Bumperkleef (Tailgate)

En 2021 se cumplen 50 años del estreno de “Duel”, titulada por estos lares como “El diablo sobre ruedas”, primera cinta que señaló al director Steven Spielberg como un talento a tener en cuenta. La película se perfila como una perfecta candidata a leif motiv para la proxima edición del festival de Sitges, con el permiso de otros sonados aniversarios como el de “La naranja mecánica”, “La amenaza de Andrómeda”, “Un hombre lobo americano en Londres”(40 años), “Evil dead” (40) o “The innocents” (60 años). Sin duda todas son excelentes alternativas. Pero la cinta de Spielberg, pese a su escueto presupuesto y ser un proyecto pensado para televisión, dejó una impronta e influencia visual que ha perdurado desde entonces. “Jeepers Creepers”, “Nunca hables con extraños”, “Carretera al infierno” o la que nos ocupa “Tailgate” son sin duda deudoras de aquella. Pero también son deudoras todas esas cintas, como “Christine”, en las que los faros de un coche se iluminan de forma amenazante desde un plano lejano, combirtiendo la máquina en un demonio de metal. Spielberg también acierta escondiendo al monstruo como en el slasher tras una máscara, en este caso un camión, invitando al espectador a imaginar la cara del ejecutor que, en otra valiente iniciativa, no se nos va a permitir ver (recurso del que tiraría Carpenter en “Halloween”). A todas estas decisiones, se suma un talento a la hora de crear el suspense que recuerda al mejor Hitchcock y que es el despertar de una forma de encuadrar y entender el cine que cambiaría la industria. “Tailgate” bebe muchísimo de “Duel” pero incorpora a su fórmula infinidad de elementos frescos y mucho humor, para lograr uno de los entretenimientos más recomendables del cine que viene. La cópia que pudimos ver en el festival de Sitges 2020 venía precedida por el logo de la distribuidora La aventura, así que en España al menos podremos ponernos de los nervios en pantalla grande.

La familia protagonista llega tarde al cumpleaños de la abuela. Van en el coche disparados, pisando el pedal un poco por encima de la velocidad permitida para ir ganando tiempo. Su carrera se ve frenada por una furgoneta de control de plagas que, pese a los pitidos, permanece en el carril rápido en el límite exacto de velocidad. Tras un peligroso frenazo y una peineta al conductor, la familia continúa su camino con una parada, en una estación de servicio, donde volverán a coincidir con el fumigador. El encuentro termina en bronca y la bronca desata en el estricto conductor el deseo de aleccionar de forma permanente al padre que lleva el volante y ya de paso al resto de los pasajeros.

Bumperkleef (Tailgate) se llevó en Sitges el premio a la mejor película de la sección Panorama y levantó sonados aplausos en todas las sesiones. La parte del coche y la persecución funciona, aunque es algo que ya hemos visto en los títulos mencionados con igual o mayor acierto. La gran baza de la cinta es, que en esta ocasión, el enemigo es uno de esos sicópatas carismáticos que te sacan una sonrisa y logran que una parte de ti apueste por él; lo que se conoce como un auténtico hijo de puta. Al mismo tiempo, desde el primer minuto, el matrimonio neurótico y sus chillonas hijas nos harán desear que alguien les dé un buen susto.

El actor Willem de Wolf se mete en el personaje de este fumigador, letal desde la violenta secuencia inicial en la que le vemos dar buena cuenta de un ciclista. Su aspecto de tipo normal sabe mutar a terrorífico con sólo apretar la mirada y cambiar la curvatura de su boca. Sus herramientas para impartir justicia serán el vaporizador de veneno y su bombona, algo que en principio parece poca cosa, pero que veréis funciona de maravilla. Su pausada forma de moverse contrasta con lo resolutivo de sus acciones, que se transforman en toda una pesadilla para Jeroen Spitzenberger, el cabeza de familia que se le cruza en el camino.

Todo un éxito en su país, Holanda, Bumperkleef (término como se conoce a los coches que se pegan a otros para que estos se aparten) reflexiona, bajo su entretenida superficie, sobre la tolerancia y la educación, y sobre como esta es reflejo de los valores que se nos inculcan en la infancia y que transmitiremos en gran medida a nuestra siguiente generación. Su simpático desarrollo y lo bien que nos lo hace pasar este fumigador, me anima a pensar que puede que en breve tengamos alguna entrega más de nuestro matacucarachas. Hasta entonces y desde estados unidos “Unhinged”, protagonizada por un enorme Russell Crowe, tanto en tamaño como en su rotunda actuación, nos ofrece una película muy parecida y entretenida pero muy inferior en resultado… Tal vez por que, al contrario de la que nos ocupa, su pretendida seriedad logra que nadie se trague su desarrollo.