The offering

La mayoría de las cintas que exploran el terror con base religiosa que nos llegan se fundamentan en la tradición cristiana. Pero las otras doctrinas también tienen potentes y aterradores demonios que ofrecer al cine: Los dijnns árabes como Kandisha, o el que acosaba a madre e hija en Under the shadow, las posesiones asiáticas como la de la coreana the wailing o los vampiros saltarines de la religión oriental de Una historia china de fantasmas, son buenos ejemplos de horrores llegados de otras culturas. Curiosamente, la religión judía, rica en rituales y tradición, apenas ha sido explotada en su vertiente más escalofriante... y eso que uno de los films pioneros en este género se basaba en la mítica figura de el Golem. En los últimos años títulos como The possesion o The vigil han tratado de adentrarse en los rincones más oscuros de la Torá y las tradiciones hebreas. Ya podemos sumar a estas cintas la que nos ocupa: The offering, una película de genuino cine de horror que pese a sus imperfeciones merece ser visitada por los amantes del género.

El anciano propietario de una funeraria judía, cuya segunda planta es también su casa, recibe en ella a su hijo y su mujer embarazada. Esa visita supone un cambio en la relación padre e hijo; rota, años atrás al no aceptar que su hijo contrajese matrimonio con una Shiksa (mujer no judía). La llegada de la pareja coincide con la entrada de un cadáver fallecido en circunstancias extrañas. En su proceso de embalsamado, se liberará una fuerza hambrienta de sangre joven... si es nonata mejor que mejor.

The offering se inspira en uno de los demonios femeninos más populares pero, que yo sepa, nunca antes llevados al cine: Abyzou. Según la tradición este ser era incapaz de concebir por lo que, llevada por la envidia, se dedicaba a interrumpir los embarazos de otras mujeres; la única forma de mantenerse a salvo de ella durante la gestación era portando un amuleto. Como curiosidad decir que Abyzou comparte raices con otros seres del inframundo como la Medusa griega o la Lilith sumeria. Esta es la base que, tomada con muchas licencias, no sé hasta qué punto rigurosa con las tradiciones semíticas, es empleada por el guion para crear una aterradora presencia que irá haciendo la atmosfera de esta funeraria irrespirable y traerá funestas consecuencias al reparto.

La película es macabra, plagada de ideas inquietantes y un par de sobresaltos realmente efectivos. Su forma de construir el suspense y de filmar esta morgue, nos remitirá a una de las cintas de horror más espeluznantes de estos últimos años para el que firma estas líneas: La autopsia de Jane Doe de André Øvredal. Me atrevo a decir que este film de 2016 ha estado siempre en el punto de mira de la producción como atmósfera e intenciones a emular. El miedo de la que nos ocupa se queda por debajo de su referente, pero cualquiera que disfrutase de aquella no considerará esta tiempo perdido.

Es una pena que el guion, en varios momentos, pierda verosimilitud. La forma en la que el protagonista descubre el origen de esta amenaza, o el estado en el que llega el cuerpo a esta morgue no son creíbles. Tampoco es original o afinada la tensión dramática entre padre e hijo, o el modo en que las verdaderas intenciones de la visita salen a la luz;  eso resta enteros al resultado de la experiencia. Por suerte, el buen trabajo del reparto y una fotografía y una banda sonora, firmada por el gran Christopher Young, salen al rescate de los aspectos menos depurados del film.

Acostumbrados como estamos a ver cada vez menos cine de terror genuino, The offering supone una grata y cruel sorpresa. No es especialmente buena y sin duda uno puede encontrar argumentos para tirar por tierra sus virtudes pero, cuando la mayoría de las producciones de generoso presupuesto se antojan inocentes trenes de la bruja, el director Oliver Park nos prepara una experiencia menos inocua y que se esfuerza, aunque muchas veces no lo logre, en dar miedo.