La rage du Démon

Una cinta maldita es el eje sobre el que se articula la película documental de la que vamos a hablaros. No han sido pocos los títulos que se consideran gafados, pero si hay uno que inició esta leyenda sin duda fue “La Rage du Démon” (La furia del Demonio); pequeña cinta de cine mudo perdida, cuya autoría se atribuye a Georges Méliès. Sin duda uno de tantos títulos de los que la historia tiene constancia pero cuyo paradero, de existir alguna copia, se desconoce… con una salvedad, su estreno provocó en el público asistente tal espanto e impresión, que se desató la histeria colectiva en el interior de la sala cobrándose la vida de seis espectadores y provocando un terrible incendio. Tras este suceso (recordemos que los espectadores de entonces era mucho más ingenuos que ahora), la bobina desaparece y comienza la leyenda. Aunque, como pasa en los cuentos de terror y en muchas películas de género, existe un giro final, un epílogo, y en el año 2000 entre los legajos de un desván nazi apareció una copia que se proyectó de modo privado por la academia de cine francés… Nadie sabe cuál es la influencia de su material, pero la histeria volvió a desatarse entre los asistentes y nuevamente alguien se encargó de hacer desaparecer sus fotogramas.

“La Rage du Démon” (el documental) recoge los testimonios de los asistentes a la proyección y por el camino da un repaso a la historia de Georges Méliès, la Francia en la que desarrolló su carrera y el submundo esotérico en el que se movían ciertos artistas y personalidades de la época.

Que nadie espere un trabajo muy creativo en lo visual, este documental se basa en su mayor parte en materiales de las cintas de Méliès, alguna que otra foto y totales de los personajes que se entrevistan. En ese aspecto el resultado se acerca más a una pieza extensa de un reportaje televisivo que a esos documentales mágicos donde la intención autoral del director es manifiesta. Pero tampoco es que necesite demasiado artificio, pues los personajes que hablan a cámara tienen mucho que contar y en varias ocasiones resulta apasionante. Así, mediante diálogos conoceremos el auge y caida de Georges Méliès, junto a Lumiere uno de los padres del arte del cine y creador del oficio de los efectos especiales. También nos contarán la cantidad de material del autor y de otros directores que han sido devorados por la historia.

Pero donde la narración comenzará a subir enteros es cuando se empiecen a vislumbrar las conexiones del mago de cine con el ocultismo. Es apasionante ver en un documental hablar del famoso Cabaret du Néant, primer local en el que se mezclaba mágia, espiritismo y elementos mortuorios (inspiró el teatro macabro de “entrevista con el Vampiro”), para escalofriar al público en espectáculos no aptos para cardíacos. La cinta aporta una buena documentación fotográfica respecto al local para luego centrarse en una de las amistades más imquietantes de las que tuvo Méliès: Victor Sicarius. Sicarius comenzó su carrera imitando a su mentor, pero rápidamente dio a su material un giro más oscuro, filmando muertes reales de animales y otras de personas que simulaban ser igualmente reales, pudiendo ser el precursor de lo que se conoce actualmente como porno violencia y hasta puede que cine snuff, ya que la protagonista de su última película, en la que era torturada y asesinada, desapareció tras su finalización.

De todo esto nos habla con acierto este documenta*l, que parece entroncar en su historia con el final del clásico de *Carpenter “En la boca del miedo”. Toda una narración fantasmagórica apasionante que te deja con ganas de revisar los fabulosos trucos de este visionario director que fue Georges Méliès. Por ponerle alguna pega, y por si al llegar a este párrafo te queda alguna duda, decirte que la mitad de lo que cuenta su historia es un truco, una inteligente trama ficticia para construir este documental falso (aunque esto último no lo pondremos en negrita).