Flashback

The Education of Fred Fitzell nos dejó la cabeza completamente volada en la pasada edición del festival de Sitges. Es de esas cintas que entran por los ojos; que contienen un asombroso apartado visual que crea una experiencia única, aunque para disfrutarla has de admitir una historia críptica, imposible de llegar a desentrañar por completo. Como mucho de lo que vemos en los festivales, tras su paso por el certamen desapareció. Ahora llega con nombre nuevo, más sencillo y explícito: Flashback.

Fred Fitzell pasa por un momento complicado: Su madre sufre afasia y una aparente pérdida de recuerdos, acaba de empezar un nuevo y exigente trabajo y su relación de pareja parece mostrar los síntomas del virus de la rutina. Un día decide tomar un atajo para esquivar el habitual atasco mañanero. En un callejón se encuentra con alguien del pasado, que le despierta una ola de recuerdos de sus últimos días de instituto. Entre esos recuerdos está el de una enigmática compañera que había olvidado por completo. Esta vivencia borrada comienza a transformarse en obsesión y a derribar lo que es pasado y presente, lo que sucedió con lo que pudo ser. Con la ayuda de otros compañeros de entonces comienza a reconstruir el puzle de esa época, su relación con esa chica y con una droga de diseño que circulaba por las aulas llamada Mercury.

Si disfrutaste de Donnie Darko , The butterfly effect, Coherence, Prime, Triangle, Interstella, Matrix o las posibles vidas de Mr Nobody, encontrarás otra fantasía cuántica en Flashback, mezclada en un enigma que, en ciertos momentos, puede recordarnos al thriller Brick de Rian Johnson por aquello de transcurrir en los pasillos de un instituto. Se trata de una propuesta carente de efectos especiales, que se vale de una portentosa edición de planos para construir ese solapamiento de distintos tiempos narrativos, que es el principal aliciente de este producto.

Christopher MacBride es el director. Ya había demostrado buen ojo en el fantástico con el falso documental, mezclado con found footage, The conspiracy. Nuevamente se encarga del guion, asi que puede que sea él el único que pueda desentrañar completamente la madeja de esta historia; sencilla si la ves de forma superficial y un auténtico laberinto si tratas de entrar en el agujero de gusano por el que se mueven los personajes. Yo tengo mi propia teoría de lo que vi, pero explicarla en estas líneas sería elaborar un spoiler innecesario y dañino para aquellos que se animen.

La cinta cuenta con un atractivo reparto (tanto en lo físico como en el talento) que encabeza Dylan O’Brien, que hace poco protagonizó Love and Monsters y que se hizo popular por participar en la saga The maze runner y la serie Teen wolf. Le acompaña Maika Monroe (It follows) más enigmática que nunca en el papel de esa chica imposible de olvidar y de entender. Completan el reparto Hannah Gross, Amanda Brugel (menuda cara de jefa cabrona tiene), Liisa Repo-Martell, Emory Cohen, Ian Matthews y Keir Gilchrist (también presente en It follows). Todos ellos estupendos en unos personajes que, para la mayoría, exigen cambios de aspecto e interpretación en función del momento temporal en el que se encuentran.

Si eres de los que no les preocupa demasiado ver una película y no enterarse de todo lo que le cuentan. Si disfrutas de la fantasía con tintes de ciencia ficción. Si no te molesta que te narren una historia de amor si esta evita caer en el romanticismo facilón de las novelas baratas. O si al ver una película te fijas en la técnica de la edición de planos, creo que Flashback reunirá elementos atractivos que no te supondrán una pérdida de tiempo.