The Wrath of Becky

Dos años después de escapar de un ataque violento contra su familia, Becky intenta reconstruir su vida al cuidado de una mujer mayor, un espíritu afín llamado Elena. Pero cuando un grupo conocido como los "Hombres Nobles" irrumpe en su casa, los ataca y se lleva a su amado perro Diego, Becky debe volver a sus viejas costumbres para protegerse a sí misma y a sus seres queridos.

Becky (2020) irrumpió como una de esas pequeñas películas que, de la nada, se convirtieron en un éxito sorpresa dentro de su nicho hogareño. Es decir, a través del streaming y lo poco que quede el formato fisico. Gustó bastante su premisa de jovencita, aparentemente poca cosa, que se encuentra en una situación peligrosa frente a unos malos muy chungos y, cosas de la vida, las apariencias engañan: Becky es tremendamente sanguinaria. Ahora, la niña, aunque sigue pareciendo poca cosa, los espectadores sabemos cómo se las gasta. Y la gracia está en que sus nuevos adversarios, otra banda de maleantes fascistas, no tienen esa información. 

Repite Lulu Wilson dando nombre a la película, y su archienemigo para la ocasión será Sean William Scott... ¿Lo recordáis? Si, el Stifler de la saga American Pie, que tuvo su momento de gran popularidad a raíz de aquello durante varios años, pero que lleva otros tantos sin suerte. Recordad que en la primera, el villano corrió a cargo de Kevin James, otro actor con carrera, en gran parte, situada en la comedia, que cambió registro y quedó muy creíble. Veremos Stifler, digo Scott. Detrás de las cámaras tienen a Matt Angel y Suzane Coote, también guionistas, y que puede que os suenen de dos películas (mediocres) de Netflix: Puertas abiertas (2018) e Hipnótico (2021). 

The Wrath of Becky se pudo ver en el South by Southwest Film Festival y está esperando distribución comercial.