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FESTIVAL DE SITGES 2020 III

días 5 y 6

La resaca de un primer fin de semana, que supuso más que nunca un incremento de público, pero no de aglomeraciones no nos permitió siquiera coger aire para afrontar la semana completa que nos quedaba todavía por delante.

LUNES 12

FRIED BARRY

Así que ni cortos ni perezosos (bueno, algo perezosos si, para que engañarnos) decidimos estrenar el lunes como es debido, y empezar con Fried Barry a las 8:15 de la mañana en tramuntana. La que estaba llamada a ser la gran provocación del festival dividió a la audiencia en prácticamente un cincuenta por ciento. Y es extraño, pues una premisa como esta debería haber sido capaz de ir a por todas. Un yonki de inenarrable aspecto es abducido por los alienígenas para convertirlo en su vehículo para adentrarse en una espiral de sexo, drogas y violencia menos salvaje de lo que debería. Los hay que la disfrutaron y vieron satisfechas sus necesidades de extrañeza escatológica. Otros nos quedamos con la sensación del mero artificio. Y es que cuando la película quiere venirse arriba, siempre parece llevar puesto el freno de mano. Pese a que en pantalla se sucedan los momentos desagradables y aberrantes. Por otro lado, se intuye un intento de resultar trascendente que, en parte debido a lo fraccionado de su narrativa, no llega a calar en ningún momento. Salimos apáticos, y con la incapacidad, siquiera, de que la película nos hubiese parecido mal.

THE BANISHING

No solo el caso de la casa más encantada de Inglaterra y sus peculiares habitantes en los años 30, nos sirvió de reclamo a la hora de cuadrar The Banishing en nuestros horarios. La presencia de Christopher Smith (Triangle, Creep, Severance) tras las cámaras presagiaba que nos encontraríamos con algo, como poco, interesante. La película es absolutamente deudora del poso dramático que nutre a producciones de carácter gótico y que tanto vemos de unos años a este lado. Smith trata de crear su propia Maldición De Hill House. Pero lejos de esta y de la mano de Mike Flanagan, todo queda no solo desdibujado, sino también aburrido y falto de interés. El tratamiento visual de elegante decadencia dibujada en sombras no es suficiente para dotar de alma a un trabajo que por caerá en el olvido con más facilidad de la que nos gustaría.

BECKY

La película festivalera de esta edición. Hay películas que parece que hayan sido rodadas específicamente para proyectarse en Sitges. Becky, además de ello, transgrede un poco esta etiqueta y va más allá de la mera formula. Y es que es cada vez más común encontrarse con películas que tras esta imagen acaban pasando por mas gamberras de lo que realmente son. El año pasado Ready Or Not enamoró al auditori, y con razón, pero bajo el envoltorio se encontraba una película más comedida (esto no se calcula en litros de sangre) que otras como, por ejemplo, You’re Next, de la que es hermanísima. Becky hace gala no solo de unos momentos festivos y truculentos realmente potentes y con un gusto por el gore muy bien entendido. Al fin y al cabo, su punto de partida no deja de ser bastante potente: -una niña de trece años deberá enfrentarse a una banda de neonazis que tienen secuestrados a sus padres en su propia casa_. También es especialmente funcional a la hora de generar tensión a partir de los personajes y una construcción brillante del némesis clásico. Bajo el gusto por la violencia, además, se encuentra un interesante discurso acerca de cómo esta afecta a nuestra psique que le da un plus de carácter.

POSSESSOR

Brandon Cronenberg, hijo de maestro, ya llamó la atención del jurado joven con su primera Antiviral allá por 2012. En que se alzó con el premio a mejor película en la sección Midnight X-treme. Esta vez se ha llevado en el bolsillo al jurado de la sección oficial, postulándose como mejor película de una edición que temáticamente casaría mejor con su anterior trabajo, a día de hoy ya no tan estrambótico. Pese a que su padre y los elementos de la nueva carne siguen en boga en el mundo de Brandon, las intenciones de Possessor no parecen ser de alejarse de ello, sino más bien sintetizar desde su entendimiento los elementos que la construyen. Para despistados: Possessor es un thriller de ciencia ficción pura. Su premisa de posesiones tecnológicas en que las mentes pueden secuestrar cuerpos ajenos bajo el gobierno monetario huye de la fisicidad que, pese a estar presente, no es el centro de un relato muy interior. En ella hay una búsqueda desesperada de lo humano en lo sintético. De estética medicinal y sentimiento cyberpunk, lo refinado de sus visuales amalgaman una capacidad de horrorizar y fascinar abrumadoras. Una más que justa merecedora del premio, que va más allá de lo meramente tradicional y mitómano, pues Possessor es uno de los trabajos más extrañamente estimulantes del año.

RELIC

Aquel fue sin duda un lunes de platos fuertes. Algunas de las películas que veríamos se posicionarían más tarde en las cabeceras de muchos TOPS personales y profesionales. Relic, en que madre e hija deben acudir urgentemente a casa de la abuela para dar con su desconocido paradero, estaba llamada a ser una de las sensaciones del festival. Su fama le precedía. Se la comparaba con Hereditary por su poso emocional y su visión oscura de lo familiar, pero son dos películas que, pese a su ritmo pausado y sobrio no pueden distar más entre sí. Relic entiende lo macabro desde el corazón. Un corazón que aun que se rompa, sigue bombeando emoción. No es fácil ahondar en lo que se nos cuenta, pero Natalie Erika James, un nombre a tener muy en cuenta en un futuro, consigue dotarla no solo de una delicadeza y sutileza que además trasciende el terror y el fantástico, sino también de un entendimiento de la idea que le permite luchar para avanzar siempre en la misma dirección, aún que las emociones se interpongan. Un debut absolutamente brillante con* muchísimo poder visual y un pulso narrativo escaso de ver*.

MARTES 13

SPUTNIK

Este año el fantástico ruso venía pisando fuerte y en cantidades. Finalizado el festival acabó recaudando bastantes adeptos, entre los que un servidor, por desgracia, no se terminó encontrando. Sputnik ha sido relacionada hasta la saciedad con La Cosa por su elemento parasitario que perturbará la vida del único superviviente de un accidente espacial. Pero más allá del concepto del huésped, se trata de dos trabajos absolutamente dispares. La rusa, opta por un acercamiento desde el thriller de espionaje militar. El componente fantástico desbarajustará la capacidad de mantener a raya la información clasificada. Una premisa trillada, pero que siempre genera un interés. El problema llega con el hermetismo de los diálogos que caracterizan el carácter ruso, que acaban transformando en intrascendente todo lo que sucede en pantalla. La grandilocuencia de los grandes thrillers palomiteros que acaba cruzando la línea del desinterés. En la segunda mitad la cosa mejora al cobrar protagonismo el elemento sci-fi, pero tampoco tiene mucho que levantar entre manos. Una pena.

MY HEART CAN¨T BEAT UNLESS YOU TELL IT

Esta pequeña historia de vampirismo doméstico en que hermano y hermana deberán decidir si son capaces de seguir recolectando sangre humana para un tercero que necesita de ella para seguir vivo, venía haciendo ruido desde el circuito indie de festivales. Justificado absolutamente. Una de aquellas películas a las que uno se enfrenta en busca de una conexión personal que, pese a nacer de lo puramente cinematográfico, subvierte el medio. La importancia está en la narrativa detallista de un relato que en ningún momento suena a nuevo, ni siquiera presenta elementos especialmente distintivos respecto a otros trabajos del estilo como la Dejame Entrar sueca, con la que fue y será comparada hasta la náusea. Dicha comparación, pese a ser obvia y comprensible, sería errónea, ya que la metáfora de My Heart Can’t Beat Unless You Tell It To es más directa y está mucho más exenta de estilismos, en pro de un naturalismo que la hace poderosamente triste, y por ende, aterradora. Lo poético llega en este caso desde una elegancia que, si bien se encuentra en la capacidad de medir, huye de la estilización para narrar desde una cotidianidad mucho más sucia.

THE TOLL

Del desconocimiento absoluto nace esta sorpresa tan agradable. Una película pequeña, pero ambiciosa con cabeza suficiente para serlo. Haciendo uso de elementos tan actuales como los códigos del viaje en Uber, utilizará una mitología de género absoluto para contarnos algo que, pese a que nos puede sonar, no pide justificación alguna más que la del entretenimiento. Efectivamente, el coche se quedará parado en medio del bosque y a partir de ahí todo irá cuesta abajo. The Toll es una propuesta que podría tener un recorrido comercial realmente potente si sabe moverse bien y en condiciones normales, obviamente. Aún que no sería extraño verla, por ejemplo, como el nuevo taquillazo en autocines en los estados unidos de la era covid. Su principal baza está en la pareja protagonista, que gracias a su química adquirida engancharán lo suficiente como para que cuando la película entre en materia de mitología propia no todo se quede en una mera idea mal planteada. La película adolece de algunos estragos demasiado de manual, eso sí. Desde personajes que exceden al viejo Ralph de Viernes 13 y verbalizan en exceso un guion que debería desarrollarse en acciones, a un tramo final apresurado y demasiado basado en los meros giros sin gracia. Aun así, es un disfrute, que además solo dura 78 minutos, Así que no hay mucho de lo que poder quejarse.

POST MORTEM

No estamos muy acostumbrados a que desde Hungría nos lleguen propuestas de género. Y menos tan puras y directas como es Post Mortem, una de las sorpresas más sonadas del festival. Para bien, y para mal. El contexto de la postguerra en 1918, y la llegada de un fotógrafo Post Mortem a un pueblo con más muertos por enterrar que vivos viviendo en las casas dan inicio a una de las más histéricas y arriesgadas películas de fantasmas y posesiones de los últimos años. Hubo quien salió tan exhausto como enfadado de las proyecciones, así como otros salieron (/imos) eufóricos por haber sido testigos de tamaña vuelta de tuerca de un género que generalmente pide una contención inexistente en una propuesta igual o más efectiva que la mayoría. Y es que Post Mortem es de aquellas películas que contienen imágenes que uno verá por la noche al cerrar los ojos. Muertos que nos mirarán a los ojos desde dentro de nuestros párpados. El catálogo de aberraciones nacidas del absurdo, herederas de una concepción visual absolutamente kamikaze que parece ir de la mano con el estilo centroeuropeo, a las que serán sometidos estos cuerpos nos asustarán desde unas formas muy cercanas al guiñol más descarado. Un salto al vacío, especialmente en su última media de las dos horas que dura, que aplastará a unos, pero fascinará a otros. Toda una experiencia colectiva en una sala de cine, además.


Vuestros comentarios

1. 27 oct 2020, 11:23 | game of trolls

por fin el otro tito (el que tiene “us” no “o”) vio cosas que yo vi y hasta recomienda alguna que me semi-interesa (the toll) ya que las otras partes directamente ni una sola me importò.

possessor, la del hijo de cronenberg (la de los vampiros o que se yo del mismo nombre no me importa) si està buena es porque no se parece a ningun film que haya visto hasta ahora. la peli es rarisima, es de ciencia ficcion (no terror) y trata acerca de una agencia que tiene una maquina que permite teletransportar a una persona al cuerpo de otra y usarlo para asesinar personas de esta forma nunca los enganchan pero tiene una contraindicacion: a medida que mas tiempo te quedas en el cuerpo ajeno mas se te pudre el cerebro y eso es lo que muestra esta pelicula aunque con un final de esos que te van a hacer decir ¿asi termina? se enrosca mucho, mucho y no es un film muy agil y facil de entender e interpretar.

becky es de una minita que tiene que defenderse de unos malos que vienen a afanar la casa de sus padres. los malos se ponen medio boludos la mayoria del tiempo haciendole bastante facil ser liquidados por la psicopata ehh.. quiero decir, la chica. es para ver una vez y chau.

fried barry es una sin un guion discernible donde suceden un monton de cosas totalmente random sin ligazon logica alguna entre escenas como si hubiesen escrito 20 ideas diferentes de 20 personas y elegido 10 con los ojos cerrados y las pusieron en un film sin orden alguno. a un tipo lo secuestran aliens, le meten cosas por los genitales y el ano, lo mandan a la tierra con una mision (se supone, pero nunca dicen cual es) y va teniendo encuentros con mucha gente. termina la peli y no se llegò a ninguna conclusion. no por nada el director pone al comienzo de la peli que esto es “una cosa” no un film. (je)

y the relic no es una de terror sino un drama disfrazado. de esto te das cuenta recien en el final, cuando te revelan que todo era una “metafora” ¿sobre què? enterense leyendo el SPOILER resulta que la metafora es acerca de una señora padeciendo alzheimer y como se le iba deteriorando la cabeza pero la peli, ladina ella, lo muestra como si a la señora se estuviera convirtiendo en un monstruo o algo parecido. y no, esperas a que se convierta y si bien se le pone toda la piel negra no es porque se transformò en un “bicho” sino que esa piel negra significa que ya el alzheimer le deterioro todas sus funciones corporales. y que a la madre le va a pasar lo mismo ya que la hija le descubre que en la espalda le esta creciendo otra mancha negra porque vieron que el alzheimer es hereditario y esa onda UHHHFIN SPOILER

sputnik es una verga. te engancha al comienzo pero al cabo de una hora la peli se torna un drama mierdoso pelotudisimo que me dio muchisima bronca a tal punto que la saque a la mierda y jurè nunca mas ver mierdas rusas. tampoco es de terror, es una estafa. ¡y la protagonista que cara de culo por dios! ¡me amargò la existencia!

la de borat ya se puede ver, veanla que es divertida (aunque no tanto como la primera)
mas pelis que deben evitar a como de lugar: bad hair, the empty man (ambas del 2020) ¡basuras! ¡aggr! (onomatopeya imitando el asco que fue ver eso)

2. 15 nov 2020, 19:18 | Vael

A mí me ha encantado Fried Barry. Si habéis leído “Sin noticias de Gurb”, me ha recordado mucho al libro, pero en plan cañero y lisérgico.

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