Severin Fiala y Veronika Franz, tiene mucho, muchísimo, en común con la cinta de Ari Aster. Pero, y ésta es una buena noticia para aquellos que no la disfrutaron, “The lodge” construye una historia de miedo 100% de género, en la que todos los interrogantes tienen su explicación. Para nosotros la película era más que notable y creo que la mayoría de vosotros la disfrutará y la valorará con buena puntuación.

Aidan y Mia son dos niños que muestran una profunda animadversión hacia su futura madrastra Grace (Riley Keough). A su padre no se le ocurre mejor idea que, con el fin de limar asperezas, dejar a los críos a su cuidado unos días en una casa de alta montaña aislada de todo por la distancia y la nieve. Tras una noche junto a la estufa los tres notan que algo ha cambiado en la casa, nada parece funcionar, faltan objetos y aparentemente algo invisible les ronda…

Entre lo más destacable de “The lodge” se encuentra lo cambiante de su propuesta, que mediante un inteligente y juguetón guion va mutando y deslizándose por distintos estilos y texturas, trasmitiendo al espectador la sensación de estar viendo una de terror sobre sectas en un determinado momento, de fantasmas en otro, o de terror con tintes religiosos al instante siguiente… Nada es lo que parece y gracias a eso la sensación de incomodidad y de descoloque en según qué fase, es muy gratificante.

La pareja de directores ya jugaba al despiste en su anterior film, “Goodnight Mommy”, especie reinterpretación de “El otro” de Robert Mulligan, que bien podría haber firmado Michael Hanneke. Desgraciadamente, siempre en nuestra opinión, gran parte de la calidad de su propuesta se perdía por explicar al espectador por lo menos en cuatro ocasiones el último giro, eliminando, de una patada descontrolada, casi toda la sutileza y elegancia que se había cocinado hasta el momento. En “The lodge” las explicaciones funcionan sustancialmente mejor, aunque los tiempos entre las distintas “Texturas de terror” son irregulares y, en la parte central, se reincide en exceso en situaciones misteriosas que se terminan por explicar en la conclusión pero que, en ese momento, rozan lo redundante.

Una casa de muñecas réplica exacta a la que habitan los protagonistas, la materialización de la familia como un ente enfermo, lo abrupto de la muerte de algún personaje, el uso de la banda sonora, la fotografía, la realización de muchas de las secuencias (por ejemplo la forma de rodar un entierro)… existen, como mencionaba al comienzo, muchísimos paralelismos entre “Hereditary” e incluso con “Midsommar” en “The lodge” aunque lo cierto es que el rodaje se planificó semanas antes del estreno de la primera y se terminó la postproducción unos meses antes del estreno de la segunda. Así que estas similitudes, nos aseguran los directores, son fruto de la casualidad y de que todos beben y tienen un concepto del terror cercano, donde prima lo psicológico, la creación de una atmósfera pesadillesca en la que la truculencia tiene cabida, pero siempre por detrás del escalofrío que produce un crujir, un susurro o una sospecha.

También coincide con el cine de Aster en el afinadísimo trabajo de dirección de actores. La bellísma Riley Keough, da un auténtico do de pecho interpretativo del que termina, en apariencia, exhausta. Nos atrevemos a decir que es su mejor papel hasta la fecha (y ya lleva unos cuantos filmes sorprendiéndonos). Tampoco le van a la zaga los dos chavales que saben jugar entre la inocencia y la suspicacia requeridas para que la química del trio funcione a las mil maravillas.

“The lodge” será una de la películas del género de este 2020, que mantiene con el anterior título de sus directores, ese concepto tan especial de padres e hijos orbitando en trayectorias diferentes con peligro de colisión. Y afortunadamente para nosotros el resultado es mucho mejor en esta ocasión.