The batman

Batman es el personaje más dúctil del universo DC. Los directores que lo han abordado, han sabido cada uno darle su toque personal; desde el desenfadado y pop de Joel Schumacher (inolvidable ese traje con pezones como cápsulas de Nesspreso), al wagneriano Batman de Zack Snyder, dotado de una épica visual única en cada plano. Del Batman maduro y gótico de Burton al Batman más ambiguo y reflexivo de Nolan... Cada director ha creado un mundo propio. Ahora, tras más de un año de retraso, le toca el turno a Matt Reeves, un realizador magnífico con títulos tan potentes como El amanecer del planeta de los simios, monstruoso o el excelente remake americano de Déjame entrar. Casi nadie tenía dudas de que Reeves lo daría todo pero los fans del murciélago no tenían tan claro la elección del actor que se calzaría las mayas negras: Robert Pattinson. Yo ya la he visto, y a falta de conocer vuestras opiniones para mí aprueba con nota... aunque no es para nada un Batman al uso.

The Batman nos presenta una Gotham desolada por una droga de diseño llamada Drop, donde la corrupción es generalizada y el crimen campa a sus anchas. Desde hace más de un año un justiciero vestido de enorme murciélago trata de equilibrar las cosas. No está sólo en su cruzada: cuenta con la ayuda discreta del comisario Gordon. La presencia de este caballero oscuro está ganando cada vez más popularidad... tanto que un misterioso asesino en serie, enigma, está tratando de comunicarse con él a través de macabros crímenes. Con cada muerte el peligro crece y también se van dando a conocer misteriosos hilos que conectan a las víctimas con un turbio caso del pasado.

Más próximo a Seven que al cine de superhéroes, The batman es una cinta policiaca al borde del cine negro, con una trama densa que en ocasiones parece que se va a escapar del entendimiento del espectador. La comparación con la película de Fincher no es menor; de ella toma una estética sombría y carente de humor, donde la lluvia es constante. También toma unos crímenes grotescos (aunque huye de mostrarlos de forma explícita) y una enfermiza conexión entre el investigador y el asesino. Como podéis imaginar nos encontramos ante el Batman más oscuro y adulto de todos los rodados hasta la fecha; de hecho, si alguien se plantea verlo con críos menores de 12 años, posiblemente se encuentre con que los chavales se aburran sobremanera. También nos encontramos ante el Bruce Wayne menos Bruce Wayne hasta la fecha. Nuestro protagonista está realmente jodido. Desaliñado y sin ningún interés por su imperio financiero, la única obsesión de este personaje es salir por la noche y tener su dosis de justicia para acallar la locura que reverbera en su mente. Su aspecto más joven y sus ojos pintados de sombra negra lo acercan más a The crow que a Batman en muchos planos. Eso sí, la voz de  Pattinson es asombrosa y cuando se asimilan los nuevos matices de esta construcción del personaje, Batman funciona tan bien como el mejor.

Pero además del murciélago otro elemento importante en este universo son los villanos con los que se enfrenta. En esta ocasión, además de Enigma, encontramos al pingüino (Colin Farrell está irreconocible) y a una bellísima y convincente Catwoman, con unas uñas de gel que ya quisiera Rosalía, a la que pone cuerpo y voz Zoë Kravitz (hija de Lenny Kravitz y la actriz Lisa Bonet). La química que construye la película entre la gata y el caballero oscuro es muy buena y heredera de las femmes fatales del noir clásico.  También debe mucho esta versión de Reeves al universo de Nolan, aquí la historia se revisa y se matiza para dar un carácter más realista al género de superhéroes. Enigma está fantásticamente interpretado (no sé si dar el nombre del actor es un spoiler) y construye un personaje a la altura de los villanos más celebrados de Nolan.

Nos encontramos también ante el Batman más frágil. El cuerpo de Pattinson llega cargado de moratones y cicatrices, y recibe palos de lo lindo.  Hasta en un determinado momento se pega una soberana hostia que duele en la platea. Esta fragilidad hace que las escenas de acción, muy dosificadas en la trama, funcionen con especial potencia. Hay una persecución de coches brillante y conforme se va acercando a su acto final nos regala el espectáculo de acción que requiere este género.

Me voy a mojar y diré que junto a las dos primeras entregas del Batman de Nolan me quedaría con ésta como medalla de bronce. Pese a su extensa duración, tanto su factura visual, su reparto o su banda sonora funciona a la perfección y el bajar aún un poco más al héroe a la tierra sucia de las calles de Gotham supone todo un acierto.

Poco más que añadir. Superada la decepción o la sorpresa de no ser una cinta al uso, nos encontramos ante una película potente y muy personal. Como el último James Bond, tal vez la audacia de Reeves no sea del gusto de los puristas del superhéroe, pero creo que la cinta remueve las bases del propio personaje (atención a algunas ideas que se quedan en el aire sobre la madre de Wayne) y nos demuestra, una vez más, que Gotham es una ciudad plagada de recovecos e ideas para que tengamos justiciero durante una buena temporada... Por si acaso la secuencia final nos apunta quién será el próximo villano a vencer.