Peppermint

Peppermint es una historia de venganza que se centra en una joven madre sin nada que perder, una mujer desesperada que ahora va a arrebatarles a sus rivales la misma vida que le robaron a ella cuando mataron a su familia.

Thriller de acción y venganza que cuenta como protagonista con Jennifer Garner, hembra de armas tomar que ya ha interpretado con mucho énfasis a las heroínas Sydney Bristow (“Alias”) y Elektra (“Daredevil”, “Elektra”). De nuevo se enfunda la piel de justiciera para repartir ensaladas de plomo entre la inmundicia de los bajos fondos, marcando la vuelta de un tipo de cine, el de vengadores urbanos, que cuenta actualmente con la atención de la taquilla y los críticos, como ha demostrado callándome la boca mi odiado Eli Roth gracias a su nueva versión de “Death Wish”.

Será que corren tiempos oscuros y la gente de pie se siente poco protegida y representada por los agentes de la ley. Es fácil de entender, tantas décadas sin guerras destacadas en nuestra bucólica colonia occidental han hecho perder el miedo al castigo por parte de los criminales, incluso espoleados por un corporativismo corrupto que favorece pisotear al pobre. No es de extrañar que exista en las calles una sed de igualdad donde los sueños de hombre o mujeres capaces de conseguirla por la fuerza bruta cobran capital importancia. Aunque lo siento, este discurso no esconde a ningún héroe enmascarado, la única verdad es que la humanidad se rige por una serie de ciclos en expansión donde el poder seguirá siendo asequible para unos pocos, en otro caso no estaríamos hablando de poder. Así que la única revolución al alcance del pueblo sigue siendo sentarse frente a la pantalla y levantar el puño mientras mafiosos y corruptos son puestos en fila por esa heroína llamada “utopía”, no os dejéis engañar por esa otra película que se rueda en Moncloa. “V” no existe.

En cuanto a “Peppermint”, últimamente creo que he perdido la noción de lo que significa escribir en un foro de cine de horror, está rodada por el francés Pierre Morel, el cual maneja con soltura los códigos de este tipo de cine. No en vano fue el artífice de la recomendable “Taken”. De lleno en estados unidos, nuestro director gabacho se ha apoyado en el guión de Chad St. John para ofrecernos otra lección de moralina caucásica a base de bien. Porque ojo, a pesar de ese deseo de justicia tan bonito del que hablaba, probablemente únicamente solo saciable dentro de la ficción, “Peppermint” apesta a mensaje republicano cosa mala. Como apunte observad que St. John fue el escritor de “Objetivo: Londres”, película de acción tan divertida como maniquea.