Ruega por nosotros

Vuelve el terror a la gran pantalla, anunciada casi por sorpresa, la nueva película producida por Sam Raimi (principal atractivo del proyecto). Y lo hace además en un momento perfecto, semana santa, un estreno estratégico dada la trama religiosa de la cinta y la fecha de su llegada a salas.

Un terror católico, atrayente por la temática de milagros y predicadores que cuenta con un estupendo reparto entre los que destacan Jeffrey Dean Morgan (The Walking Dead), Willian Sadler (The Mist), el eterno Dr. Gordon de Saw Cary Elwes y el descubrimiento de la peli; la joven Cricket Brown.

Dirige el griego Evan Spiliotopoulos, conocido guionista responsable de libretos como La Bella y la Bestia o Las crónicas de Blancanieves: El cazador y la reina del hielo, que da aquí el salto a su ópera prima como realizador con él mismo adaptando la novela de James Herbert. Otro de los datos que no se nos pueden escapar es Joseph Bishara, responsable de la partitura de Insidious entre muchas otras, y que aquí pone también su música para deleite del fan del horror.

Un periodista en horas bajas descubre una serie de aparentes milagros de una joven que dice haber sido visitada por la Virgen María, milagros acaecidos en un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra. El periodista intentará tener la exclusiva de la historia para devolver su carrera al estrellato. Lo que desconoce es que estos milagros esconden una cara mucho más oscura de lo que él cree.

Con un inicio misterioso y que mantiene la intriga de forma sobresaliente, la narración se va cociendo a fuego lento, se da su tiempo, va creando atmósferas y la cinta comienza a dar a luz secuencias realmente escalofriantes. Esto es gracias en parte al reparto y su buen hacer y un uso de la colorimetría que, aunque tópico dentro de los estándares del género, consigue ser funcional.

En el ecuador y cuando más interesante se pone la historia y se comienza a explorar realmente el mundo de los santeros con trasfondo religioso y vendedores de humo, The Unholy pega el bajonazo, ya no como producto, sino como tono en general y parece convertirse casi sin quererlo en un telefilme. Dónde antes se tomaba su tiempo, a partir de aquí todo comienza a ser precipitado. Incluso la cascada de jump-scares y apariciones “marianas”, que poco aportan ya a la historia, y que se centran solo en llevar a cabo una sucesión de escenas efectistas para el fan service, pero tal vez no era esta la fórmula adecuada de finiquitar una producción de este estilo.

Ruega por nosotros es extraña porque es predecible pero interesante. Terror clásico sin complicarse lo más mínimo. Se disfruta pese a no aportar casi nada nuevo y al final te quedas más con la sensación de haber visto una procesión de sustos fáciles y un final desfasado, que es con lo que cierra la película, más que con el buen comienzo y los momentos de tensión reales.