Exploitation

Benedetta

Esclava de Dios y amante de Safo

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Benedetta

Esclava de Dios y amante de Safo

Benedetta

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Benedetta

En el momento en que sale a la luz esta reseña, se está produciendo la primera premier en España del último trabajo de Paul Verhoeven: Benedetta. Puedo imaginar las caras de más de un centenar de personas fascinados y escandalizados con la última bomba de este realizador, que desde ya os digo que va a levantar ampollas y aplausos como hizo en Cannes. Parece mentira que a sus 82 años el holandés se encuentre en tan plena forma. Demuestra que a su cine no le tiembla el pulso por nadar contracorriente y ofrecer al público un espectáculo adulto, sexual, desafiante y muy cargado de la inquina y de ese humor ácido que es también una seña de identidad de este gran director.

Verhoeven recrea la historia real de la monja Benedetta (interpretada por Virginie Efira); controvertido personaje acusado de herejía y de comportamiento contra natura (lesbianismo) en el siglo XVII. Sus visiones de Cristo y sus epifanías, sumadas a la aparición de estigmas en manos, pies y posteriormente en la frente, la convirtieron en abadesa del convento de las Teatinas. Pero su fama y su poder en la ciudad de Pescia, llamaron la atención de las altas instancias de la iglesia que iniciaron una investigación respecto a ella y su entorno, centrando la atención en su relación con una novicia llamada Bartolomea (que interpreta Daphne Patakia).

Lo mejor: Su simpático desarrollo que escandaliza al tiempo que fascina.

Lo peor: Cerca de la conclusión algunos personajes cambian de actitud de forma un tanto gratuita.


Ensalada Baudelaire

Funny water games

Ensalada Baudelaire

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Ensalada Baudelaire

Hoy vamos a repasar una de esas cintas cuya baja calidad (su rodaje es muy discreto y alguna de sus interpretaciones dejan mucho que desear) eclipsaron en su momento sus interesantes virtudes que, ahora vistas en la distancia, nos recuerdan a grandes cintas posteriores consideradas de culto por la gran mayoría de nosotros. Imposible no pensar en Funny games de Haneke o en Calma total, con las que comparte no pocas coincidencias.

Ensalada Baudelaire” presenta a un matrimonio burgues, perfecto en apariencia pero tocado y hundido por el tedio y la falta de comunicación. Él (Xabier Elorriaga) abrumado por los problemas que suscita mantener su patrimonio industrial en plena productividad y desesperado por el deseo que le produce su sexualmente esquiva esposa. Un deseo que se sacia a duras penas fotografiándola desnuda mientras duerme y fantaseando con tener encuentros con las desconocidas que se cruzan ante sus ojos.

Ella, Marina Langner, prisionera de su estatus de vida. Casada con alguien por quien ya no siente deseo y lo mismo nunca llegó a sentirlo, pero que mantiene a golpe de talón su carísimo tren de vida. Su mejor aliado es un enorme perro negro al que malcría como a un hijo asqueada, imagino yo, por la idea de ser fecundada por su lánguido esposo.

Con este panorama la pareja sale a pasar el fin de semana en su yate en compañía de otro matrimonio que les deja plantados en el último momento. Aburridos y sin apenas hablarse, cualquier excusa es buena para rodearse de otras personas. Primero asistiendo a un cóctel en el barco de unos conocidos (donde la charla de dos mariquitas cotillas de alta alcurnia y baja catadura moral terminarán de presentarnos a los personajes). Después, invitando a una pareja en un patín de playa a subir a tomarse una copa. Cuando los invitados se pongan cómodos descubrirán lo peligroso que va ha resultar conseguir que se vayan. El fin de semana se transformará en pesadilla cuando queden bajo el control de estos visitantes. El que lleva la voz cantante, que hablando de cantantes interpreta Lorenzo Santamaría, someterá al matrimonio a una noche de juegos vejatorios y torturas.

Lo mejor: La humillante tortura que nos encanta y que sirve para hablar de más cositas...

Lo peor: malos actores y un rodaje muy torpe


Canníbal Ferox

¡Pequeños... pero comilones!

Canníbal Ferox

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Canníbal Ferox

Tal y como me ha recordado mi buen amigo Manu Tóxico, nadie ha comentado por aquí el fallecimiento del bueno de Umberto Lenzi. Pues bien, el director de “Caníbal feroz”, “La invasión de los zombies atómicos”, “Siete orquídeas manchadas de rojo” o “¡Comidos vivos!” nos ha dejado a los 86 años para realizar explotaciones a la diestra de Satán. Sirva recuperar esta vieja reseña como sentido homenaje.

En el año 1962 los cineastas Paolo Cavara, Gualtiero Jacopetti y Franco Prosperi parieron un documental titulado Mondo Cane. En el film podían contemplarse extrañas culturas humanas, donde el folklore y las tradiciones se mezclaban con la excentricidad, el sadismo y el salvajismo expuestos en toda su crudeza y autenticidad. Había nacido lo que conocemos hoy en día como “cine mondo”, documentales donde la ficción y la realidad parecen converger en un mismo espacio, aportando temas e imágenes de marcado tono sensacionalista. Hubo varios films de este tipo a lo largo de los sesenta, entre los más destacados la segunda entrega de Mondo Cane y especialmente el film de este tipo más logrado, África Addio. Vale la pena mencionar un par de interesantes aportaciones al mondo durante los 70 como fueron Savana Violenta y Dolce e selvaggio, de Antonio Climati y Mario Morra respectivamente. Por supuesto hay muchos más títulos pertenecientes al subgénero, algunos mejores y otros peores, pero la intención es mostrar a grandes rasgos el origen del cine mondo y quiénes lo iniciaron.

En los ochenta tuvimos las célebres irrupciones de películas como Holocausto Caníbal, Canníbal Ferox o Comidos Vivos - entre otras - que, aprovechando el fenómeno del mondo, utilizaron sus bases e insertaron un nuevo componente: el exploitation. La combinación de ambos géneros en estos films causó una enorme controversia en la época, llegando al extremo de procesos judiciales que intentaban dirimir lo que era real y lo que era ficción. Conocemos el caso de Holocausto Caníbal por ser el más representativo de todo este tipo de films, y también por ser la mejor muestra de cómo hacer una buena película sin rehusar a la polémica. Por otro lado Umberto Lenzi, un director que venía de hacer giallos y thrillers semieróticos, supo también ver el filón y se metió en la aventura del mondo con una película llamada Il Paese del sesso selvaggio, rodada en el 1972. Su célebre incursión en el mondo-exploitation data del año 1981 y se tituló Canníbal Ferox. A ella le dedicamos este review.

Lo mejor: El exceso gore y los paisajes selváticos.

Lo peor: Las muertes reales de algunos animales y el mal rollo entre Morguen y Lenzi.


Morituris

El miasma de la historia siempre resurge

Morituris

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

Morituris

Dos jóvenes rumanas son recogidas por tres chicos cuando hacen autostop. El grupito se dirige a un bosque para celebrar una rave, pero en su lugar celebrarán una horrible violación. Poco sospecharían que el acto despertaría los “cadáveres” de unos legionarios romanos en busca de sangre para su Diosa.

Polémica. ¿Es eso lo que buscaba Raffaele Picchio en su debut como director? ¿Reflexión antropológica? Tal vez, a través de una descarnada exposición de la violencia misógina, el guionista Gianluigi Perrone quería hacernos indagar sobre la oscuridad inherente a todos nosotros, sobre la ceguera de la justicia, que es implacable con víctimas y verdugos cuando se reviste de venganza. Diseccionas fotograma a fotograma y buscas un mensaje, una enseñanza… lo haces en vano, no la hay. Seamos sinceros, en ningún caso el vacío de Nietzsche se alcanza de forma premeditada. Las referencias a Némesis, la diosa de la justicia retributiva, no son gratuitas, pero tampoco conducen a ningún sitio. ”Morituris” acierta de chiripa en lo que a (a)moralidad se refiere. Señala muy adecuadamente que la realidad forjada por el ser humano es una paradoja nihilista, porque el cine en sí mismo es efímera nadería. Un mensaje en una botella que necesita de un receptor para cobrar sentido; igual que un ataque necesita de dos partes.

Lo mejor: El intento de resucitar la explotación italiana más sucia y cerda.

Lo peor: Es sólo un intento y bastante mal realizado.


Cut and Run

Cierre de la trilogía caníbal

Cut and Run

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2/5

Cut and Run

Como reza el epígrafe, este título cerró la trilogía caníbal/selvática del iconoclasta Ruggero Deodato, especialista en sacudir a la sociedad de los setenta y ochenta con su cine extremadamente sádico, gráfico y violento. Se me ocurrió verla después de conocer el homenaje descarado de Eli Roth en The Green Inferno; director, el norteamericano, que por cierto no oculta su veneración por el italiano, a quien otorgó un cameo en la segunda parte de Hostel.

Nunca estrenada en España (de ahí el título en ingles/italiano), esta cinta de 1985 supuso un cambio de registro frente a las brutalmente explícitas Mundo caníbal, mundo salvaje y la madre del cordero, Holocausto Caníbal, tan controvertidamente célebre. Cut and Run: Inferno in diretta se desmarca decididamente de las dos obras anteriormente mencionadas, no sólo porque no hay canibalismo por ningun parte, sino porque Ruggero decidió no cargar tanto las tintas y ofrecer algo que, aun siendo salavaje en términos generales, no levanta cejas para el espectador medio. Es más, su escena más cruenta fue censurada en casi todos los países en los que la película logró estrenarse, pero de eso ya hablaremos más adelante.

Lo mejor: Violencia sin paños calientes.

Lo peor: Historia muy endeble y poco creíble.


Calles Salvajes

Justicieros juveniles

Calles Salvajes

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Calles Salvajes

Me resulta difícil valorar esta película sin ser subjetivo. Aún así, creo haberme resistido y he puesto las notas que merece, pese a la tentación de hacer lo contrario.

Muchos seres humanos son poco atractivos para el extraño, pero el centro del universo para sus parejas sentimentales. Sirviéndome de la comparación, alguien apasionado de los ochenta, la música rock, las bandas sonoras con sintetizador, las películas sobre la venganza y las chicas con actitud como es quien escribe este artículo, considera a Calles Salvajes un sublime producto, ya que aúna todo ello con maestría y sobre todo, honestidad. Nada es más odioso que un cineasta(s) que tratá de otorgar a su obra una pretenciosidad que no casa con lo que ofrece. En Calles Salvajes, Danny Steinmann no tropieza con esa piedra: él ofrece algo que parece exploitation, huele a exploitation y se inspira en exploitation. Sin titubeos. Sin falsas ínfulas. Sin cinismo. Y es por eso, aparte de por ofrecer toda esa ristra de elementos gloriosos arriba citados, que quiero recomendar esta película.

¿Qué tenemos en Calles Salvajes? Por un lado a Linda Blair, la niña de, para muchos, la mejor película de terror de la historia (El Exorcista) ya hecha toda una mujer, aunque haga de adolenscente por exigencias del guión. También a una scream-queen de primer nivel como es Linnea Quigley (El regreso de los muertos vivientes, Pesadilla en Elm Street 4, Night od the Demons y productos todavía menores). Y a un gran actor, nunca reconocido lo bastante, como es John Vernon. Ellos tres se reparten los papeles menos bidimensionales, ya que el resto no se apartan de los estereotipos del género: matones sin un ápice de humanidad que piden a gritos a lo largo de todo el metraje una muerte lenta y cruel.

Lo mejor: Exploitation sin tapujos ni falsas pretensiones

Lo peor: Quienes no aprecien el género verán excesivos desnudos y violencia gratuita