Smiley

Después de descubrir una leyenda urbana, según la cuál un asesino en serie demente – llamado “Smiley” – puede ser invocado a través de Internet, la mentalmente frágil Ashley deberá decidir si está perdiendo la cabeza o convirtiéndose en la siguiente victima de “Smiley”.

En el polo opuesto de la originalidad se presenta este nuevo slasher norteamericano, enfocado como parte de esa especie de revival ochentero del subgénero. Pero, como siempre defenderé, los slashers no requieren de ideas especialmente novedosas para funcionar: lo importante de verdad es crear un asesino en serie con carisma, un personaje que reclame nuestra atención desde su primera aparición y asuste por sus viscerales actos antes que por sus palabras. Construir a posteriori un micro-universo rico a su alrededor y “voilà”, ya tenemos hora y media entretenida – lecturas profundas búsquense en otros subgéneros -.

Desconozco, ni siquiera alcanzo a intuir, si más allá del impactante diseño de la máscara de este “Smiley” – si se trata efectivamente de una careta y no estamos ante un asesino del más allá -, encontraremos otros elementos de valor, como un guión sólido que sostenga la leyenda urbana que da origen a la trama (uno de sus guionistas ha trabajado ocasionalmente en libretos de South Park, ojala algo de la ironía de la serie llegue hasta este proyecto) o actuaciones por encima del bajo nivel que suelen presentar estas producciones independientes desconocidas (de hecho, casi ningún miembro del elenco me ha parecido relevante). Desgraciadamente (o por suerte) su trailer no entra en detalles, más allá de mostrarnos la obsesiva sonrisa macabra de nuestro nuevo asesino en serie.

De momento en post-producción y sin fecha de estreno prevista, esperemos que cumpla con las expectativas, al menos las más bajas, que genera ese diabólico asesino con cara de “tripi”. Por si acaso, no uséis demasiados emoticonos en vuestros próximos correos.