asesinatos

M3GAN

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The beta test

Sexo, ceros y unos

The beta test

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

The beta test

Tras El lobo de Snow Hollow el actor, guionista y director Jim Cummings regresa con otro interesante proyecto que, como el anterior, mezcla a partes iguales thriller, terror y comedia, en este caso para elaborar una pesadilla digital. La neurosis de su protagonista acerca también esta intriga cosmopolita a productos como El lobo de Wall Street o American psycho. Un film que sabe agarrar al espectador y mantenerlo entretenido hasta sus planos finales.

El ejecutivo que interpreta Cummings es todo fachada. Tanto él como su empresa se venden como triunfadores en el mundo del cine y la televisión, pero tras todo el brillo que otorgan sus oficinas, el coche de alta gama y los restaurantes caros, se esconde una mentira a la que se le está acabando el tiempo para concretarse en un negocio viable. Tanto se ha preocupado este yuppie en construir esta ficción que, por el camino, ha perdido la conexión con él mismo. Interpreta un papel las 24 horas del día y fantasea con que algo llegue y le saque de su enfermiza dinámica. Un día recibe una carta que le invita a un encuentro sexual anónimo y sin ataduras al que se lanza de cabeza y sin calcular las consecuencias. Desde ese momento, no podrá quitarse de la mente a su entregada compañera de juegos, por lo que poco a poco emprenderá una investigación para dilucidar qué y quién se esconde tras esa trama sexual. En paralelo, seremos testigos de las funestas consecuencias que tendrán, para otros invitados, sus tropelías sensuales.

Lo mejor: Potente comienzo y lograr mantener el interés del espectador mediante una solvente mezcla de géneros.

Lo peor: Cummings roza la caricatura a lo Jim Carrey en muchos momentos. Su realización pretendidamente milenial.


Antlers, criatura oscura

Infancias fracturadas

Antlers, criatura oscura

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Antlers, criatura oscura

Dos pesos pesados del horror actual van de la mano en Antlers, criatura oscura: Por un lado, Guillermo del Toro en calidad de productor y por el otro, el guionista Nick Antosca, cómplice necesario de proyectos tan interesantes como Channel zero, Nuevo sabor a cereza o la dramática e inquietante The act. Se suma a este tándem un director con cuatro potentísimos films en su trayectoria (muy recomendable Black Mass: Estrictamente criminal), Scott Cooper. El trío abordaba una de esas cintas esperadísimas por los aficionados; tan esperada que el sabor que dejó tras sus pases en el festival de Sitges no fue precisamente a cereza; muchos encontraron a esta criatura oscura un tanto soporífera. Pasados unos meses de ese primer visionado, vamos a analizar con más frialdad las luces y las sombras de este proyecto.

La acción nos sitúa en un pueblo agonizante de la América profunda; de esos en los que la desaparición de la actividad minera ha herido de muerte a un sector amplio de la población y donde los restos de la industria asoman en el paisaje como huesos de dinosaurios. El protagonista de la cinta, el pequeño Lucas (Jeremy T. Thomas) acompaña a su padre, un delincuente de poca monta, a su nuevo laboratorio de Crack en el corazón de una mina, donde son atacados por algo. Días después la profesora del pequeño (Keri Russel) observa un cambio de actitud en el crio, ya retraído de serie, que alerta de una situación familiar compleja, un problema que no tardará en comunicar a su hermano sheriff del pueblo (Jesse Plemons).

Lo mejor: Jeremy T. Thomas es un chaval a tener en cuenta. Sangrienta y sórdida.

Lo peor: Se toma demasiado en serio sacrificando el aderezo lúdico que tiene que tener el cine de horror.


Última noche en el Soho

Sueños y pesadillas

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 4/5

Última noche en el Soho

Por fin ha llegado a las carteleras españolas el último film de Edgar Wright que, además, supone el regreso del realizador al cine fantástico tras coquetear con el cine de acción policial, con aromas de su amigo Tarantino, en Baby driver y también tras su extensísimo recorrido por la carrera del grupo Sparks con The Sparks brothers, primer documental del director que se presentó en España durante el pasado Festival de cine de Sitges junto con este film. Última noche en el Soho, título que, por cierto, tomó prestado junto a la canción de cierre al propio Tarantino, nos prepara todo un viaje por diferentes géneros y tonos dramáticos, cargado de magia, música, nostalgia y, como no, algunos escalofríos. Un coctel medido al milímetro para llenar salas de cine.

Su trama no es nada del otro mundo, pero con gran talento, Wright la ha emperifollado y sazonado, de tal forma, que parece totalmente original. Last night in the Soho nos presenta a una joven soñadora, que bien podría protagonizar una película adolescente de Disney Channel, que quiere ser diseñadora de modas y que se pasa el día entre vestidos de princesa y discos antiguos, fantaseando con vivir en la década de los sesenta. Eloise, que así se llama esta muchacha que encarna la actriz Thomasin McKenzie, se traslada a la capital inglesa para estudiar moda y, tras intentar encajar con sus sofisticadas compañeras sin demasiado éxito, se traslada de la residencia de estudiantes a una pequeña habitación en el corazón del Soho londinense. Será en este cuarto, cuando, en sueños, se convierta en espectadora de la vida de otra joven (magnífica y elegante actuación de Anya Taylor-Joy), que aspira a convertirse en la nueva estrella de la canción de comienzos de la década de los sesenta. Todo será idílico para ambos personajes hasta que la aspirante a cantante se vea arrastrada a la prostitución y el deseo que los hombres sienten por ella se materialice, en nuestra época, en forma de inquietantes espectros que acosen a la cándida Eloise.

Lo mejor: Es todo un viaje que enamotra tanto en sus momentos más luminosos como en sus opalinas pesadillas.

Lo peor: Su tramposo giro final


Titane

Armaduras sentimentales

Titane

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Titane

Dos películas pelean por imponerse en el nuevo trabajo de Julia Ducournau: La primera brutal, desgarrada y con poco sentido de la coherencia. La segunda, una trama más o menos convencional, con dos personajes sedientos de encontrar calor en el gélido hastío emocional en el que se mueven. Tal vez, el mayor acierto de la realizadora sea el mostrar el mismo interés por ambas líneas, creando una trenza perfecta que da como resultado algo con aroma único.

La cinta nos presenta, desde su más tierna infancia, a la protagonista Alexia (Agathe Rousselle), reclamando la atención de su padre y ocasionando un brutal accidente con su acción. Desde ese momento se establece una extraña conexión entre el personaje y el metal. Sin demasiada información adicional saltamos al presente, en el que la muchacha se ha transformado en una letal asesina que atrae a sus víctimas con sus encantos, antes de terminar con ellos de forma expeditiva. Con el discurrir de la narración su vida se cruzará con la de Vincent (Vincent Lindon) un bombero vigoréxico traumatizado por la desaparición de su hijo décadas atrás.

Lo mejor: Lo dinámico de su puesta en escena resulta muy atractivoy loo visceral de su desarrollo tambien.

Lo peor: Resulta pretendidamente críptica. La violencia extrema de algunas de sus secuencias la hace complicada de ver.


Maligno

...pero simpático.

Maligno

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3/5

Maligno

Tras afirmar que se tomaba un respiro del cine de terror para hacer otras cosas, James Wan hace un ejercicio de intentar volver a sus raíces con Maligno, dirigiendo y coescribiendo (el guión está escrito por Wan y Akela Cooper, quien también está detrás del guión de La Monja 2) esta historia de terror psicológico inspirada en el giallo, las películas Mario Bava o de Brian De Palma, y hasta en el cine de la nueva carne de Cronenberg.

Maligno nos cuenta la historia de Madison Mitchell (una Annabelle Wallis que se entrega a su papel con brío, pero que en mi opinión no consigue que el viaje emocional de Madison nos toque la patata del todo), una mujer que es testigo de terribles visiones dignas de las peores pesadillas. Las cosas no mejoran cuando se da cuenta de que estas visiones no están solo en su cabeza sino que realmente están teniendo lugar en nuestro mundo y que están relacionadas con su tormentoso pasado familiar.
Maligno tiene, como cualquier giallo destilado de la herencia hitchcockiana, un macguffin (o dos), que en este caso es del don de la videncia de Madison, antiheroína conectada con un misterioso ser sediento de sangre
.

Lo mejor: Sus coreografías de acción, y el nivel de locura al que llega en su delirante final. Los que sabemos disfrutar del delirio cuando se hace bien gozaremos de una obra muy interesante.

Lo peor: Los momentos ridículos, los diálogos vacíos y las concesiones que hay que hacer para que la historia encaje .


Candyman

Pecado blanco, castigo negro

Candyman

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DIVERSIÓN:
TERROR:
ORIGINALIDAD:
GORE:
  • 3.5/5

Candyman

Desde los primeros fotogramas de este nuevo Candyman se notan las ganas del producto de gustar; de enganchar a una nueva generación en la espesa pesadilla que proponía Bernard Rose en 1992 con Candyman, el dominio de la mente. Comenzar con las cartelas de las productoras implicadas en este film invertidas, como si las viéramos reflejadas en un espejo y sonando de fondo el tema de “The Candyman” de la versión de 1972 de Willy Wonka and the Chocolate Factory, son una excelente forma de atraparnos; aunque transmiten un aire desenfadado que contrasta con el espíritu de terror elevado, entiéndase por ese terror de marcado carácter autoral que utiliza el escalofrío para denunciar un tema o lubricar un drama, que predomina en el resultado. Puede que ahí radique el mayor acierto de esta actualización, pero también la mayor objeción: el jugar al despiste en sus intenciones durante casi todo su metraje. Pero como lo que le gusta al espectador del cine de terror es ser zarandeado, podemos decir que lo nuevo de Jordan Peele (en este caso como productor y guionista) logra un resultado notable; pese a que su trazo grueso en su denuncia social, a punto está de lastrar todo el conjunto.

Treinta años después de los acontecimientos de Candyman, el dominio de la mente, las desventuras de la socióloga que investigaba la leyenda urbana de Candyman se han transformado también en un mito. Cuando el artista plástico Anthony McCoy conozca la historia verá en ella la base sobre la que construir todo un discurso creativo. Sin saberlo ha conectado con una fuerza sobrenatural implacable, que pondrá patas arriba todo su mundo. El hombre del garfio regresará al barrio de Cabrini Green en Chicago convertido, gracias a la gentrificación, en un punto de reunión de artistas, intelectuales y emprendedores con buena estrella.

Lo mejor: Muy buena factura y un guion que sabe conectar con la original siendo una secuela y no un remake.

Lo peor: Puede que uno solo quiera ver una cinta de terror y no una arenga política sobre los abusos policiales.