Ghost Machine
Terrorismo fantasmal en la realidad virtual
- Título original: Ghost Machine
- Nacionalidad: UK | Año: 2009
- Director: Chris Hartwill
- Guión: Sven Hughes, Malachi Smyth
- Intérpretes: Sean Faris, Rachael Taylor, Luke Ford
- Argumento: En unas instalaciones militares secretas de Gran Bretaña se entrena a soldados con la última tecnología en realidad virtual. Pero algo sale mal y en la red se despierta un ente sediento de venganza.
45 |100
Estrellas: 2
¿De qué va todo esto?
Unos militares empujan con violencia a una mujer esposada y con la cara cubierta. La llevan entre varios a la celda de un edificio que ha visto sus mejores años. La golpean, la torturan, la amenazan y en los fríos pasillos que rodean su celda solo se oyen sus gritos y lamentos.
9 años después…
El gobierno británico explota las nuevas tecnologías en una base secreta a las afueras de una pequeña ciudad irlandesa. Están usando un último sistema en realidad virtual para el entrenamiento de fuerzas especiales. Todo parece desarrollarse sin problemas hasta una típica noche de viernes. Tom (Sean Faris) es el jefe del proyecto experimental subvencionado por una corporación ajena a las fuerzas armadas, un hombre dedicado a su trabajo. Entre el y su ayudante Vic (Luke Ford) deciden probar, con un par de adictos a los videojuegos, el sistema a máximo rendimiento. Si de paso se corren una buena juerga mejor que mejor. No en vano es viernes y ellos son jóvenes promesas dentro de su empresa.
La fiesta se celebra lejos de la base, en la vieja prisión donde trabaja como guarda uno de los invitados. Los fríos pasillos reciben a los dos técnicos devolviéndoles el eco de sus chistes y bromas. Tras conectar los dispositivos y crear un soporte dentro del procesador central que replique la estructura del edificio, proceden a conectar a sus dos amigos para que comience el juego.
Durante los preparativos, Jess (Rachael Taylor), la novia de Vic, que entrena como marine en las mismas instalaciones de las que su pareja ha extraído el material de alta seguridad para sus juegos; ha dejado su camareta en busca de su chico. No debería haber dejado que se marchase con Tom tan alegremente porque saben de lo que son capaces. Por fortuna, ha descubierto en que prisión buscar.
La capacidad de las maquinas para emular un entorno real de combate son impresionantes. Sus sentidos están subyugados. El olor de la pólvora tras un disparo, el color de la sangre de los enemigos no jugadores…todo es tan real. Incluso esa sombra que perciben por el rabillo del ojo. Una figura negra, con el rostro embozado bajo un saco de tela vieja. Una silueta rodeada de cadenas. Un recuerdo del pasado que se aferrará a su venganza contra los vivos a cualquier precio…
¿Cómo llegué a ver todo esto?
Llegué hasta esta cinta por pura casualidad. Me intento patear todos los medios para descubrir una película de mi género favorito, terror, cuyo visionado no produzca una excesiva muerte de neuronas por simple tedio. Así que cuando me encontré con Ghost Machine, de un tal Chris Hartwill, cuya portada era más que horrible, con un argumento muy de serie B y con unos actores que ni me sonaban; pensé ensimismado: “¿Y si este es uno de los ‘sleepers’ del año?”. En el mundillo del videojuego se conoce como ‘sleeper’ a los juegos que sin hacer mucho ruido contienen una calidad y jugabilidad reconocida por los usuarios (dada la temática me parecía acertado usar el termino). Cierto que algunas críticas especializadas en Internet hicieron medrar esa sensación de estar ante una película entretenida, pero en mayor medida tenía la esperanza de que un film británico sobre realidad virtual y fantasmas podría ser un soplo de aire fresco a esta especie de fiebre del remake, olas de zombies y fantasías demasiado irrelevantes ó presuntuosas. Quizás el recuerdo de Dog Soldiers me empujo un poco hacia esta producción.
Bueno, en cuanto a eso de mi desconocimiento sobre el casting he estado un poco exagerado. Conocía a la guapa y rubísima actriz australiana Rachael Taylor, que aquí ejerce como co-protagonista mostrando esfuerzo en su trabajo pero pocas cualidades interpretativas. Exactamente igual que en otros proyectos en los que ha participado: Man-Thing, Transformers ó Shutter. Para mi solo es una guapa más de las tantas que pueblan la gran pantalla. Obviamente este factor no me influyo para decidirme por Ghost Machine.
Tenía por delante hora y media de apariciones espectrales y efectos especiales de bajo presupuesto pero bien conseguidos (según esas críticas bien intencionadas), un mínimo de interés y una predisposición sana a divertirme con poco. No creo que ningún director de serie B pudiese pedir un espectador mejor. Evidentemente, algún familiar hubiera estado más optimistamente predispuesto, pero no hay nada más enriquecedor para una manifestación artística como una opinión objetiva. Y aunque parezca un comentario baladí, tras leer más y más comentarios sobre proyectos independientes como este que nos ocupa, me doy cuenta de que la objetividad y la exigencia va siendo un bien escaso en la generación del microchip. El género fantástico padece de una condescendencia que nos debería sacar los colores a los aficionados. Después de esta perorata vamos al meollo del asunto.
¿Cómo me sentó todo esto?
El inicio, descrito profusamente en los primeros párrafos de esta reseña, no prometía ni mucho ni poco. Una mujer maltratada que sabemos, desde el segundo uno de proyección, va a ser un horrendo espíritu vengativo y, por ende, toda la madre del cordero. Luego, y a posteriori del manido letrero “9 years later”, vemos unos entrenamientos virtuales bien traídos y con unas dosis de acción acordes al binomio guerra/marines modernos. La fotografía convence, y sin ser nada especial denota una frialdad más europea que estadounidense; lo cual es un punto a su favor. Ya que el objetivo de la cinta es narrar venganzas espectrales a través de maquinas modernas. Vamos, que no es una comedia.
Continuo viendo la película y los jóvenes actores ya me empezaban a escamar: Ninguno conoce el significado de las palabras “casta” y “carácter”. Un sueldo, una película directa al videoclub y a dormir que mañana será otro día. Si tuviera que destacar a alguien sería a Sean Faris (Tom), aunque no se si por sus dotes interpretativas ó por su severo parecido con Tom Cruise. De hecho, el que su personaje se llame como el famoso actor no dejaba de resultarme gracioso, acabando por caerme simpático y todo.
Finalmente, al llegar la línea argumental hasta la prisión; la bomba marrón acaba por detonar. Los dos fenómenos que se disponen a probar el sistema, son dos viciados a los videojuegos que se ganaron mi odio nada más aparecer. ¡Favorezcamos los tópicos! Rodeados de marihuana, patatas fritas, cerveza y porno; ¿estos cabezas huecas se proponen probar la tecnología más cara y experimental de todo el imperio británico? Y por mucho que quieran colarnos un giro argumental al final de la película para hacernos creíble tamaña chorrada; la realidad es que desde el minuto quince hasta el final tenemos la sensación de ver bobada tras bobada con algún destello de calidad discutible. Desgraciadamente, no solo estos dos personajes me pusieron de los nervios. El jefe de los entrenamientos tiene un papel destacado en la trama como secundario, y es precisamente cuando se revela dicho papel con su aparición estelar en la prisión cuando ya la película se complace en dar lo peor y lo más tópico de la serie B terrorífica. No descarteis incluso referencias gratuitas a Guantanamo, una lastima.
Por resumirlo brevemente, los guionistas (Sven Hughes y M. Smyth) intentan reinsertar el clásico cuento gótico de fantasma vengativo, con cadenas incluidas, en la época actual a través de las nuevas tecnologías. En algún sitio he leído que el marco temporal del film es un futuro cercano, bueno como no quiero cabrearme solo diré que a día de hoy los modelos de PSP que se pueden comprar son más modernos que los mostrados en Ghost Machine.
Retornando a los destellos de calidad, destacar las transiciones entre realidad e irrealidad que sufren los protagonistas, no estando mal del todo. Dado el ajustado presupuesto con el que se realizaron me parecen más que decentes; salvo algún CGI ocasional que hace que te chirríen las pestañas.
Los otros puntos destacables son los escenarios (y bien saben cientos de películas lo resultonas que son las prisiones abandonadas) y el final que navega entre lo cómico y lo siniestro, con un uso del croma que de haberse extendido a todo el metraje y no solo a los últimos segundos hubiese dado un empujón hacia arriba a la falta de ritmo de la que adolece toda la película.
Como veis, lo rescatable se acaba pronto; y en el otro lado de la balanza pues todo lo demás que compone una película. Especialmente hiriente es la precariedad de la historia, la uní dimensionalidad de los personajes y la dinámica de tortuga que lastra un título que primordialmente debería ahondar en la tensión y en la acción.
Me he visto cientos de veces delante de la estantería de un videoclub formulándome la pregunta acerca del probable “sleeper”, delante de una carátula similar a la de Ghost Machine; y como todas esas veces he acabado viendo una película de segunda fila que sin ser lamentable, es demasiado mediocre en todos sus aspectos como para siquiera divertirte. ¡Ni tan solo la banda sonora llega a salvar el día! Como el resto de la cinta: mediocre.
Me extrañan mucho esos comentarios positivos sobre el diseño del fantasma y las muertes tan sangrientas. Excepto segundos aislados, la cinta es bastantes ligera en cuanto a sangre y el dichoso espectro es bastante grimoso y no logra dar miedo, ni pena, ni “na” de “na”..
¿Y en conclusión?
No recomiendo la película. No es tan mala como alguno de los últimos bodrios de Charles Band y desde luego tiene intenciones más serias, pero el infierno esta pavimentado de intenciones como esas. Tal vez si en lugar de reinventar el cuento romántico de fantasmas con adictos a los videojuegos fumetas, hubiesen ahondado en la dicotomía realidad/simulación con visceralidad y honestidad; estaríamos hablando de otra forma bien distinta. Se ha sacado un gran partido técnico del escaso presupuesto sí, pero ¿en pro de qué?.
Más suerte la próxima vez a un equipo que orientó la producción a los jóvenes adolescentes que han crecido con los “shooters” en primera persona, sin dar un paso más allá…y que conste que yo he jugado a muchísimos “shooters”.
Lo mejor: Su final simpático y oscuro; y unos escenarios simples pero con capacidad de sugerir. Lo peor: Un nivel general que la hace justa merecedora de un puesto secundario en las estanterías de cualquier videoclub