Este cuerpo me sienta de muerte

La película sorpresa de la última edición de Sitges cumplió con su carácter sorprendente, al menos en mi caso. Las dos entregas de “Feliz día de tu muerte” me habían parecido entretenidas, pero también me habían incomodado en la medida de que resultaban demasiado correctas… Cortadas a patrón de los grandes estudios sin asumir riesgos, pero simulando pequeñas transgresiones que no resultaban tales. Eran evidentes las cortapisas con la violencia, también con la sexualidad que debía destilar un personaje como su protagonista. Saber que el siguiente proyecto de su director Christopher Landon, hijo del patriarca del la lacrimógena “La casa de la pradera” el actor Michael Landon, iba a tomar como punto de partida el subgénero de cambios de identidades del cine adolescente, me hacía augurar lo peor. “Freaky” sigue la senda de cintas como “Freaky friday” (ponte en mi lugar), “Viceversa”, “Wish unpon a star” (pide un deseo), o “The Hot Chick” (este cuerpo no es el mío). En todas, la gracia está en cómo sus actores han de trabajar en 2 registros totalmente opuestos, simulando dos personajes ocupando un único cuerpo. hace un año Jumanji: Siguiente nivel, ya nos había demostrado que esto de los cruces corporales podría tener variantes simpáticas. La baza de la propuesta de Landon era permutar el alma de su adolescente protagonista (Kathryn Newton) por la de un despiadado sicópata asesino, que interpreta nada menos que el actor Vince Vaughn.

El asesino llamado “El carnicero” anda suelto. Tras pasar a cuchillo a un grupo de amigos de fiesta en la casa de los padres del anfitrión, ha salido a saciar sus ansias de sangre con una misteriosa daga azteca. Desconoce que esta daga cambia las almas de víctima y verdugo si en lugar de matar sólo hiere. Eso es lo que le sucede al atacar a Millie; que al ser interrumpido despiertan el uno en el cuerpo del otro. Ahora disponen de 24 horas para finalizar el sacrificio, si no quieren que los efectos de este intercambio sean permanentes. Millie atrapada en el cuerpo de este mastodonte asesino tiene que convencer a sus mejores amigos de este suceso y parar los pies del huésped de su cuerpo, que amenaza con cargarse a todo el instituto.

Landon esta vez se equilibra a la perfección entre los 2 géneros que toca. Su protagonista es la típica modosita de club Disney que no se saca partido y vive subyugada por un amor maternal asfixiante. El verse a si misma convertida en un ser salvaje, será el revulsivo que precisaba para sacar el valor de cambiar las riendas de su vida. Pero el director demuestra, esta vez por completo, su incondicional amor por el slasher, y en su secuencia inicial hace gala de un gore totalmente inusitado en el cine comercial para adolescentes. A su primera víctima le hace tragar una botella de vino desde la base y después la revienta, pudiendo contemplar como los cristales le destrozan la garganta (una muerte muy parecida a la del bong que en “Feliz día de tu muerte” se zanjaba antes de que el tubo de cristal alcanzara la cara de la protagonista) . Algo que deja a las claras las letales intenciones de Vaughn, pero también el tono varios puntos más adulto del componente de terror . Y no será la única secuencia de gore subido… Seguramente este respeto por el slasher y la violencia vengan de la mano de su productor Jason Blum, abanderado del cine de terror comercial norteamericano. Su experiencia en estos productos ha afinado el resultado, consiguiendo contentar tanto a los adolescentes consumidores de comedias de instituto, como a los amantes del cine de horror, y eso es algo muy, muy complicado. Imagino que negociar ese grado de violencia, en una cinta con pretensiones de ser un taquillazo, no hubiera sido posible sin Blum. Además, la revisión de los códigos del género de sicópatas que realiza la cinta, es tan inspirada, que varios de sus momentos podrían ser parte de la saga Scream.

Pero si algo destaca en Freaky es lo divertida que resulta. La vis cómica que logra extraer de todo el reparto es notable. Ver a Vince Vaughn moverse como una quinceañera es descacharrante; descubrir que tiene pene, o coquetear con el chico que le gusta a la protagonista, demuestran que es un grandísimo actor y que se lo ha pasado realmente bomba con este divertimento interpretativo. La virginal Kathryn Newton tampoco se queda corta. Su cambio de registro facial cuando se pone en modo psicópata no tiene precio, y pese a que “El carnicero” es el amo de la función el papel de esta actriz es realmente potente.

A “Este cuerpo me sienta de muerte” le pongo pocas pegas. Logra algo muy complicado: Que me trague una comedia adolescente de instituto y acepte sus conflictos personales manidos, sus actores juveniles todos guapos, delgados, perfectos y diversos, sus lugares comunes y sus momentos sonrrojantemente ñoños como si fuera la primera vez y con una sonrisa de lado a lado. Y que me zampe a la vez un slasher de instituto de manual y que me mantenga atento pese a saber, desde bien lejos, todo lo que va a suceder. Puro entretenimiento perfectamente vendido. Mi aplauso para Christopher Landon, que con esta cinta logra su mezcla más afinada desde Zombie camp y por insistir en hacer cine juvenil que se pueda disfrutar a cualquier edad.