Sitges 2022

Hasta los huesos

Se lo comen todo,,,

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Hasta los huesos

Se lo comen todo,,,

Hasta los huesos

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Hasta los huesos

El director italiano Luca Guadagnino fue el encargado de cerrar la pasada edición del Festival de cine de Sitges con Hasta los huesos. La cinta llegaba con la expectación que había generado su premio al mejor director y a la mejor actriz para Taylor Russell en el Festival de Venecia. No era la primera vez que Guadagnino presentaba título en la ciudad catalana: en 2018 su remake de Suspiria fue el encargado de dar el pistoletazo de salida.

La película es la adaptación a la gran pantalla de la novela homónima de Camille DeAngelis, un libro de los denominados Young Adult (literatura juvenil) de tono romántico con ingredientes fantásticos; es decir: una novela con pelaje similar a Crepúsculo, con mucho amor y en el caso de la que nos ocupa, con un regusto a terror mucho más reflexivo que los vampiritos brillantes y neocatólicos de Stephenie Meyer.

Hasta los huesos cuenta el viaje en busca de respuestas de Maren (Taylor Russell), una adolescente que, de cuando en cuando, siente la irrefrenable pulsión de comer carne humana. Su último bocado ha dejado sin dedo a la que apuntaba iba a ser su novia, y ha sido la gota que ha terminado de colmar el vaso de la paciencia de su padre que, incapaz de seguir huyendo del sangriento rastro que deja su hija en los diferentes estados, ha decidido abandonarla a su suerte, dejándole grabado en cassette (son los años 80) varias reflexiones que la ayudarán a entender mejor quién es, y de quién ha heredado este apetito.

En su camino a Minnesota, donde vive su madre, se cruzará con otros devoradores como ella. La mayoría son temibles, aunque otro caníbal cercano a su edad (Timothée Chalamet) le fascinará de tal forma que terminarán enamorados, como se dice vulgarmente, hasta las trancas (o hasta los huesos).

Lo mejor: Cada vez que sale Mark Rylance la peli sube enteros. No aburre y tiene momentos realmente inquietantes.

Lo peor: El amor gana al terror. El romance entre ellos no me interesa nada.


Wolf Project Hunting

Carne picada con especias asiáticas

Wolf Project Hunting

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Wolf Project Hunting

Mejor empezar con algunas cifras para que os hagáis a la idea de la brutalidad: Dos toneladas y media de sangre artificial en el rodaje de la película y cien muertes filmadas (a las que podemos sumar otras veinte fuera de plano) en sus dos horas diez minutos, hicieron de Wolf Project Hunting la película más burra de la pasada edición del festival de Sitges. Gustó tanto, que la organización del evento le otorgó una mención especial. Tenía en común con la ganadora, Sisu, un interminable recuento de víctimas y una violencia explícita inusitada en un proyecto de gran presupuesto… algo que sería impensable de ver en el cine norteamericano. Pese a algunos puntos a favor del resultado, yo no puedo compartir el entusiasmo.

La cinta coreana plantea un motín durante un traslado de presos de Japón a corea del Sur en alta mar. Los agentes de policía a bordo, se verán rápidamente superados por un contingente de reos de la peor calaña. El derramamiento de sangre es tal, que crea una gotera que caerá en la boca de un polizón misterioso, oculto en la bodega de este barco carguero reconvertido en prisión, despertándolo de su letargo. A partir de aquí, lo que ya era una matanza se transforma en una desaforada carnicería.

Lo mejor: Aunque sólo trates de contar los muertos ya tendrás tarea para sus dos horas de duración. La factura es de una gran producción

Lo peor: El guion no se preocupa demasiado por que las víctimas nos interesen. Prima la cantidad sobre la calidad del su gore.


Irati

Mitos y leyendas

Irati

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Irati

Errementari (El herrero y el diablo) se presentó durante las últimas jornadas del festival de Sitges de 2017. Se trataba del primer film de Paul Urkijo; un chaval por aquel entonces convencido de que el cine de leyendas medievales, magia y espadas, tenía un hueco en la industria de la ficción española. Su trama se situaba años después de la guerra carlista e involucraba en ella a un herrero sospechoso de pactar con el diablo, a una niña huérfana y un botín de oro, en un cuento, al filo de lo infantil, con sabor añejo y con varios ingredientes en su mezcla que no terminaban de cuadrar, junto a otros que demostraban un ímpetu y un saber hacer de este director, que pedía a gritos algo más de presupuesto para construir un film excelente. Cinco años y un cortometraje después (Dar-Dar) y nuevamente en Sitges, Urkijo nos presentó Irati; con ese presupuesto extra que reclamaba y con un resultado que lo convierte, hasta la fecha, en la mejor cinta de espadas y hechicería del cine patrio... algo no muy difícil pero no por ello menos meritorio.

La película nos lleva al siglo VII, a un momento en el que el reino de Navarra no existía y conviven, en su tierra, clanes autóctonos, con cristianos emergentes y sarracenos. Una mezcla inestable frente a la amenaza del ejército de Carlomagno, que se abría paso en la península a través del Pirineo. Presenciamos los albores de la batalla de Roncesvalles, donde el padre de Eneko Aritza, protagonista de la historia e interpretado por Eneko Sagardoy, realiza un pacto con una diosa ancestral para salvar a su pueblo a cambio de su vida. Años después, el propio Eneko regresa a la comarca convertido en un cristiano confeso. Cuando su liderazgo sea puesto en cuestión, se verá obligado a buscar el cuerpo de su difunto padre, enterrado junto al tesoro de Carlomagno. No estará sólo en su cruzada: contará con la ayuda de una pagana ermitaña, Irati (Edurne Azkarate) conectada con el conocimiento ancestral del bosque.

Lo mejor: Pura magia de la de antes, llena de aventura y leyendas.

Lo peor: En algunos momentos la imagen es demasiado limpia...


As bestas

Pueblo pequeño, infierno grande

As bestas

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

As bestas

Presentada y aclamada en Sitges y triunfando internacionalmente, por fin se estrena en España la última película de Rodrigo Sorogoyen: As bestas. Posiblemente una de las mejores cintas de cine patrio (y de cine francés también) que deja este año al que le quedan pocos latidos. No podemos saltarnos el reseñarla, pese a que la cinta encaja muy por los pelos en los contenidos de nuestra web: de terror nada y de thriller mucho, pero con varias pegas, que procuraremos deshojar sin que os estropeen la experiencia.

As bestas, muestra de donde viene su título desde su primer plano; en el que vemos a dos jóvenes tratar de someter a un caballo salvaje que lucha, con toda su alma, para que su naturaleza silvestre no se doblegue a la de sus domadores. Un ritual que año a año se repite en Galicia en la conocida ceremonia de Rapa das bestas. Tras esta secuencia, que no sólo tiene un carácter introductorio, entraremos en la historia de un matrimonio francés que ha dejado su vida en la ciudad para empezar de cero montando una pequeña granja y rehabilitando casas abandonadas en la comarca, en defensa de un medio rural, cada vez más empobrecido y falto de sangre nueva.

La pareja (magníficos Denis Ménochet y Marina Foïs) no solo se enfrenta a las vicisitudes de cualquier explotación agraria; también tienen que superar las constantes zancadillas y trampas que organizan sus vecinos de parcela: interpretados por Luis Zahera y Diego Anido, dos hermanos empecinados en lograr que los extranjeros se marchen por donde vinieron por motivos que inicialmente desconoceremos. Conforme los días vayan pasando, el nivel de presión irá en aumento. La pareja, en vista de la poca comprensión de las fuerzas locales respecto a su conflicto, empezará a explorar nuevas vías de defensa pues, claramente, sólo un bando puede salir victorioso de esta contienda.

Lo mejor: Luis Zahera está brutal. La trama tiene una primera parte de comerse las uñas de la tensión

Lo peor: Su segunda mitad cambia mucho de tercio. La parte más criminal de la historia tiene un desarrollo un tanto simplista.


Unicorn Wars

Honor, dolor y mimos

Unicorn Wars

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Unicorn Wars

Este año no tendremos video de Sitges, ya que únicamente pudo acreditarse una persona de Almas Oscuras. Nos quedamos sin cámara y montador, pero también sin el compañero (Javier Muriel) con el que visionábamos la selección de animación del certamen. Por lo tanto, este año, de todo lo presentado en esa categoría sólo pudimos ver la que nos ocupa (bueno realmente estaba en la sección oficial); aunque la verdad no pudimos tener mejor puntería; dudo que en toda la producción de cine de animación nacional e internacional del 2022 exista una cinta que se ajuste más al espíritu de cine inquietante y perturbador de nuestra web. Que sus coloridos fotogramas no os llamen a engaño: el film de Alberto Vázquez es un viaje al corazón de las tinieblas humano, oscuro como la brea.

La cinta nos lleva a un mundo fantástico, donde los ositos luchan contra los unicornios pues su sangre posee dones curativos y porque la leyenda dice que aquel que derrame la sangre del último unicornio se convertirá en ser eterno. Conoceremos a toda una serie de ositos que conforma un escuadrón enviado a una misión suicida. Dentro de este variopinto grupo, dos hermanos: Gordi y Azulín, comenzarán la campaña unidos como uña y carne, pero irán distanciándose al mismo tiempo que el pelotón presenta las primeras bajas… También María, una joven unicornio, busca a su madre explorando un mundo plagado de amenazas.

Lo mejor: Tan oscura que a veces descoloca. Su universo de referencias no le quita un ápice de ortiginalidad. La carne multicolor... ufff.

Lo peor: La segunda parte tiene recorrido más difuso que resta algo de potencia al resultado.


La piedad

Proxy Munchausen en rosa

La piedad

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

La piedad

Eduardo Casanova demostró un prometedor gusto por lo extraño y lo febril en su primer largometraje, Pieles. Aclamada por muchos y denostada por casi la misma cantidad de personas, el director y actor construía una pesadilla sobre el rechazo a lo distinto, una oda a lo feo donde destacaba, por encima de todo, un portentoso trabajo de puesta en escena. La piedad continúa explorando este mundo de lo grotesco y las imágenes perturbadoras, en un film donde el guion parece tener más claro que en el anterior el rumbo, pero en el que nuevamente exige al espectador dejarse llevar por la extrañeza para poder disfrutar de pleno.

La piedad nos presenta a una Madre y su hijo sumidos en una relación de dependencia y anulación constante. Ella (Ángela Molina) es una bailarina en enfermiza búsqueda de protagonismo; lo consiga o no, sabe que siempre contará con la atención de su hijo (Manel Llunel), al que tiene sometido mediante chantajes sicológicos y fingiendo siempre una necesidad de ayuda que ha logrado anestesiar la voluntad del chaval hasta límites insospechados. Convencida de padecer un cáncer, esta madre comienza a someterse a pruebas, pero no será ella la que tenga un tumor sino su hijo... El suceso cambia las tornas de quién depende de quién... o al menos así tendría que ser.

Lo mejor: Original, casi única en su estética y decidida en sus intenciones. Algunas de sus escenas se quedan tatuadas en el cerebro.

Lo peor: A ratos resulta pretenciosa de más, y alguna de sus secuencias es demasiado chillona.