Unnatural
Continuamos para bingo...

Una corporación moralmente ambigua experimenta con la modificación genética, lo que resulta en la creación de una terrible criatura con hambre de carne humana. Cuando esta bestia escapa, un grupo de turistas en una cabaña se convertirán en la presa de un horrible juego del gato y el ratón.
Como si estuviese viviendo una verdadera historia de horror, cada amanecer me sorprende con la tensión de conocer una nueva película de las seleccionadas para formar el “8 films to die for”. Me debato como un perro que sueña con gatos, pero no consigo esquivar ese conocimiento: ¿La sexta elegida? Como si fuese la primera, entre aureolas fantásticas veo un oso polar, y no me ofrece una botella de coca cola sino que dice con voz grave: “El próximo 16 de octubre YO (sí, con mayúsculas) seré parte del nuevo After Dark, por mucho que te pese volveré a revitalizar el survival, seré la bestia a batir por el resto de mi competencia. Ríete de Backcountry y Grizzly, voy a reventar la taquilla igual que meriendo campistas y críticos pomposos”. Temeroso de esas fauces sonrientes me atrevo a preguntar: “¿Pero tienes algo diferente que ofrecer al espectador”. Se hace un incómodo silencio, está claro que mi pregunta ha sido una impertinencia y mi cabeza tiene todas las papeletas para iniciar un vuelo sin motor por cortesía de Garras Airlines: “¡Imbécil! ¡Soy un oso polar mutante!”.