Está visto que el género mockumentary, o “falso documental”, está más que de moda, pero en este caso la historia va más allá de lo habitual, ya que al parecer sí que está basado en una historia real, una que da muy mal rollo.
Un poco tarde, teniendo en cuenta que este falso documental canadiense se filmó en 2007, va conociéndose esta película independiente tan “sabrosa”, gracias al esfuerzo titánico por parte de sus creadores (Nathan Hynes y Chris Power), los cuales están llevando su “mockumentary” a todo festival habido y por haber. ¡Consiguiendo incluso unos cuantos premios! Vale, premios no muy relevantes, pero algo es algo.
La segunda sorpresa agradable tras "Autopsy", lo que no está nada mal teniendo en cuenta que acabo de alcanzar el ecuador del festival.
Lo mejor: el planteamiento inicial de la historia y muchos de los momentos violentos de la historia.
Lo peor: la sensación de que, potencialmente, la película podría haber dado mucho más de si.