Vampiros

Todas las lunas

Érase una vez una vampira...

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Los viajeros de la noche

Vampiros de la carretera

Los viajeros de la noche

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Los viajeros de la noche

—¿Qué edad tienes? —pregunta Caleb.
—Digámoslo así—responde Jesse—: Peleé para el sur.
—¿El sur?
—Perdimos.

Jesse es un vampiro. Quizá uno de los menos conocidos —a diferencia de Lestat, Drácula o el pedófilo Edward Cullen—, y en cambio es uno de los más agresivos, despiadados y terroríficos vampiros en la historia del género. Ópera prima de Kathryn Bigelow, Near dark (en España se conoció como Los viajeros de la noche) es un western/horror que pasó sin pena ni gloria por las salas cine y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en toda una película de culto para los conocedores del género.

Probablemente su baja recaudación se debiera, en parte, a que Kathryn Bigelow era una total desconocida para la época —ni siquiera los productores de la película tenían fe en ella. Recibió un ultimátum: “si en tres días no daba muestras de controlar la filmación la despedirían”. Pero no sólo controló el set de Near Dark, sino que con el tiempo se convirtió en una de las directoras más importantes de Hollywood. Realizó películas como Le llaman Bodhi (Point Break, 1991), Días extraños (Strange Days, 1995), K-19: The Widowmaker (2002); así como sus filmes más famosos: En tierra hostial (The Hurt Locker), con el cual se llevó el Óscar a la mejor película y mejor dirección en 2008, ganándole la partida al mismísimo James Cameron; y La noche más oscura (Zero Dark Thirty) en 2012, película que relataba la caza de Osama Bin Laden. También es muy probable que su baja recaudación se debiera a que compitió en las salas con Jóvenes Ocultos (The Lost Boys, 1987), la famosa película de Joel Schumacher que arrasó en taquilla tratándose de un filme menor y, para un servidor, uno de los grandes churros del cine de vampiros.

Lo mejor: El retrato del vampirismo.

Lo peor: La muerte de los “malos”.


What we do in the shadows

No todo es beber sangre... luego hay que limpiarla.

What we do in the shadows

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

What we do in the shadows

Antes de entrar en faena con la cinta de esta reseña me gustaría referirme a una comedia clásica de Roman Polansky que era, hasta que vi la que hoy nos ocupa, la mejor comedia con vampiros de por medio que había tenido el placer de degustar. Me estoy refiriendo, por supuesto, a El baile de los vampiros. La película de Polansky es mucho más blanda que What we do in the shadows, y vista hoy en día su humor ha perdido gran parte de su fuerza original… aún así muchas de sus secuencias siguen siendo una delicia y la obra es un clásico de la historia del cine. Me aventuro a decir que esta comedia neozelandesa será también, con el paso de los años, otro referente del género.

El rodaje de un documental en un nido de vampiros, en la ciudad de Wellington, nos hará partícipes de sus costumbres, de los pros y los contras de su existencia y de las dificultades que tienen para adaptarse al mundo actual. La llegada de un vampiro de nueva creación trastocará su mundo y seremos testigos de los violentos cambios que amenazarán su existencia.

Es muy difícil encontrar una comedia que, una vez presentadas las cartas con las que juega, no pierda intensidad e interés con el paso de su metraje… De hecho suele ser frecuente, en muchísimos títulos, caer en el aburrimiento más desolador pasados sus primeros minutos para no remontar, si es que lo hace, hasta su conclusión, que viene a ser la traca final de la fiesta. Pues bien, esto también le sucede a What we do in the shadows… aún así, en el momento más flojo, la intensidad de sus gags y el acierto de los mismo es sobresaliente. Se trata de una variedad de gags que contentará a todo tipo de público, pues combina, con gran inteligencia, los chistes de la comedia de situación, con los visuales, el humor del absurdo, la parodia de otras cintas y novelas del género y la comedia gore (aunque de esto hay sólo pequeñas pinceladas).

Lo mejor: Excelentes ideas bien explotadas y en una duración correcta que evita el aburrimiento.

Lo peor: Es simple entretenimiento y humor superficial, si no entras en él no encontrarás alicientes en la cinta.


The Ecstasy of Isabel Mann

Dolor que emana sangre

The Ecstasy of Isabel Mann

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

The Ecstasy of Isabel Mann

Ha pasado ya un año y algunos meses desde que vi Railway Children, de Jason Figgis, una película muy amateur, sacada adelante sin recursos - de un modo muy artesanal – protagonizada por un par de debutantes prepúberes y adolescentes, pero con una historia ambiciosa, con mucho que aportar y que, de algún modo, me conmovió. Pero sobre todo vi en Railway Children mucho potencial. Es por eso que cuando arrancó la campaña de indigogo para financiar The Ecstasy of Isabel Mann, la nueva película del mencionado Jason Figgis, no dudé en contribuir a la causa aunque fuera con una diminuta aportación; y siendo franco, os aseguro que fue la primera vez que contribuía en una campaña de crowndfunding. Y no me arrepiento. Conecto con el estilo y las propuestas de Figgis, y estoy convencido que algún día nos regalará una película realmente excelente.

Puestos a analizar el resultado final, The ecstasy of Isabel Mann es un buen paradigma de ese estilo de Figgis que os comentaba. Una película, nuevamente, muy precaria en cuanto a medios, pero mucho más cuidada y elegante - con planos originales y realmente bellos – si la comparamos con sus anteriores trabajos. The ecstasy of Isabel Mann bien podríamos encontrárnosla en la programación de cualquier festival de cine fantástico. La película narra la caída a los avernos de Isabel Mann, personaje interpretado magistralmente por Ellen Mullen – que era el ente oscuro y corrupto de Railway Children, y que en esta ocasión ve como todo el peso de la película recae sobre sus espaldas -, una adolescente que se siente perdida y abandonada tras la muerte de su madre y que se envicia en el arte de beber sangre. La dejadez de la figura materna es el dogma de Isabel Mann, dispuesta a hacer lo imposible por cubrir esa pérdida, lo que nos explica el porqué de su debilidad y su perdición.

Lo mejor: Ellen Mullen.

Lo peor: el resto del reparto dificulta su digestión. La trama policiaca es espantosa.


Dejame entrar

Simplemente la mejor película del año

Dejame entrar

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4.5/5

Dejame entrar

Esta reseña se publicó originalmente el 9 de diciembre de 2008.

El cine de terror contemporáneo está plagado de lugares comunes, personajes reconocibles e incluso situaciones y diálogos que, prácticamente, nos sabemos de memoria (está bien… aceptamos que ni un solo protagonista de una película de terror tenga cobertura en su teléfono móvil). Es una realidad, no una queja. Al fin y al cabo se trata de una serie de constantes que definen un género que adoro y con el que, irremediablemente, siempre acabo tropezando. Y bajo esos lugares, personajes y situaciones que forman parte del imaginario colectivo del género de terror, cada año nos llegan propuestas capaces de entusiasmarnos y de colmar nuestras expectativas más exigentes (particularmente, de la actual cosecha me quedo con títulos como “Midnight Meat Train” o “Eden Lake”).

Pero reconozcámoslo, es complicado – muy complicado – llegar a sorprendernos. Por esta misma razón Déjame Entrar se me antoja uno de los títulos más importantes e imperecederos de la última década. El sueco Tomas Alfredson, director de Déjame Entrar, ha conseguido lo que parecía, a día de hoy, imposible: una película original, innovadora, insólita, con una capacidad constante de sorprendernos y hacernos creer que estamos ante algo que no hemos visto nunca antes. Terreno inhóspito, pendiente de descubrir. Y todo ello – por si fuera poco – respetando y aportando una fascinante y personal visión del mito vampírico clásico (casi nada…).

Lo mejor: Que sea tan distinta.

Lo peor: Que en Hollywood ya esté en marcha un innecesario remake. O que alguien pueda ponerla en el mismo saco de vampiros adolescentes de "Crepúsculo" (Twilight).


The Unwanted

El arte de la ambigüedad en la interpretación de un mito

The Unwanted

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 2.5/5

The Unwanted

A estas alturas, poco puede decirse ya de Carmilla, el renombrado clásico literario escrito por Sheridan Le Fanu en el año 1871 que constituyó una auténtica revolución en su tiempo debido a su desinhibido tratamiento para con un prohibido tabú como es el de las preferencias sexuales. La novela cuenta la historia de Laura, una joven inglesa que vive con su padre en un castillo de la Europa Oriental, cuya vida comienza a tomar un peligroso rumbo tras la repentina aparición de Carmilla, a la cual socorren víctima de un terrible accidente. A raíz de su primer encuentro surgirá entre ellas un estrecho vínculo muy por encima de la simple amistad. Extremadamente sensual y atrevida para su momento, estudiada y comentada hasta la saciedad, su influencia en el marco de la literatura de terror ha sido notable, siendo un claro precedente para la creación de una importante y universalmente reconocida obra como Drácula de Bram Stoker, cuyo nacimiento veinticinco años más tarde vendría matizado por claras reminiscencias tomadas de su precursora. Así mismo, su estela se ha visto plasmada en el ámbito de diversas manifestaciones artísticas, entre las cuales se cuentan unas cuantas adaptaciones en el universo del cómic, alguna que otra pieza musical e, inclusive, su protagonista femenina tiene un papel principal al menos en dos de las entregas de una reconocida saga de videojuegos. Por supuesto, a nivel cinematográfico, su influencia no podía ser menor, pudiendo contarse un número importarte de versiones y adaptaciones de muy diferente índole, entre las cuales pueden nombrarse desde el clásico Et mourir de plaisir, más conocida como Blood and Roses (1960, Roger vadim), que narra la conversión de una joven Carmilla tras visitar la tumba de su madre durante un baile de máscaras en un cementerio gótico. Una premisa bastante alejada de la original pero supuso una excusa suficiente para exponer elementos considerados fuertes en aquellos años, como el lesbianismo; hasta tal punto que se la considera la primera película lésbica vampírica, pasando por encima de títulos como The vampire lovers (1970, Roy Ward Baker), el primer título de la llamada Saga de los Karnstein, cuya importante aportación de sexo lésbico y erotismo fue utilizado como filón para una ya decadente Hammer productions.

Lo mejor: En conjunto resulta elaborada, con ciertos apartados muy cuidados y resulta muy ligera debido a su corta duración.

Lo peor: A pesar de su nobleza, no deja de ser un quiero pero no puedo...


Summer of Blood

Hipsterada vampirica quiere ser tu amigo

Summer of Blood

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Summer of Blood

Soy un gran admirador de la comedia indie, aunque parezca que muchos acaben de descubrirla y la describan como una simple tendencia “hipster” o que para muchos otros sea sinónimo de “basura intelectualoide o de contenido aburrido”. La prefiero a Woody Allen y sus dramáticas y somnolientas películas (lo siento, es lo que pienso. Una comedia debe hacer reír… o al menos intentarlo y no pasarse al público por el aro). Hay un par de directores, como son Wes Anderson y Whit Stillman, que me parecen unos genios; y no tengo muy claro si es únicamente una cuestión de gustos muy personales o si realmente disfruto con sus personajes presuntuosos, tontorrones e insoportables (muchos de ellos un poco sociópatas) que siempre están pensando en el lugar que ocupan en este mundo, envueltos en una locura descomunal tan realista… como surrealista. Las películas de estos dos tipos, al margen de ofrecerme un desfile de personajes caricaturescos, excéntricos y sumamente histriónicos que en la mayoría de ocasiones suponen un acierto; suelen divertirme y hacerme reír. Lo reconozco: gozo viendo este tipo de majaderías, entre las cuáles incluiría a este Summer of Blood. Por supuesto si todo esto no te convence, no esperes más y cambia de canal. Si por el contrario estás dispuesto a enfrentarte a esta divertida parodia de la serie Girls repleta de vampiros, personajes cuarentones gilipollas, y un argumento que ya has visto mil veces antes pero que, tal y como está servido para la ocasión, no dudarás en disfrutar de nuevo; no lo dudes: Summer of Blood es tu película Y TIENES QUE VERLA.

Erik Sparrow (Onur Tukel, que protagoniza y dirige) es un cuarentón inmaduro que sigue sin encontrar su lugar espacio-tiempo. Lleva un tiempo saliendo con Jody, quien se le declara una noche de verano; petición que Erik rechaza. Su único objetivo es a vivir sin una meta en el horizonte. Vaguear en un trabajo que odia y masturbarse en el baño con una fotografía asexual de Penelope. Hasta que un día todo se desmorona: Jody le ha abandonado por otro y ahora la acosa todos los días, el trabajo se le hace cada vez más insoportable y su sexo es descrito como una cagada. Así que nuestro amigo, abatido, vagabundea por el mundo hasta que un día, en mitad de la calle… deja de ser humano y conoce la otra cara de la moneda. Y como os podéis imaginar todo empieza a cobrar sentido. Erik sigue siendo gilipollas, pero ahora es un gilipollas con mucha suerte… lo cual es genial.

Lo mejor: ¡Onur Tukel es DIOS! Memorable el momento pasamontañas.

Lo peor: un poco más de originalidad no le habría venido mal. Es demasiado clásica.