Quite a Conundrum
¿Dos putillas, un pirata y Jesús en la misma película?
Debería haber sido un día normal de sexo, diversión, alcohol, hormonas y libertinaje para Tabitha y Mimi, dos privilegiadas veinteañeras que no se preocupan de otra cosa que no sea de sí mismas y del caos que pueden llegar a provocar a su alrededor. Pero la supuesta normalidad se lanza por la ventana cuando un evento inesperado y devastador tiene lugar durante la celebración de una fiesta nocturna en la piscina. A medida que el alcohol empieza a escasear se eleva el número de muertos. El infierno se desata y no hay vuelta atrás.
No se ponen de acuerdo… Hay quienes se empeñan en definir Quite a Conundrum (que en castellano vendría a significar algo así como “todo un enigma”) como un híbrido perfecto entre la saga de American Pie y American Psycho; mientras que otros la señalan como un cruce entre Clerks, la ópera prima de Kevin Smith (de cuando Kevin Smith todavía tenía gracia), y Scream. La finalidad en ambos casos, y por más disparatadas que puedan parecer las comparaciones, es siempre la misma: hacernos notar que estamos ante un nuevo slasher con algunas notas de humor… o ante una comedia con concesiones al corta y trocea. Supongo que el orden de los factores, una vez más, no altera el resultado.