Festival de Sitges. Día 7.
De todo un poco... Pero con buenas sensaciones
Gallows Hill, de Víctor García.
No olvidéis pasaros por nuestro facebook, donde Alejandro y Tito Jesús están colgando unas estupendas fotografías en exclusiva del Festival de Sitges.
Por fin vemos una cinta genuinamente de terror dentro de la sección oficial del festival y sólo por eso, aunque tiene mucho más, Gallows Hill merece un aplauso y un respeto. Se trata de una coproducción entre Norteamérica y Colombia que esconde sus autenticas armas hasta su segunda mitad. Aunque todo la cinta transcurre peligrosamente por el filo de los clichés, contiene buenas ideas de guión y buenas manera de dirección que nos han llevado a entrevistar a su director y hacer una reseña en condiciones en cuanto terminemos con la dinámica del festival.
Después Big Bad Wolves se lleva al público de calle. Un magnífico ejemplo de thriller con grandes interpretaciones, lineas de diálogo brillantes y tensión narrativa. Una reflexión sobre la venganza y sus consecuencias que se marca en el cerebro con sangre… y fuego. Destacar su excelente sentido del humor que hace soltar carcajadas que terminan por quedarse atascadas a medio camino cuando nos damos cuenta de la gravedad de lo que vemos… Indispensable.
Le llega el turno a la cinta de Jim Jarmusch Only lovers left alive. En ella el director vuelve a sorprendernos (o tal vez no tanto dado su perfil) con un trabajo sumamente personal tomando como referencia un tema fantástico: una pareja de vampiros sumidos en el “eternal love” que han sabido adaptarse a los tiempos modernos con el transcurrir de los siglos. Lenta, porque su narrativa es así, nos acerca es estos personajes de forma que terminen por resultarnos entrañables. Si yo fuese vampiro estaría muy cómodo en este papel “más que humano” o más que zombie (aquellos que la veáis entenderéis el chiste) de la cinta. Como dato, en la comida de la prensa sonó como la favorita de los medios grandes.