Has filtrado por autor: Bob Rock

Shelter

Un refugio para el desmembramiento

Shelter

Shelter es un film independiente rodado en 2009 que parece empieza a despegar por el circuito de festivales especializados en horror, allí por los Estados Unidos. Dirigido y escrito por un desconocido Dan Donley (este poseedor de un master en psicología, tiene alguna película más en su haber pero nunca había oído hablar de ellas); este film promete, en palabras de sus creadores, ser “algo más que una película de terror”. Sobre todo por el intenso componente moral de las decisiones de sus protagonistas. Sinceramente, no creo en las frases promociónales de ningún tipo, pero eso no quita para que el proyecto resulte más que interesante, al menos eso es lo que deja entrever su extraño argumento que parece un intento de vuelta de tuerca más sobre el “género zombie”:

Sickle

Ley y orden, sangre y visceras

Sickle

Con ecos de Maniac Cop, película de culto protagonizada por Bruce Campbell en 1988, nos llega desde Estados Unidos una producción independiente que no oculta sus cartas. Robert Conway escribe y dirige Sickle, thriller violento y sicótico, donde tenemos a la incombustible Tiffany Shepis (la scream-queen asidua en las noticias de Almas Oscuras e incapaz de decir no a un proyecto que incluya buenas dosis de sangre) y al no menos “promiscuo” Kane Hodder (conocido por ¿interpretar? a Jason Voorhes en muchas entregas de la saga Viernes 13)

El sheriff Slade Sickle (Hodder) posee un insaciable apetito por aplicar implacable el peso de la ley sobre todo lo que crea delictivo. Cuándo una stripper (Shepis), un drogadicto, un DJ y un camarero, recién llegados a la ciudad de Sickle, comente el error de saltarse un stop, se convierten en el próximo objetivo del demente sheriff. Solo la sangre, las balas, y la mutilación saciaran la sed de justicia de Sickle

The Blackout

Ni Bioman nos libra de esta.

The Blackout

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The Blackout

Por si la decepción que me llevé con Legion no hubiera sido poca, decidí embarcarme recientemente en otro viaje cinematográfico con fuertes reminiscencias de Feast. Y es que esto de dejar a un grupo dispar de personas atrapadas en compañía de monstruos, demonios ó mutantes; siempre ha sido un plato de mi gusto.
Desgraciadamente me he vuelto a equivocar eligiendo la película. En cuanto se publicitaron los primeros carteles, imágenes y argumento de esta cinta independiente de serie B (y asignarle esta letra es darle punto inmerecidos a este telefilm); surgió la polémica, sobre todo por el parecido entre la portada de The Blackout, con Feast. Ojala se hubieran parecido en más aspectos. No deja de ser chocante que los creadores de The Blackout, se molestasen tanto en copiar carteles de otras producciones, cuando su película toma la base argumental de toda la vida, grupito de gente dispar contra bichos de origen desconocido, y se aleja todo lo que puede de Feast. Pero no os hagáis ilusiones, buscadores de originalidad, se aleja dando todo paso incorrecto habido y por haber. Entonces, ¿de qué trata el primer film del director Robert David Sanders?

Es la víspera de Navidad, en un edificio del centro de Los Angeles, un grupo de amigos y vecinos se dispone a celebrar la llegada de Papa Noel con una fiesta por todo lo alto. Sin embargo no es un día típico de diciembre en California: Las temperaturas son extremadamente altas, se producen continuos temblores de tierra y las señales de radio y televisión fallan por momentos. En este ambiente nada halagüeño, la fiesta parece discurrir con normalidad hasta que un temblor deja al edificio sin luz y a los invitados atrapados en el edificio junto a unas criaturas monstruosas salidas de las entrañas del edificio en busca de sangre humana.

Lo mejor: Es corta y el final no provoca nauseas.

Lo peor: Los efectos de sonido cutres, los actores cutres, los CGI cutres, los decorados cutres, la edición cutre, la fotografía cutre...


Oso

Oso

¿Alguna vez os habéis puesto a ordenar viejos cajones y habéis encontrado recuerdos olvidados de vuestra infancia? Si los objetos pudiesen generar una conciencia propia tendrían mucho que decir en esos reencuentros. Y la mayoría de lo que nos dijesen sería bastante duro y, por otro lado, justo.
Los científicos aseguran que nuestra capacidad para olvidar es lo único que nos mantiene cuerdos y que por otro lado también es lo que nos permite, a los humanos, definir el tiempo (concepto este, que la física quántica se obstina en romper ó redefinir). Sin embargo, esta capacidad a mí siempre me ha parecido un ejemplo más de crueldad. Un ejemplo de cómo la vida es cruel, pero si no fuese cruel nadie seguiría adelante.

Estas reflexiones y algún otro triste pensamiento me invitaron a escribir un relato que sustituye el horror explicito por melancolía y la sangre por algodón. Agradezco a Joan de corazón, que me echase una mano a la hora de optar por un final violento u otro más comedido y triste.
Obviamente el cuento está dedicado al peluche favorito de mi infancia. Uno, que desgraciadamente ya no está conmigo.

Army of Darkness: Ashes 2 Ashes

El nuevo NecroCOMICon

Army of Darkness: Ashes 2 Ashes

En pleno siglo XXI a nadie se le escapa la fuerte sinergia que se produce entre los distintos géneros artísticos, siendo las más destacables las que tienen al mundo del cine como parte de un eje. Lo más frecuente suele ser encontrarnos con que los cineastas gustan de adaptar obras de otros medios para crear un producto impactante, resultón y vendible (amén de salvara así la falta de ideas originales que vive la acomodada sociedad consumista). Así que nuestros cines se llenan de adaptaciones de libros, videojuegos, comics y hasta juegos de rol.

En el caso más concreto del comic, el idilio con el séptimo arte se prolonga durante más de una década, viviendo en los últimos años grandes éxitos de taquilla y crítica (Batman Begins, 300 ó Watchmen). Pero no todo queda en un “parasitismo” argumental por parte de los guionistas y los directos de cine; también el mundillo del comic (habitualmente menos accesible a un público más generalista) se nutre de elementos externos y debido a la afinidad visual con el medio cinematográfico, las adaptaciones al comic de películas suele dar unos resultados aceptables. Es más, dada la mayor libertad que existe en la realización de una historieta ó serie mensual (sobre todo por los evidentemente inferiores costes de producción) no solemos encontrar adaptaciones puras y duras si no que las influencias de los films generan autenticas líneas arguméntales nuevas. Léanse las ediciones que durante el año pasado realizó Planeta de los iconos terroríficos Jason Voorhees, Freeddy Krueger ó Leatherface.

Legion

¿Hay algo más soso que un ángel?

Legion

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Legion

Mucho se lleva hablando en las últimas semanas por la red sobre esta cinta; y poco de lo expresado es positivo. Y aunque la opinión de la mayoría siempre me ha importado un bledo, está vez no hay más remedio que rendirse a lo evidente: Estamos ante una de las primeras grandes decepciones del año, dentro del género fantástico.

Legion, segunda obra de un reconocido técnico en efectos visuales llamado Scott Stewart, nos cuenta una historia típica de personas atrapadas en una localización frente a las fuerzas sobrenaturales que les acosan en el exterior. Esta simple frase nos trae a la cabeza de forma inmediata “La noche de los muertos vivientes” (George Romero, 1968), “El caballero del diablo” (Ernest R. Dickerson, 1995) y la saga “Feast” (John Gulager; 2006, 2008 y 2009 ); y es que, no en vano, Legion intenta copiar esta formula añadiendo su granito de arena. ¿Cuál es este? Pues en lugar de demonios, muertos vivientes ó monstruos; como peligro exterior tenemos cuerpos poseídos por ángeles enviado por un Dios cansado de la humanidad.

Lo mejor: El dinero invertido en efectos visuales, sin ser una maravilla, destacan.

Lo peor: La hiriente sensación de recursos desperdiciados en una historia aburrida y tópica.