Life after Beth
Como ser zombi y no morir en el intento
- Título original: Life after beth
- Nacionalidad: USA | Año: 2014
- Director: Jeff Baena
- Guión: Jeff Baena
- Intérpretes: Aubrey Plaza, Dane DeHaan, John C. Reilly
- Argumento: Zach está devastado por la inesperada muerte de su novia, Beth. Cuando regresa misteriosamente, obtiene una segunda oportunidad en el amor.
DIVERSIÓN: | |
TERROR: | |
ORIGINALIDAD: | |
GORE: |
- 3.5/5
Las comedias sobre zombis son algo habitual en esta última década. La pionera Shaun Of The Dead (en España “Zombies Party”) mostró cual debía ser el camino acertado para que la combinación entre muertos vivientes y carcajadas funcionase con soltura y solvencia. Muchos títulos han desfilado por los últimos años intentando, con mayor o menor acierto, mostrar el aspecto más cómico de cómo ser un zombi divertido y morir en el intento. Life After Beth, la película que hoy nos ocupa, es una más de este tipo de comedias ciertamente ya muy vistas, y toca saber si vale la pena dedicarle un visionado para descubrir si es capaz de ser divertida y entretenida a partes iguales o si es tan solo otra película oportunista que intenta aprovechar el filón del subgénero zombie comedy.
La película de Jeff Baena tiene un buen inicio y durante su primera hora es francamente entretenida, contando con una historia que te mantiene atento y enganchado. No se dan muchas explicaciones del porqué la novia del chico, Beth, ha regresado de entre los muertos sin tan siquiera darse cuenta de en lo que realmente se ha convertido. Los padres, empujados por su religiosidad y su fe en el poder de Dios, creen que ha sido un milagro y que su hija ha resucitado como lo hizo Jesucristo en su momento. El novio, sin embargo, recela, ya que el comportamiento de Beth se va asemejando, poco a poco, y cada vez más, al de un zombi. El carácter de la chica se vuelve cada vez más agresivo, su cuerpo muestra signos de empezar a descomponerse y, ciertamente, su apetito se torna más audaz y carnívoro a cada día que transcurre.
Lo mejor: Aubrey Plaza. El humor sano que destila.
Lo peor: La última media hora. Un guión no del todo pulido y una falta de más leña al fuego que hace que se vaya apagando la película antes del final.