La ultima casa a la izquierda
La adaptación a los nuevos tiempos del clásico de Wes Craven
- Título original: Last House on the Left
- Nacionalidad: USA | Año: 2009
- Director: Dennis Iliadis
- Guión: Carl Ellsworth
- Intérpretes: Tony Goldwyn, Monica Potter, Sara Paxton
- Argumento: Mari y Page son secuestradas por un grupo de criminales en busca y captura. Agredidas y vejadas las chicas son abandonadas en mitad del bosque. Los criminales se refugian en la última casa a la izquierda.
50 |100
Estrellas: 3
Si a alguien le interesa saber más cosas sobre el Last House on the Left de Wes Craven, algo tengo publicado en el blog. Leer .
Quién haya creido, ni por un instante, que La Última Casa a la Izquierda, dirigida en 1972 por un jovencísimo e inexperto Wes Craven, era un clásico indiscutible del horror moderno, que se lo vaya quitando de la cabeza.
No lo es. O al menos no ostenta la categoría de indiscutible (aunque quién escribe estas líneas sigue creyendo, firmemente, en su condición de clásico inapelable).
Hay toda una nueva generación de aficionados al género que jamás se han acercado a la obra primigenia de Craven, ni tienen la menor intención de hacerlo. Su estética tosca, rudimentaria y grosera, es motivo más que suficiente para desestimar de pleno su revisión. Se trata de esa misma generación para la que el cine de horror empieza, más o menos, a partir de Scream (curiosamente otra película dirigida por Mr. Craven).
También existe un numeroso grupo de aficionados al género que conocen sobradamente La Última Casa a la Izquierda y se empeñan en señalar el debut de Craven como una de las obras más injustamente sobrevaloradas en la historia del género, negándole incluso todo poder de perturbación o capacidad para angustiar al espectador (ni siquiera contemplándolo todo desde una perspectiva histórica).
Dada la situación parecía hasta lógico contemplar la necesidad de un remake de La Última Casa a la Izquierda. Entre los aficionados que desconocen el original, y los que creen que aquel ha envejecido de la peor forma posible, lo razonable sería pensar que el remake de La Última Casa a la Izquierda tendría su espacio asegurado en el actual panorama del cine de horror.
Y si a todo ello le sumamos el mercantilista interés de Wes Craven por sacarle tajada a todos sus viejos éxitos, la ecuación estaba completa. Así que la maquinaría de Hollywood se puso manos a la obra (mientras Craven no paraba de revisar sus cuentas).
La historia de La Última Casa a la Izquierda 2009 es prácticamente idéntica a la original, excepto en un par de detalles que resultan determinantes para el desarrollo de la trama y que, por supuesto, no tengo ninguna intención de desvelaros.
Los Collingwood regresan a su casa de campo para pasar las vacaciones junto a su hija Mari.
Mari se traslada al pueblo en busca de su amiga Page, y ambas conocen en el supermercado a un joven taciturno llamado Justin, quién invita a las chicas a compartir marihuana de primera calidad en su habitación de motel. Las cosas se tuercen cuando en la habitación irrumpen los familiares de Justin; tres criminales en búsqueda y captura que saben perfectamente que no pueden dejar con vida a las dos chicas si no quieren poner en peligro su propia integridad.
Tras un accidente de automóvi, y en mitad de un bosque, Mari y Page son sometidas a todo tipo de agresiones y vejaciones por parte de sus secuestradores. Estalla la tormenta y los criminales buscan un refugio en el que pasar la noche. El lugar más cercano… la última casa a la izquierda.
La misión del griego Dennis Iliadis, director del remake de La Última Casa a la Izquierda, abarcaba dos puntos fundamentales: por un lado mejorar todos aquellos aspectos puramente cinematográficos que definieron una obra formalmente burda y torpe como fue la de Craven. Por otro mantener (o incluso mejorar) la sordidez y la radicalidad de la película original.
Dennis Iliadis tenía a su alcance un referente inmejorable. En 2006, el francés Alexandre Aja llevó a cabo un excelente remake de Las Colinas Tienen Ojos, cuyas prestaciones superaban, en todos los aspectos, al original en que se basaba… también de Wes Craven.
Y lo cierto es que Dennis Iliadis, de buenas a primeras, no parece ir del todo desencaminado. Su labor tras las cámaras es irreprochable, de forma que La Última Casa a la Izquierda 2009 supera ostensiblemente a su original en todos aquellos aspectos formales en los que la obra de Craven mostraba, decididamente, sus muchísimas carencias. (Para ser sinceros lograr superar las limitaciones formales del original de Craven, tampoco tiene demasiado mérito)
Si La Última Casa a la Izquierda de 1972 era una película de realización tosca, zafia, burda, torpe y sometida a los parámetros del cine amateur; su remake cumple a rajatabla con todas las pautas estéticas que han definido el cine de horror comercial de la última década: una magnífica fotografía, capacidad para crear una buena atmósfera, planos perfectamente construidos, suaves movimientos de cámara... Si a todo ello le sumamos una convincente banda sonora, una admirable labor de todos los actores implicados, y el buen hacer de Dennis Iliadis a la hora de diseñar las distintas secuencias de violencia y suspense, todo parece apuntar a que La Última Casa a la Izquierda 2009 supera netamente (y con creces) al original de Craven.
Pero la misión de Dennis Iliadis tenía una segunda parte, superar en sordidez y radicalidad a la película de Craven. Por supuesto este es un aspecto que traerá sin cuidado a todos aquellos que no han visto el original o que le niegan a este su capacidad para epatar al espectador.
Sin embargo somos muchos quiénes conservamos en una zona recóndita y oscura de nuestra mente las explosiones de violencia obscena, cruel, sucia, mugrienta y anticlimática (anticinematográfica) de un título que, al día de hoy, cuenta con más de 35 años a sus espaldas.
La Última Casa a la Izquierda de Wes Craven tuvo la capacidad de perdurar en el tiempo. De pasar a la historia (pese a quién pese) como un título clave del exploit y definitorio del actual cine de horror.
Sus formas destartaladas, unas actrices (las vícitimas) que daban toda la impresión de no tener ni idea de dónde se habían metido y parecían asistir, impotentes, a toda la crueldad y humillación que se les venía encima, unos asesinos (con el genial David Hess a la cabeza) cuya capacidad de intimidación, pese a sus evidentes limitaciones interpretativas, estaba a años luz de lo demostrado por los asesinos del remake, y en definitiva un salvajismo, una violencia y una sensación general de realismo cuyas cotas nunca alcanza esta reescritura del 2009 que se inscribe, sin dificultades, dentro de los parámetros, formales y de fondo, del actual cine de horror más comercial.
La pesadilla de esta nueva casa situada a la izquierda del camino es menos perturbadora, menos enferma, menos contundente... menos pesadilla.
Y sin embargo me resulta imposible afirmar que La Última Casa a la Izquierda 2009 sea una mala película. En realidad voy a recomendarla, y voy a hacer sin necesidad de recurrir al sarcasmo o la ironía (lo digo muy en serio).
La recomiendo como una película de horror diligente y cumplidora, y un notable ejercicio de violencia gráfica a todos aquellos aficionados que no tengan ningún interés en acercarse a la película de Craven.
También la recomiendo a todos aquellos que detestan el original y consideran su privilegiada posición en la historia del cine de terror como un error que debe repararse.
Para todos aquellos que seguimos declarándonos fans de la película de Craven estoy convencido de que La Última Casa a la Izquierda 2009 nos sabrá a poco. La Última Casa a la Izquierda 2009 es tan correcta como olvidable.
En una ocasión señalé las razones para no llevar a cabo un remake de La Última Casa a la Izquierda, y ahora voy a hacer algo tan deleznable y feo como citarme a mí mismo: “Previsiblemente el remake que se estrenará este mismo año mejorará notablemente el aspecto visual del original y reducirá considerablemente la violencia descarnada y sin pulir de la película de Wes Craven.” Por desgracia, en esta ocasión, no me equivoqué.
Lo mejor: La película sigue siendo violenta. Mucho más estilizada y menos descarnada que en el original, pero igualmente violenta. Lo peor: El original de Craven sigue siendo más cruel, enfermizo y realista.